Un grupo ecl¨¦ctico y combativo se hace acad¨¦mico
Con el compositor Ant¨®n Garc¨ªa Abril y con Crist¨®bal Halffter se ha hecho acad¨¦mico el un d¨ªa ecl¨¦ctico y combativo Grupo Nueva M¨²sica, que en los a?os cincuenta signific¨® una toma de conciencia an¨¢loga a la del Grupo Manuel de Falla, de Barcelona. No deja de ser significativo que la diversidad de los componentes de aquel brote -Ram¨®n Barce, Alberto Blancafort, Manuel Carra, Crist¨®bal Halffter, Manuel Moreno Buend¨ªa, Luis de Pablo, Fernando Ember, Carmelo Bernaola y Miguel Alonso- mantenga la riqueza de perfiles de una generaci¨®n denominada, por unos, de 1951,y por m¨ª, de 1931.Garc¨ªa Abril (Teruel, 1933) pertenece, por otra parte, a lo que un d¨ªa denomin¨® Federico Sope?a escuela de Madrid, reunida en torno a las ense?anzas de Julio G¨®mez (Arteaga, Angulo, Bernaola, Buend¨ªa, Miguel Alonso en parte) y tambi¨¦n a los m¨²sicos de su edad, que escogieron el camino de Roma y no el de Par¨ªs o Alemania. Con Petrassi y otros italianos transit¨® Garc¨ªa Abril, quiz¨¢ en actitud m¨¢s pol¨¦mica que discipular, los senderos de las entonces llamadas vanguardias, iluminadas por el faro de Darmstadt. Aprendi¨® el oficio vanguardista, del que queda testimonio en alguna de sus p¨¢ginas juveniles; pero no se afili¨® a ¨¦l, y a¨²n dir¨ªa que Ant¨®n Garc¨ªa Abril no se siente afiliado a nada como no sea la necesidad de lograr una m¨²sica comunicativa aceptando rasgos principales de la herencia legada mediata o inmediatamente por los maestros espa?oles.
"Tengo fe en la melod¨ªa como elemento t¨¦cnico y est¨¦tico de la m¨²sica, y p'1enso adem¨¢s que jam¨¢s ha sucedido en la historia musical que un procedimiento nuevo sirva para destruir los existentes, sino para enriquecerlos. Mi defensa de la melod¨ªa, como explico en mi discurso -y m¨¢s a¨²n en mi m¨²sica-, no es est¨¦tica ni repetitiva. Creo sinceramente en la posibilidad de una melod¨ªa nueva que, incorporando todas las conquistas de nuestro tiempo, reivindique su fuerza expresiva y el poder de comunicaci¨®n que la m¨²sica tuvo y debe tener con el hombre, y a ser posible, con el mayor n¨²mero de hombres".
M¨²sica cimiematogr¨¢fica
En este sentido, Garc¨ªa Abril presenta -junto suya larga obra sinf¨®nica, vocal e instrumental- un matiz interesante: el persistente cultivo de la m¨²sica cinematogr¨¢fica y televisiva. Para unos, ha supuesto una constante amenaza al. Garc¨ªa Abril compositor serio."Yo no lo creo as¨ª. Precisamente porque la m¨²sica que' hago para la pantalla grande o peque?a no supone trabajo marginal, e incluso ha influido en el conjunto general de mi obra. Cine, radio, televisi¨®n son formas de comunicaci¨®n muy propias del mundo actual, y no me parece bien volverles la espalda, como no la volvieron nuestros antepasados al teatro, al ballet o al sal¨®n. Pretendo en el cine ser tan personal como pueda serlo en otros g¨¦neros, y nada me molesta que una partitura sinf¨®nica pueda evocar a los oyentes otra m¨ªa cinematogr¨¢fica, y al contrario. Pienso en el caso de Prokofiev, suficientemente ilustrativo de cuanto digo".
Con el cine, la televisi¨®n, el concierto, Garc¨ªa Abril ejerce el magisterio en el Real Conservatorio, y, aunque no presuma de ello, es buen pianista. Tal variedad de direcciones de una sola vocaci¨®n y de un ¨²nico y fuerte instinto parece obedecer a la diversidad de personalidades que le antecedieron en su puesto de la Academia: Antonio Mar¨ªa Segovia, Aranao, Emilio Serrano, Nemesio Ota?o y Regino Sainz de la Maza (compositores, int¨¦rpretes, music¨®grafos, profesores y no profesionales, toda la gama de posibilidades en unos pocos nombres). El tema de la profesionalidad apasiona a Garc¨ªa Abril. "Es dif¨ªcil hoy saber qu¨¦ y qu¨¦ no pasar¨¢ las fronteras del futuro como testimonio perdurable de nuestro tiempo. Falta perspectiva, y, por lo mismo, resulta pr¨¢cticamente imposible escribir ya nuestra historia con una m¨ªnima objetividad. Ahora bien, la primera selecci¨®n creo que se pronunciar¨¢ indefectiblemente a favor de la obra bien hecha antes que en la de esta o aquella tendencia. Una m¨²sica mal escrita o excesivamente amateurista carece de horizontes, pues ni siquiera quien la compuso pudo expresar con propiedad su pensamiento. Estoy con Falla cuando alud¨ªa a la composici¨®n con esfuerzo para alcanzar resultados tan naturales que parezcan una improvisaci¨®n".
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