'Rigoletto', el montaje m¨¢s esperado de la temporada de opera de Madrid, se estrena hoy en la Zarzuela
El griego Vasili Janulako sustituye al cantante espa?ol Juan Pons
Despu¨¦s de 15 d¨ªas de ensayos cuajados de vicisitudes -la m¨¢s importante, el abandono de Juan Pons, que ha sido sustituido por el bar¨ªtono griego Vasili janulako-, hoy se estrena Rigoletto, de Verdi, en el teatro de la Zarzuela, en un inuevo montaje de la temporada de ¨®pera de Madrid. ?sta es la cr¨®nica de los ensayos, que han durado quince d¨ªas, de lo que ocurre detr¨¢s de las bambalinas, m¨¢s all¨¢ de los ropajes suntuosos y de los do de pecho.
El joven miembro del coro que, vestido de cortesano, aprovecha los ratos en que no aparece piara contemplar el ensayo desde el anfiteatro tiene una clara idea del argumento de Rigoletto, tal como le cuenta a su amigo de la butaca de al lado: "Rigoletto es el buf¨®n del guaperas de azul, el duque de Mantua, que se las tira a todas, y tiene a su hija escondida para que el t¨ªo no se la cepille tambi¨¦n y para que no se burlen de su padre buf¨®n, ?no? Y entonces los cortesanos, que somos unos bordes, vamos y la raptamos creyendo que es la amante de Rigoletto, ?me sigues?, pero al buf¨®n le entra el mosqueo, porque antes un noble le ha echado una maldici¨®n. ?Entiendes? Y entonces el duque la viola, pero a ella le debe gustar, porque le p?de a su padre que le perdone lavida al t¨ªo, porque, claro, Rigoletto se quiere vengar, y...".La procelosa explicaci¨®n se corta porque los cortesanos deben volver a escena. Todo est¨¢ a punto para el segundo acto, cuando el duque, hecho un dolor, canta Ella mi fu rapita con sentimiento de hombre que ha hallado a la mujer de su vida. El decorado mezcla el esplendor algo decadente de la corte con la ruina cruda y brutal de los personajes.
Julio Gal¨¢n ha dise?ado el decorado y los vestuarios de este Rigoletto de producci¨®n propia que la Zarzuela ha preparado para proseguir la temporada oper¨ªstica, con Emilio Sagi como director de escena y Benito Lauret en la direcci¨®n musical.
No han sido unos ensayos f¨¢ciles. Aunque se ha dispuesto de 15 d¨ªas -una miseria, al fin y al cabo, si se compara con los grandes coliseos del extranjero, que al disponer de locales adecuados y compa?¨ªas estables pueden tomarse su tiempo-, el cambio de locales, la imposibilidad de contar con la orquesta -que al estar fija se ve sometida a horarios y convenios que en nada facilitan el trabajo-, todo ello ha hecho que el trabajo del director esc¨¦nico sea una delicada labor de filigrana.
Rigoletto. La m¨¢s popular de las ¨®peras de Verdi. Como dice el maestro Benito Lauret, director rriusical de la Zarzuela y, a su vez, de este montaje, ?qui¨¦n no ha tarareado alguna vez un aria de esa gran creaci¨®n perteneciente al punto ¨¢lgido de la ¨®pera verdiaria, que con La traviata e Il trovatore marc¨® la culminaci¨®n de su fama? Todos hemos cantado alguna vez La dona ¨¦ mobile. Nunca, sin embargo, nos hemos detenido a reflexionar sobre la tremenda frivolidad del personaje, el venal duque de Mantua, que se permite denunciar que la mujer es fr¨ªvola y cambiante cual pluma impelida por el viento mientras, en s¨®lo tres actos, afinienta por lo menos cuatro aventuras.
"El hecho de que todo el mundo conozca la ¨®pera implica una gran responsabilidad. Ese conocimiento que el p¨²blico tiene de la obra, es una ventaja, pero por otro lado es una dificultad, porque se puede caer f¨¢cilmente en la rutina y hacerlo de cualquier manera. Hay que estar muy atento", dice Lauret.
S¨²bita sustituci¨®n
Uno de los problemas m¨¢s graves con que se han enfrentado los responsables de este Rigoletto, que es producci¨®n propia -seis millones de costo s¨®lo en decorados y figurines, sin contar con elelenco-, ha sido la s¨²bita sustituci¨®n de Juan Pons, el bar¨ªtono encargado de dar vida al papel titular, por el griego Vasili Janulako, que se incorpor¨® al ¨²ltimo ensayo -antes del ensayo general- despu¨¦s de que Pons Presentara un certificado m¨¦dico seg¨²n el cual no se encontraba en condiciones para actuar.Sin embargo, rumores que nacieron en el bar del hotel Suecia -cercano a la Zarzuela y sede de ungrupo de oper¨ªsticos- insin¨²an que Pons se neg¨® a actuar porque el comportamiento distante de Benito Lauret y el hecho de que la orquesta no llevara -seg¨²n opini¨®n de Pons- el ritmo adecuado no facilitaron precisamente las cosas. Consultado el director musical, su respuesta fue contundente: "Es la primera noticia que tengo de ese rumor".
Vasili, el sustituto, que es un bar¨ªtono correcto, lleg¨® a pie de escenario cuando Emilio Sagi, que nunca pierde los nervios, estaba al borde del colapso. Fue estupendo verle vestido de calle mientras el resto del elenco iba de artista, es decir, con jubones, calzas y todos los av¨ªos correspondientes. Sagi le dirig¨ªa, como pod¨ªa, desde el otro lado del foso de la orquesta, haciendo grandes gestos, se?al¨¢ndole el recorrido que debe marcarse por el escenario mientras el duque trata de ligarse a la condesa de Ceprano y el conde de Monterone lanza sus anatemas.
Un ensayo de ¨®pera, en este pa¨ªs de lo precario, reviste caracteres verdaderamente milagrosos. Emilio Sagi, nieto de Sagi Barba y sobrino de Sagi Vela, que tiene 35 a?os, es de Oviedo y ha mamado la ¨®pera desde peque?o, es, sin embargo, un hombre corajudo al que no arredran los inconvenientes: "En estos casos hay que ir de ratita, ensayar hoy con esto, ma?ana con lo otro". Y es que Sagi es un hombre que ha llegado a ensayar Macbeth, con Juan Pons, en el hall del teatro Campoamor de Oviedo, que es donde debut¨® dirigiendo ¨®peras.
Su gran amor es Verdi, y su tesis doctoral -de filosof¨ªa inglesa, que sac¨® con cum laude y le vali¨® una beca en Inglaterravers¨® precisamente sobre las ¨®peras de Verdi basadas en Shakespeare, que son Macbeth, Otelo, Falstaff y el proyecto del Rey Lear, que nunca termin¨®. Como loco por la ¨®pera, lo ¨²nico que quiere es dar cuerpo a la m¨²sica. En la discusi¨®n sobre Pons ni entra ni sale: "Yo lo que soy es director esc¨¦nico. Y punto".
Entre tanto, el del coro que cuenta Rigoletto como una de Cor¨ªn Tellado se quita las gafas y ataca un estupendo La sua figlia! Es decir, su hija, la pobre Gilda, deshonrada y sin amor en el ¨²ltimo acto.
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