La entrada de una quincena de supuestos militares en la red del alcantarillado en Madrid sobresalta a los vecinos
La entrada anoche de una quincena de individuos, posteriormente identificados como militares, por la boca que da acceso a la red del alcantarillado situada frente al portal n¨²mero cuatro de la madrile?a glorieta de L¨®pez de Hoyos, caus¨® el sobresalto de los vecinos de la zona, temerosos de que pudiera ser un grupo de terroristas o ladrones.No en vano, en inmuebles de la glorieta y portales cercanos de la calle de Francisco Silvela, que desemboca en la misma, viven varios militares. Precisamente, una vecina que habita en un eficio de esta ¨²ltima calle, donde tambi¨¦n vive un hijo del ex teniente general Jaime Milans del Bosch, fue de las primeras en alertarse al contemplar la vestimenta militar de los individuos que penetraron en el subsuelo y la premura con que lo hicieron.
La entrada de dicho equipo militar en la red del alcantarillado se produjo en torno a las 22.15 horas. Avisada la Polic¨ªa Nacional por un vecino, r¨¢pidamente se personaron en el lugar de los hechos las dotaciones de cuatro coches patrullas y media docena de miembros de la Brigada de Subsuelo. Estos ¨²ltimos rastreraron los innumerables ramales que tienen comunicaci¨®n con dicha entrada y no fue sino hasta las 00.30 cuando reaparecieron, anunciando que el incidente estaba aclarado y que se trataba de militares. ?stos, a dicha hora, aparentemente continuaban en el interior de alguna galer¨ªa.
Los agentes, tras rechazar dar mayor precisi¨®n sobre la labor que los soldados efectuaban en el alcantarillado, abandonaron el lugar y desmontaron el espectacular dispositivo montado en torno a la boca del alcantarillado. Alg¨²n polic¨ªa insin¨²o que los soldados estaban tendiendo cables, pero no supo precisar con que fines.
Entre los motivos que causaron su sobresalto, los vecinos citaban la cuant¨ªa del equipo que se introdujo bajo tierra, la premura con que lo hicieron y que su indumentaria, enel caso de los que vest¨ªan un mono azul, pareciese reci¨¦n estrenada. Una vecina que paseaba tres min¨¢sculos caniches por la zona espet¨® a uno de los soldados: ?Alguna aver¨ªa?". A lo que ¨¦ste le replic¨®: "Nada serio, se?ora", tras lo cual cerr¨® el portillo de la boca por la que se hab¨ªan introducido. Tan seca respuesta aliment¨® las conjeturas de los vecinos, los cuales recordaban extra?ados que, nunca los trabajadores que hab¨ªan penetrado por ese punto hab¨ªan cerrado el portillo.
Tanto agentes como vecinos se hac¨ªan cruces de que el citado portillo no requierese llave alguno para ser abierto, pese a que a trav¨¦s de las galer¨ªas subterr¨¢neas se tengan acceso a los s¨®tanos de to,das las viviendas, seg¨²n manifestaban. Entre los edificios de esta glorieta se encuentra una sucursal bancaria. Los agentes manifestaron, por otro lado, no tener constancia de que se hubiese advertido a la Polic¨ªa, como es preceptivo de que un grupo de trabajadores iba a penetrar en el subsuelo.
Cabe recordar que un t¨²nel, aunque sin explosivos, de unos 58 metros de longitud fue descubierto el 24 de octubre de 1979 en la calle de Vilamar¨ª de Barcelona, frente a un bloque de edificios habitados por unas 300 familias de militares en activo y unos dep¨®sitos de gasolina y gas-oil del Parque M¨®vil Militar, que conten¨ªan 15.000 litros de combustible.
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