Tierno recuerda a los madrile?os que "ni las calles estiran ni los edificios encogen"
El alcalde de Madrid, Enrique Tierno, con ocasi¨®n de las restricciones impuestas por el Ayuntamiento de Madrid al tr¨¢fico de autom¨®viles en torno a la Puerta del Sol con motivo de las fiestas navide?as, ha difundido un nuevo bando. En el mismo, el viejo profesor advierte a los madrile?os contra "el af¨¢n desenfrenado de concurrir a los mismos sitios durante las mismas horas" y reconoce que "pocas veces se guisa el cabrito a gusto de todos".
El bando firmado por el alcalde dice as¨ª: "Ac¨¦rcanse para todos, y quiz¨¢ de modo especial para los madrile?os, por su particular propensi¨®n a la regocijada holganza, d¨ªas de com¨²n callejeo en los que los vecinos de esta villa, festejando la Pascua de Navidad, gritan, liban del vino y otros espirituosos licores, disputan, cantan, se hostigan y acarician entre s¨ª, con el hermoso ¨¢nimo que la tradici¨®n promueve y autoriza en esta coronada Corte, asociando la piedad al regocijo, pues entre las burlas, bromas y a veces chacotas ni olvidan, ni deben olvidar, sus religiosos deberes"."Pero ocurre que en los tiempos que corren suele a?adirse al universal contento, que por desgracia es a las veces desmesurado regodeo, el af¨¢n desenfrenado de concurrir a los mismos sitios durante las mismas horas, sin meditar bastante el hecho ciert¨ªsimo, acreditado por moralistas y fil¨®sofos y recordado cautamente, de modo indirecto, por Arist¨®teles en los libros de la f¨ªsica, que ni las calles estiran ni los edificios encogen, por cuya raz¨®n suelen ser los vecinos como avecillas presas en las redes que los unos forman apret¨¢ndose con los otros".
"Aum¨¦ntanse a los males dichos que no suelen estantes y moradores de esta antiqu¨ªsima villa ser gente inclinada a excusar el coche, se?al de valer, pompa y boato, grand¨ªsimo sustento para el orgullo y pavoneo de sus propietarios, de modo y manera que miles de coches, a los que hay que a?adir las imprescindibles mec¨¢nicas literas, amont¨®nanse en las fiestas a las horas de mercado en el casco viejo de la ciudad y sus aleda?os, con lo que se hace el transitar imposible, con grave da?o para todos".
Desasosiego insufrible
"Los mercaderes no venden, pues arrimarse a sus tiendas es quehacer casi sobrehumano, que muchos dejan por imposible. Los que comprar quieren, sufren y padecen fatig¨¢ndoselos el ¨¢nimo con el enorme ruido, el ambiente espeso, la com¨²n irritaci¨®n y el desasosiego insufrible, que a veces pasa del enojo a la marital reyerta, con dem¨¦rito del amor y respeto que entre c¨®nyuges se requiere. De igual suerte que los que mec¨¢nicamente reproducen im¨¢genes, los ¨¢vidos gacetilleros y muchos otros de multitud de diferentes gremios y oficios, no cumplen o cumplen mal, por la desmedida multitud de coches, su cometido, entre ellos los f¨ªsicos que la salud guardan y conservan, pues llegan a destiempo con los milagrosos medios de que disponen, bizmas salut¨ªferas para la fr¨¢gil f¨¢brica del cuerpo humano".
"Este Consejo, tras mucha cavilaci¨®n y consulta, habida cuenta de que pocas veces se guisa el cabrito a gusto de todos, pedida" la opini¨®n de aquellos a quienes m¨¢s puede beneficiar o da?ar que se disponga de modo distinto al que actualmente rige el orden y sentido seg¨²n los cuales han de rodar los coches y las prohibiciones y tolerancias en cuanto al paso y trasiego de los mismos, ha decidido, para bien del comercio, mejor orden p¨²blico, mayor sosiego para los pac¨ªficos viandantes y m¨¢s facilidad para los que en las plazas y calles trajinan, juegan y retozan".
Vienen a continuaci¨®n las normas de restricci¨®n al tr¨¢fico de autom¨®viles particulares en las inmediaciones de la Puerta del Sol, redactadas ya en el lenguaje t¨¦cnico y que fueron recogidas de forma pormenorizada en EL PAIS de ayer.
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