El Parlamento Europeo congela el pago de las devoluciones al Reino Unido y a la Rep¨²blica Federal de Alemania

Tras el rotundo fracaso de la cumbre de Atenas, el Parlamento Europeo dio ayer pruebas de responsabilidad al votar en Estrasburgo a favor de un presupuesto de la CEE para 1984 con claras indicaciones pol¨ªticas. Por una parte decidi¨® congelar el pago de una devoluci¨®n aLondres y a Bonn, dejando furiosos a los eurodiputados brit¨¢nicos. Por otra parte, con este presupuesto la CEE se queda sin margen de maniobra: no habr¨¢ dinero ya para aumentar los precios agr¨ªcolas en 1984. La CEE ha dado as¨ª un paso m¨¢s hacia su gran crisis financiera.

Tras derrotar por una amplia mayor¨ªa una propuesta de los brit¨¢nicos -por una vez unidos laboristas y conservadores- de rechazar el presupuesto en su totalidad, el Parlamento Europeo decidi¨® por 268 votos frente a 73 y una abstenci¨®n congelar el equivalente de 156.000 millones de pesetas destinados a reembolsar al Reino Unido y a la Rep¨²blica Federal de Alemania por sus contribuciones de 1982 a la CEE. El Parlamento quiere as¨ª que se encuentre en una pr¨®xima cumbre europea una soluci¨®n duradera a este problema del equilibrio de las contribuciones.

Crisis financiera

Al fijarse el presupuesto para 1984 en lo equivalente a 3,3 billones de pesetas -ligeramente m¨¢s que lo deseado por los ministros-, la CEE llega casi a tocar el techo de sus recursos propios: s¨®lo quedan 390 millones de pesetas, y se calcula que un punto de aumento en los precios agr¨ªcolas cuesta 13.000 millones de pesetas. La CEE avanza, pues, hacia una crisis, pues estos c¨¢lculos est¨¢n adem¨¢s plantea dos desde una perspectiva optimista de ingresos y de la situaci¨®n agr¨ªcola mundial. Cualquier ligera crisis llevar¨ªa a la CEE a la bancarrota o a no poder actuar. Medios de la Comisi¨®n Europea estiman que habr¨¢ ya en febrero un agujero de 260 millones de pesetas, lo que forzar¨¢ a ahorrar y reducir los gastos.

As¨ª, se aproxima la fecha en la que la CEE se ver¨¢ forzada a tomar una decisi¨®n para el aumento de sus recursos propios, decisi¨®n de la que depende el ingreso de Espa?a y Portugal. Cabe recordar que este presupuesto, que tanta tinta y saliva se ha tragado, representa un 0,98% del producto interior bruto de los diez o el volumen de negocios de una em presa media del petr¨®leo. La CEE, debido a estas cantidades, pasa por la crisis m¨¢s grave de su historia.

El Parlamento Europeo tuvo un gesto simb¨®lico al destinar el equivalente a 78.000 millones de pesetas a cr¨¦ditos destinados a la creaci¨®n de un espacio industrial europeo, cr¨¦ditos que todo el mundo sabe no podr¨¢n ser efectivos hasta que la CEE no decida aumentar sus recursos propios. El aumento de gastos respecto a la propuesta de los ministros de Finanzas responde a un deseo del Parlamento de destinar fondos a nuevas pol¨ªticas industriales, sociales y regionales.

El Consejo de Ministros de la CEE habr¨¢ de reunirse en fecha pr¨®xima para, si acaso, oponerse a esta decisi¨®n. Es improbable, por otra parte, que la Comisi¨®n decida recurrir a la Corte de Justicia Europea en contra del Parlamento, pues ello obligar¨ªa a funcionar a la CEE con fondos fijos e inflexibles, mes tras mes, de una duod¨¦cima parte del presupuesto de 1983.