Los socialistas y las armas nucleares
NOTICIAS LLEGADAS de Bruselas confirman que el Gobierno est¨¢ negociando un acuerdo espec¨ªfico con el Euratom para que el ingreso de Espa?a en la Comunidad Econ¨®mica Europea se pueda llevar a cabo sin que Espa?a firme el Tratado de No Proliferaci¨®n Nuclear (TNPN). La noticia es por lo menos sorprendente: en su plataforma electoral, el PSOE se present¨® al pa¨ªs con una actitud favorable a la firma de dicho tratado. La referencia textual del programa socialista dice: "Se estudiar¨¢ favorablemente la oportunidad de que Espa?a ratifique el Tratado de No Proliferaci¨®n de Armas Nucleares". Al cabo de un a?o de gobierno del PSOE, todo indica que se ha dado un giro de 180 grados: Espa?a se coloca en una actitud de no firmar el tratado; incluso de crearse l¨ªos suplementarios en el camino hacia la CEE (ya de por s¨ª escabroso) por rechazar un m¨ªnimo de racionalidad en esta cuesti¨®n. Cuando un partido, al llegar al Gobierno, se ve obligado a modificar una posici¨®n previamente definida, s¨®lo en casos extraordinarios puede comprenderse. Lo insoslayable en situaciones as¨ª es que se explique al pa¨ªs el porqu¨¦ del cambio. Sobre la posici¨®n espa?ola ante el TNPN, el Gobierno no ha dicho nada; se calla, mientras hace lo contrario de lo que l¨®gicamente cab¨ªa suponer a partir de los compromisos electorales. La carencia de informaci¨®n en materia de pol¨ªtica exterior por parte del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez est¨¢ tocando techos incre¨ªbles.?Hay acaso un obst¨¢culo pol¨ªtico serio para que Espa?a firme el TNPN? Es dif¨ªcil descubrirlo: son favorables a tal firma tanto EE UU c¨®mo los pa¨ªses del Este. La ¨²nica raz¨®n que podr¨ªa explicar la negativa a la firma ser¨ªa una voluntad pol¨ªtica de fabricar armas at¨®micas espa?olas. Pero tal voluntad, a todas luces, no existe: votaciones un¨¢nimes del Parlamento se oponen a ello. La raz¨®n aducida anteriormente, en la etapa franquista y, luego, por los Gobiernos de UCD, es que Espa?a no debe firmar un tratado que registra una situaci¨®n de desigualdad; la raz¨®n de ser del TNPN es bloquear la actual distribuci¨®n de pa¨ªses nucleares, prohibiendo que surjan otros que se doten de dichas armas. Por tanto, es evidente que el tratado es desigual. Pero en virtud del mismo argumento, Espa?a deber¨ªa exigir la supresi¨®n del derecho de veto de cinco pa¨ªses en el Consejo de Seguridad de la ONU. ?Cabe desigualdad m¨¢s flagrante? No es extra?o que la vieja escuela de pol¨ªtica exterior espa?ola, que se alimentaba de grandezas verbales para encajar una satelizaci¨®n de hecho, hiciese uso de tales argumentos. ?Sigue nuestra pol¨ªtica exterior prisionera de esa vieja escuela? ?Pesa m¨¢s la rutina del ayer que el cambio votado por los electores? El Tratado de No Proliferaci¨®n ha sido firmado por m¨¢s de 110 Estados. ?Se rebajar¨ªa acaso Espa?a haciendo lo que ya han hecho, en condiciones semejantes a las nuestras, pa¨ªses como Italia, Jap¨®n, Yugoslavia, Australia, Canad¨¢ y un largu¨ªsimo etc¨¦tera? ?Apoya el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez una pol¨ªtica armamentista nuclear para Espa?a? ?De verdad cree Alfonso Guerra que nos envidian los verdes y los pacifistas europeos estas actitudes? El Gobierno debe responder a estas cosas, si no quiere que los espa?oles comiencen a dudar de la calidad de la informaci¨®n que re¨²ne y de la que frecuentemente presume su presidente ante los medios de comunicaci¨®n.
Aparte de su compromiso electoral, el Gobierno tiene la obligaci¨®n de escuchar una opini¨®n p¨²blica que en esta materia expresa opiniones claras y rotundas. Invocar los sondeos puede resultar ambiguo en ciertos casos, pero no, como ha ocurrido en ocasiones recientes, cuando arrojan porcentajes aplastantes contra cualquier tipo de uso del arma nuclear. La firma del TNPN permitir¨ªa abrir una nueva vertiente en la pol¨ªtica exterior, de inter¨¦s primordial para Espa?a. Puede cobrar un alcance particular en v¨ªsperas de la conferencia sobre medidas creadoras de confianza y desarme, que debe iniciarse el pr¨®ximo mes de enero en Estocolmo. En uno de sus art¨ªculos, el TNPN se refiere a la creaci¨®n de zonas desnuclearizadas. Su firma por Espa?a puede constituir, por tanto, un firme punto de apoyo para emprender una labor diplom¨¢tica, paralela a la que est¨¢ en marcha en otras partes de Europa, de cara a lograr que la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica sea declarada zona sin armas nucleares y avanzar en el tema decisivo de la desnuclearizaci¨®n del Mediterr¨¢neo. De otro modo habr¨¢ que convenir que las declaraciones a boca llena del Ejecutivo a favor de la paz y de la distensi¨®n son pura demagogia.
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