Las leyes del 'western'
Individuo brillante pero universitario gris, reportero deportivo sin pena ni gloria, locutor de radio anodino, intelectual aficionado, an¨®nimo infante de Marina y mediocre novelista, Richard Brooks ten¨ªa que hacer. estallar por alg¨²n lado su ambici¨®n de ¨¦xito, y este lado fue el cine.Comenz¨® su carrera como guionista, y no es exagerado decir que como tal dio al cine lo mejor de s¨ª mismo, incluso en pel¨ªculas dirigidas por ¨¦l. Hace unas semanas, TVE nos ofreci¨® un gui¨®n en el que intervino: Cayo Largo, que dirigi¨® Huston. El filme era s¨®lo pasable, pero el gui¨®n, la estructura f¨ªlmica. que Brooks y Huston dieron al drama de Anderson, era perfecto Otro tanto se puede decir de Fuerza bruta, de Jules Dassin, donde la brillantez del gui¨®n de Brooks supera al filme acabado.
Pero donde da Brooks el m¨¢ximo de s¨ª mismo como guionista es en tres de los westerns que dirigi¨®: El ¨²ltimo cazador, Muerde la bala y Los profesionales. Miradas con cierto detenimiento, estas tres pel¨ªculas alcanzan sus cimas m¨¢s en la escritura que las sostiene que en la imagen resultante de esa escritura. Son filmes en los que la filmaci¨®n, pese a la soltura y oficio que contiene, es de rango inferior al dise?o de personajes y al orden de la historia narrada.
Los profesionales, como los otros dos citados westerns, es una trepidante aventura que entra en el m¨¢s duro y pesimista de los ciclos del western, el de la revoluci¨®n mexicana, en el que hay ejemplos de singular dureza, como Veracruz, de Robert Aldrich; Mayor Dundee y Grupo salvaje, de Sam Peckinpah; El rostro impenetrable, de Marion Brando; Los siete magn¨ªficos, de John Sturgpss, y muchos otros, entre los que hay que anotar algunos del estilo desacralizado, brutal y c¨ªnico del llamado westem sucio, en el que el marco mexicano sirve al cineasta para ofrecer los aspectos m¨¢s enrarecidos, pesimistas y crepusculares del ep¨ªlogo y fracaso de la aventura del Oeste.
En Los profesonales, Brooks sigue con precisi¨®n el esquema itinerante con estallido final del cine cl¨¢sico del Oeste. Cuatro pistoleros norteamericanos penetran en territorio mexicano para rescatar, por cuenta de un acaudalado compatriota, a la esposa de ¨¦ste, aparentemente cautiva de un guerrillero revolucionario mexicano. El guerrillero es Jack Palance, y los pistoleros profesionales son Burt Lancaster, Robert Ryan, Lee Marvin y Woody Strode. Las leyes de la traslaci¨®n itinerante, del recorrido f¨ªsico en ascenso dram¨¢tico hacia un estallido final, de la concentraci¨®n dram¨¢tica sobre escenarios abiertos, del esfuerzo como alegr¨ªa, del cruce de un territorio hostil, de la caza del hombre por el hombre, es decir, los acordes esenciales del western como g¨¦nero narrativo aut¨®nomo, est¨¢n en Los profesionales en estado de gran pureza.Y en el itinerario, cinco de los rostros mayores del cine norteamericano de acci¨®n, a los que Brooks da ocasi¨®n para aut¨¦nticos n¨²meros de lucimiento personal de orden casi circense. En este sentido hay secuencias en el filme que son un alarde de eficacia interpretativa, con esa peculiar fisicidad que estos grandes actores norteamericanos logran, cuando les dejan, imprimir a la representaci¨®n de la violencia. En medio de ellos, la pobre Claudia Cardinale bastante hace con mantener el tipo.La poderosa historia narrada, el exacto gui¨®n que la desarrolla, el clima moral cr¨ªtico caracter¨ªstico de los westerns de Brooks y, sobre todo, los incomparables ejercicios en la cuerda floja de los formidables actores energ¨²menos llenan de energ¨ªa, fuego y gracia a este filme violento y emotivo, que no llega a ser una obra maestra, pero que merece verse.
Los profesionales se emite hoy, a las 22.35 horas, por la primera cadena.
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