Abecedatio shakespeariano
Se dice entre las gentes de la far¨¢ndula que cuando se sabe hacer a Shakespeare, y enti¨¦ndase tal hacer como hacer bien, se sabe hacer de todo en teatro, desde comedia a tragedia, desde farsa a drama, desde ret¨®rica a mimo, desde intimismo a gran gui?ol, desde naturalismo a esperpento. Enrique V, la primera de las tres adaptaciones al cine de obras de Shakespeare realizadas por Laurence Olivier, y sin duda alguna la mejor y m¨¢s original, es en este sentido un muestrario de todas esas alternativas Se podr¨ªa tomar como un manual ilustrado, para ejemplo de aspirantes a actores, del arte y la t¨¦cnica ortodoxos en la ejecuci¨®n de un poema shakespeariano.Es m¨¢s, Laurence Olivier expone en su Enrique V una suma de las maneras de ese hacer a Shakespeare a que me he referido, comenzando por unas brillant¨ªsimas secuencias en las que reproduce, como una reconstrucci¨®n arqueol¨®gica llena de encanto, las t¨¦cnicas del propio Shakespeare en su Teatro del Globo, es decir el comienzo del comienzo.- Tales secuencias se cuentan entre las mejores contribuciones del cine al conocimiento del tesoro de la fiesta teatral isabelina. Aunque s¨®lo sea por eso, Enrique V merecer¨ªa verse. Pero hay otros alicientes.
Las otras dos adaptaciones shakespearianas de Olivier son su rom¨¢ntico Hamlet de 1948, y su cruel Ricardo III, realizada en 1955. Ambas tienen m¨¦ritos, pero ninguna alcanza la frescura y la inventiva de la primera, realizada en 1941, cuando Laurence Olivier contaba con poco m¨¢s de 30 a?os. Enrique V, que es la m¨¢s severa y descaradamente teatral de las tres adaptaciones, es en cambio la m¨¢s cinematogr¨¢fica de ellas.
Visualizaci¨®n del drama
Las admirables transiciones de estilo, que Olivier introduce en el desarrollo del drama imprimen a este un peculiar ritmo, que ser¨ªa inimaginable en un escenario y que, en cambio, discurre sobre la pantalla como si esta fuera su cauce natural.Las graduaciones del decorado y el engarce con ellas del comportamiento de los actores, desde el tingladillo del Teatro del Globo hasta las escenas sobre escenarios naturales, pasando por el escal¨®n intermedio de los jesceriarios extraidos de miniaturas de c¨®dices medievales, supone un crecimiento dram¨¢tico en perfecta coordinaci¨®n con las im¨¢genes por donde ese crecimiento tiene lugar: hay una visualizaci¨®n del drama en la misma proporci¨®n que hay una dramatizaci¨®n del marco visual.
El color es una parte sustancial del filme drama, como lo es el tempo, la condici¨®n musical de su transcurso. Es una especie de tragedia optimista, elegida -era el a?o 1941- de entre las obras shakespearianas por ser la que ped¨ªa a voces la inteligencia inglesa mientras era acosada por la barbarie nazi. Y ah¨ª existe otra dimensi¨®n no expl¨ªcita del filme, que contribuye a su fluencia, a esa frescura de discurso a que me refer¨ª. Estamos, por ello, ante una delicada reliquia del cine. No es apta ciertamente para todas mangas, pero si para algunos p¨²blicos delimitados.
Para amantes del teatro
Ante todo para los amantes del teatro, pues ver¨¢n escenas de teatro puro conservado en autentica salsa shakespeariana; tambi¨¦n para quienes deseen bucear en la trastienda de las sutiles relaciones entre el cine y el teatro; y finalmente para quienes sepan degustar la maestr¨ªa de los actores ingleses cuando se ven metidos, como peces en el agua, en los, para otros actores de otros pa¨ªses, intransitables torrentes del verbo shakespearia, no. Nos tememos, sin embargo, que TVE ofrezca una versi¨®n de Enrique V doblada al castellano, lo que ser¨ªa una barbaridad, es decir un acto de b¨¢rbaros, porque sin sus sonidos, este filigedrama es s¨®lo la mitad de s¨ª mismo. Si nos equivocamos y Enrique V nos es dada por TVE en su palabra original, mil perdones. Pero si no nos equivocamos, recomendamos un oportuno "apaga y v¨¢monos".
Enrique V se emite hoy a las 22.00 por la segunda cadena.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.