La vida de una obra luminosa y universal
Joan Mir¨® ha muerto. La humanidad pierde con ¨¦l uno de los mayores art¨ªfices de la expansi¨®n de la creatividad en este siglo de grandes esperanzas superpuestas agrandes terrores. A lo largo de una vida de creaci¨®n infatigable y callada -dijo hace lustros que buscaba "la elocuencia del silencio"- Mir¨® ha conquistado el mundo con una obra precursora, luminosa y universal en su apelaci¨®n a los elementos m¨¢s primordiales de la condici¨®n humana. Pintor de tierra -la tierra firme y ¨¢spera del Campo de Tarragona- y de estrellas -las estrellas del cielo de Mallorca- Mir¨® supo filtrar y plasmar en telas, murales y esculturas los est¨ªmulos de una sensibilidad v¨ªvida y al mismo tiempo intimista. ?ltimo eslab¨®n de una cadena de titanes transformadores del arte, Mir¨® ha sido un artista de vanguardia sin ribetes histri¨®nicos y un hombre profundamente sabio que no dej¨® en ning¨²n momento de mirar el universo con el candor y la fantas¨ªa de un ni?o.
Joan Mir¨® naci¨® el 20 de abril de 1893 en el barcelon¨¦s pasaje del Cr¨¨dit, en el casco antiguo de la ciudad. Su padre era Miquel Mir¨®, artesano joyero; su familia paterna era del Campo de Tarragona, de Mont-Roig. Su abuelo ten¨ªa una herrer¨ªa en el cercano pueblo de Cornudella. Por parte materna, Mir¨® era de origen mallorqu¨ªn, y su abuelo era tambi¨¦n artesano aunque de materias suaves, pues ten¨ªa una cester¨ªa. Adem¨¢s, el paisaje de la infancia mironiana en Barcelona era de peque?os comercios y tiendas multicolores, calles estrechas y empedradas y multitudes abigarradas.El punto d¨¦bil del joven Mir¨® eran los estudios. Tras tres a?os de suspensos en una academia de comercio, los padres de Joan desistieron de hacerle estudiar y, en 1.907, Mir¨® ingres¨¦ en la Academia de Bellas Artes LIotja, donde tuvo como maestros a Modest Urgell y Josep Pasc¨®. Ten¨ªa una extraordinaria percepci¨®n para el color pero no captaba las l¨ªneas y las formas. En 1911, un virus de origen tifoideo le oblig¨® a convalecer durante un a?o en Mont-Roig (Tarragona) y en Mallorca.
En 1912 pas¨® por la Academia Gal¨ª, en donde un maestro inspirado resolvi¨® sus problemas con la percepci¨®n de las l¨ªneas. Al a?o sigpiente, ya ten¨ªa su primer estudio, compartido con Enric Ricart. En 1917 conoci¨® a su gran amigo y inentor, Joan Prats, en los locales del Cercle Art¨ªstic Sant Lluc, en el inismo edificio que el m¨ªtico caf¨¦ Els Quatre Gats. Por la misma epoca -en 1918- colabor¨® con el grupo Coubert, fundado por Llorens Artigas, otro de los colaboradores y amigos que ser¨ªan constantes en su vida. De ese mismo a?o data su primera exposici¨®n barcelonesa, que fue un rotundo fracaso.
1919 es el a?o en que Joan Mir¨® se traslada a la Meca art¨ªstica de entonces, Par¨ªs. All¨ª conocer¨¢ a los avanzados de las corrientes transformadoras que sacuden el mundo del arte, Tristan Tzara, Picasso, Max Jacob.... En una estancia en Mont-roig, hacia 1920, comienza a pintar el cuadro que ser¨ªa el primer hito de su madurez art¨ªstica, La Masia, que le comprar¨ªa Ernest Herningway por 250 d¨®lares. A partir de 1923, Mir¨® tuvo su propio estudio en Par¨ªs, y al a?o siguiente fue uno de los firmantes del Manifiesto Surrealista. El cambio de fortuna hacia el ¨¦xito se produce en 1925, cuando Mir¨® triunfa en una sala de arte parisina y hace -junto con Max Erns- los figurines y decorados de Romeo y Julieta. Casi al mismo tiempo entra en el gran mundo del arte internacional de la mano de su marchand Pierre Loeb. Mir¨¦ cultiva el superrealismo y vuelve a triunfar en la capital francesa en 1928; el Metropolitan Museum of Art de Nueva York le compra dos telas y ¨¦l viaja a Holanda para ver "el mayor de todos los superrealistas: Vermeer de Delft. Pinta Interior holand¨¦s. En 1929 contrae matrimonio con Pilar Juncosa y comienza a construirse una casa en Mallorca.
En 1931, tras exponer por vez primera en Nueva York, dise?a los decorados y vestuario para Jocs d?Infants (Juegos de ni?os), que se representa en 1933 en el Liceo de Barcelona con ¨¦xito clamoroso. En 1937, ya en plena guerra civil, el pabell¨®n de Espa?a en la Exposici¨®n Mundial de Par¨ªs re¨²ne a Pablo Picasso (Gernika), Alexander Calder (Fuente de mercurio) y Joan Mir¨® (El Segador). La victoria franquista le obliga a exiliarse en Francia,y la invasi¨®n nazi le sorprender¨¢ en el pueblo de Varengeville-sur-Mer, donde acaba de pintar las Constelaciones, que son como una reacci¨®n positiva y c¨®sn¨²ca a los horrores de las guerras, y supondr¨¢n el reconocimiento internacional de su obra.
Entre 1941 y 1956, Mir¨® vivir¨¢ con una dignidad enorme lo que se ha dado en llamar el exilior interior. Semioculto en Mallorca, en Barcelona o en Tarragona, el pintor trabaja callada e infatigablemente y expone mientras tanto en Nueva York y Par¨ªs, adonde viaja de vez en cuando. En 1944 ha creado las litograf¨ªas Barcelona; en 1947 hace su primer mural para un hotel de Cmicinatti (Califomia, EE UU); en 1949, los artistas y la comunidad dem¨®crata de Barcelona le rinden homenaje con una exposici¨®n antol¨®gica en las Galer¨ªas Laietanes. Su estudio mallorqu¨ªn de Son Abrines -dise?ado por Josep Llu¨ªs Sert- queda terminado en 1956. Dos a?os despues, la UNESCO le encarga los murales de su sede en Par¨ªs, que realiza con Llorens Artigas.
Homenajes del mundo
Mir¨® es ya un artista universal. A mediados de los a?os sesenta, una tela suya de tama?o mediano puede alcanzar un valor de hasta 10 millones de pesetas, aunque el artista jam¨¢s piensa en esas cosas ni recibe m¨¢s que una parte de lo que se cobra por sus cuadros. Pero os sesenta son a?os triunfales para Mir¨®: el Museo de Arte Moderno de Par¨ªs le dedica una retrospectiva en 1962. Dos a?os despu¨¦s, es la Tate Gallery de Londres la que expone 239 de sus obras. Tendr¨¢ que llegar 1968 para que la antol¨®gica pueda celebrarse en Barcelona, y al a?o siguiente una muestra en Palma.
Con los a?os setenta llegan para Mir¨® los primeros trastornos de salud serios. Gran gourmet y fumador en su juventud, tiene que someterse a r¨¦gimen y cuidados estrictos. En 1970 inaugura el mural del aeropuerto de Barcelona, y en 1975 -el mismo a?o que desaparece el general Franco- Mir¨® cumple una de sus mayores ilusiones con la apertura de la Fundaci¨® Joan Mir¨®-Centre d'Estudis d'Art Contemporani, ubicada en un soberbio edificio dise?ado por Sert en el parque de Montju?c de Barcelona. La recuperada Generalitat de Catalu?a le otorga en 1978 su Medalla de Oro. Ese mismo a?o, Mir¨® recibe el Premio Feltrinelli de Pintura y la Medalla de Oro de la Ciudad de Barcelona.
La universidad de Barcelona le nombra doctor honoris causa en 1979 y en 1982 se inaugura su estatua Dona i ocell en el Parque de L'Escorxador de Barcelona. Este a?o, alrededor del 20 de abril, su 90 aniversario estuvo marcado por celebraciones en todo el mundo y de homenajes a su obra art¨ªstica.
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