Unos objetivos modestos
El presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, ha convocado, en plena euforia nacional por el triunfo futbol¨ªstico sobre Malta, la conferencia de prensa que inicialmente se hab¨ªa anunciado coincidiendo con la fecha del primer aniversario del ejercicio del gobierno por parte del Partido Socialista. La reuni¨®n, dedicada l¨®gicamente a asuntos pol¨ªticos en la mayor parte de su contenido, sirvi¨® tambi¨¦n para que el presidente expusiera su pensamiento sobre la situaci¨®n econ¨®mica espa?ola.Felipe Gonz¨¢lez, que se mostr¨® muy seguro en cuanto a actitud y afirmaciones ante los representantes de los medios informativos, no abandon¨® ese esp¨ªritu de satisfacci¨®n al tratar las materias econ¨®micas. ( ... )
A la hora de realizar un balance sobre el a?o econ¨®mico, su postura fue la de que se han cumplido en la pr¨¢ctica todos los objetivos que se hab¨ªan fijado en el momento en que su partido asumiera el poder.
Resulta t¨®pico referirse al tema..., pero la versi¨®n popular que permanece en cuanto a los objetivos que el PSOE puso de manifiesto en materia econ¨®mica y social a lo largo de su campa?a, es el de la creaci¨®n de los 800.000 puestos de trabajo. El ciudadano de a pie no recuerda demasiado la promesa de que la inflaci¨®n iba a descender dos puntos, o el pron¨®stico de que las exportaciones crecer¨ªan un 5%, sino que tiene en su mente la cifra de los 800.000 como si se tratase del resultado a conseguir en un partido de f¨²tbol o del n¨²mero del primer premio en un sorteo de loter¨ªa.
La realidad de los n¨²meros es, por ahora, muy distinta. La poblaci¨®n activa ocupada ha descendido en 1983 de 10.777.000 a 10.735.000 personas, con p¨¦rdida de 42.000 puestos de trabajo. La destrucci¨®n de, empleo puede decirse que se ha detenido porque esa cifra de 42.000 personas, peque?a al fin y al cabo si se compara con el volumen total de desempleo, corresponde, sobre todo, a la no incorporaci¨®n de personas que buscan por primera vez un puesto de trabajo. Sin embargo, resulta un tanto pretencioso se?alar a la hora de los balances que se han cumplido los objetivos cuando ha sido ¨¦sa la evoluci¨®n que m¨¢s preocupa a todos.
Las estimaciones del presidente, al igual que las que formul¨® un d¨ªa antes el ministro de Econom¨ªa y Hacienda, se?alan que en 1983 el producto interior bruto ,(PIB) espa?ol ha crecido un 2%. Dando por buena la cifra, que supera a las formuladas durante los ¨²ltimos meses por muy diversas instancias de estudios econ¨®micos, nos encontramos con que resulta inferior en medio punto a la anunciada para 1984 por los mismos capacitados representantes del Gobierno. En esas circunstancias, ?c¨®mo va a evolucionar el empleo?
En ese punto s¨ª existe discrepancia de expresi¨®n entre el presidente y el responsable directo de la econom¨ªa. Felipe Gonz¨¢lez conf¨ªa en que, durante el pr¨®ximo a?o, comience a generarse empleo neto, poniendo sus mejores esperanzas en que as¨ª ocurra en las acciones sectoriales y en la evoluci¨®n de la reconversi¨®n industrial. Miguel Boyer, por el contrario, ha puesto de relieve que, con un crecimiento del 2,5% en el PIB, podr¨¢ conseguirse una tasa de aumento del desempleo inferior a la de 1983 o incluso nula, siempre y cuando se alcance la moderaci¨®n salarial y desciendan algo las actuales tasas de inter¨¦s.
Es natural que quienes llevan las riendas de cualquier Gobierno traten de levantar los ¨¢nimos e infundir optimismo sobre la situaci¨®n, pero sin necesidad de recordar promesas electorales que resultan dif¨ªciles de creer ya incluso a quienes las formularon; hay que pensar que los objetivos planteados eran bastante modestos cuando se asegura que se han cumplido. La situaci¨®n econ¨®mica no ratifica esa afirmaci¨®n.
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