Pol¨¦mica en Italia sobre el control de fondos para evitar el pago de rescate a secuestradores
La liberaci¨®n en la Nochebuena de Anna Bulgari-Calissoni y su hijo Giorgio, miembros de una rica familia de joyeros, ha puesto fin a uno de los secuestros que m¨¢s han conmocionado a la opini¨®n p¨²blica italiana y ha vuelto a poner sobre el tapete la cuesti¨®n de la conveniencia o no conveniencia de bloquear los fondos de los familiares de los secuestrados para impedir que se hagan efectivos los rescates.
El final feliz del caso Bulgari ha llegado cuando el dramatismo hab¨ªa llegado a su m¨¢ximo punto, a los cinco d¨ªas de que los delincuentes que ten¨ªan en su poder a madre e hijo hicieran llegar a la familia -como macabra prueba de sus intenciones y para acelerar las negociaciones-, una oreja de este ¨²ltimo, de 17 a?os de edad, junto a la amenaza de dar muerte a ambos si la cantidad exigida no era entregada de forma inmediata. La fotograf¨ªa de ambos, dram¨¢tica y expresiva de las dif¨ªciles circunstancias en que se desarrollaba su cautiverio, aument¨® a¨²n m¨¢s la angustia. Los mejores especialistas m¨¦dicos intentar¨¢n ahora reimplantar al joven Giorgio la oreja cortada, para lo que pueden ser necesarias varias operaciones quir¨²rgicas.Seg¨²n fuentes no oficiales, la cantidad pagada se ha acercado a los 400 millones de pesetas, y, de acuerdo con la Radio Nacional Italiana, fue entregada en la regi¨®n de Toscana, al norte de Roma. Se ha desmentido que se diera orden terminante de intentar impedir el pago del rescate, si bien se dict¨® una providencia de bloqueo blando, destinada a seguir en la medida de lo posible la pista del dinero.
En los ¨²ltimos a?os, la industria del secuestro se ha cobrado 606 v¨ªctimas, 50 de las cuales han resultado muertas y muchas otras a¨²n hoy se dan por desaparecidas.
4.000 millones
Todo esto ha vuelto a replantear el tema de si ser¨ªa m¨¢s eficaz o no el bloqueo de los bienes de las familias de los secuestrados para, de este modo, desalentar esta industria del crimen, que hoy es en Italia la segunda, despu¨¦s del tr¨¢fico de la droga, informa el corresponsal de EL PAIS Juan Arias. S¨®lo el a?o pasado se calcula que fueron pagados en rescates casi 4.000 millones de pesetas. Pero se trata, en realidad, de cifras irreales, porque en la mayor¨ªa de los casos las familias no revelan la verdad de lo entregado a los secuestradores.Y sobre el tema de una ley que proh¨ªba tajantemente pagar un rescate se han dividido tanto las fuerzas pol¨ªticas como los mis mos magistrados. Hasta el momento, cada magistrado puede facultativamente ordenar el bloqueo de los bienes de la familia de la v¨ªctima.
El primero que no est¨¢ convencido, sin embargo, de la eficacia de esta medida es el mismo ministro de Justicia, Nino Martinazzoli, quien se plantea, sin embargo, el problema de que si debe existir una ley debe ser para todos y deber¨¢ cumplirse sin que despu¨¦s motivos sentimentales lleven a la gente a oponerse a que se procese a la familia que ha pagado el rescate.
El problema, seg¨²n el ministro, estriba en lograr una mayor eficiencia de las fuerzas del orden que precisamente en este campo, en los ¨²ltimos a?os, es t¨¢n teniendo unos ¨¦xitos muy considerables, hasta el punto que hoy es liberado en Italia el 50% de los secuestrados sin que se haya pagado ni una lira.
El ex ministro del Interior y jefe de los diputados democristianos, Virgilio Rognini, opina, al contrario que su compa?ero de partido Martinazzoli, que "la ley dura debe fijarse por ley". Los socialistas piensan que el bloqueo de los bienes puede ser una acci¨®n disuasoria eficaz, "pero no definitiva".
Los comunistas han planteado el problema de otro modo. Se preguntan si el aumento de los secuestros no depender¨¢ en buena parte de la facilidad con la que el dinero obtenido por las diversas bandas que trabajan en esta industria no es demasiado f¨¢cilmente invertido en actividades econ¨®micas ilegales. Los neofascistas de Giorgio Almirante proponen que se d¨¦ un gran premio a quien entregue la cabeza del jefe de la banda, mientras una parte de la opini¨®n p¨²blica, sacudida por las ¨²ltimas atrocidades, ha Regado a pedir la pena de muerte para este delito.
Pero, inmediatamente, el ministro de Justicia ha respondido que ¨¦ste es un pa¨ªs extra?o en el que, movidos por la emotividad, llega a pedirse la pena de muerte, y despu¨¦s la gente se echar¨ªa a la calle, "con los obispos a la cabeza", pidiendo la gracia para el condenado.
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