La sociedad Fidecaya, en la moviola de Rumasa
Poco antes de su expropiaci¨®n, Rumasa acord¨® con los liquidadores oficiales de Fidecaya el quedarse con los restos de esta entidad de ahorro particular. Previamente, el Gobierno de UCD hab¨ªa decidido disolver la sociedad, tras devolver los 15.000 millones de pesetas que la Financiera de Capitalizaci¨®n y Ahorro capt¨® durante sus 30 a?os de vida entre casi medio mill¨®n de clientes. El grupo de Ruiz-Mateos se har¨ªa cargo de repartir 6.000 millones p¨²blicos y de los bienes y obligaciones de la empresa, a cambio de reintegrar al Estado, en 55 a?os, los 15.000 millones ya anticipados.Como Sofico y otros casos de delincuencia de cuello blanco, Fidecaya, nacida en 1952, empez¨® a hacer agua desde el momento en que la crisis quebr¨® los negocios basados en la movilidad y las altas plusval¨ªas, entre ellos el inmobiliario. Con poca estructura y bajos costes, miles de delegados a comisi¨®n recog¨ªan ahorros populares que eran invertidos principalmente en actividades inmobiliarias. Entregaban a cambio c¨¦dulas de dep¨®sito, remuneradas seg¨²n el plazo.
En un mercado tan acotado entonces como el financiero, los privilegios de emisi¨®n ten¨ªan como contrapartida controles administrativos, tan fuertes como escasamente operantes. Tras ocho a?os en manos del grupo fundacional, Fidecaya estuvo otros ocho bajo la tutela de Julio Mu?oz Ramonez, luego as¨ªduo de los tribunales. En 1968, tres a?os despu¨¦s de una intervenci¨®n de la Direcci¨®n General de Seguros que dur¨® hasta 1971, lleg¨® por primera vez Miguel Soriano Carrasco, quien lo dej¨® durante algunos ejercicios (hubo nuevas inspecciones en 1974 y 1977) y volvi¨® en 1978, con la idea de hacer un gran grupo financiero-inmobiliario apoyado tambi¨¦n en el Banco de Promoci¨®n de Negocios.
Al margen de las irregularidades de esta nueva presencia -en resumen, Fidecaya se compr¨® a s¨ª misma y fue vendida por Manuel Grau Vila, un hombre que en 1982 actu¨® en dos bancos como testaferro de Ruiz-Mateos- pas¨® a ser regida por el ex-inspector de seguros Juan Aldaz, quien antes hab¨ªa detectado incumplimiento de las garant¨ªas t¨¦cnicas se?aladas. Ocurr¨ªa que los negocios inmobiliarios ya no daban de s¨ª.
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