Amores precoces

El cine era modelo de conductas. Hay quien aprendi¨® a besar pegajosamente porque adivin¨® que as¨ª las gastaban en aquello planos ocultos por el sombrero. Este aspecto inici¨¢tico de la pantalla grande qued¨® un tanto mermado con la televisi¨®n y un disminuido temor social a la perniciosidad del sexo. En la actualidad, la edad estad¨ªstica del p¨²blico cinematogr¨¢fico ha bajado, los romances en 35 mil¨ªmetros tiene tiernos protagonistas y el argumento habla de la primera menstruaci¨®n. Manolo Summers se anticip¨® a estos guiones con precoces amor¨ªos y elabor¨® una saga familiar que empez¨® con el primer misterio: ?vienen los ni?os de Par¨ªs?. Explicada pedag¨®gicamente la inc¨®gnita de las zancudas que acarrean beb¨¦s, con la inevitable simpat¨ªa hacia los chavales que estaban en la inopia, Summers rod¨® El ni?o es nuestro. La pel¨ªcula que hoy emite televisi¨®n, Ya soy mujer, cierra este ciclo divulgativo y paternal con unos protagonistas que, ya conocedores de los misterios de la vida, viven las primeras angustias sentimentales y ginecol¨®gicas. Quiz¨¢ por miedo a que la situaci¨®n diera poco de s¨ª, los guionistas amenizaron el problema con la presencia de un gal¨¢n tonsurado que enrarece los coqueteos in¨¦ditos de la espabiladilla chica que ya es mujer.La tr¨ªlog¨ªa fue de m¨¢s a menos y en Ya soy mujer ni tan siquiera hay el encanto bobalic¨®n de los anteriores repartos. Los manuales de sociolog¨ªa le sacar¨¢n m¨¢s jugo que los de historia del cine a esta pel¨ªcula. La ficha t¨¦cnica de la misma registra un apellido de actriz del que poco m¨¢s se ha sabido en el sector: Cristina Ram¨®n.