El impacto del ejemplo argentino
LA IMPLANTACI?N de la democracia en Argentina, la eficacia y rapidez con que el presidente Ra¨²l Alfonsin est¨¢ llevando a cabo, en medio de grandes dificultades, sus compromisos electorales, causan un impacto profundo en los otros pa¨ªses del Cono Sur de Am¨¦rica. Es, principalmente, un est¨ªmulo a las fuerzas democr¨¢ticas que aspiran a poner fin a dictaduras militares que duran desde hace lustros o decenios. En Brasil y, Uruguay la relaci¨®n es, quiz¨¢, m¨¢s directa, no ya por la proximidad geogr¨¢fica, sino porque en ambos casos est¨¢n ya proyectados, con compromisos ante el pa¨ªs, el proceso y el plazo de la devoluci¨®n del poder a las personas designadas por m¨¦todos electorales, m¨¢s ¨®, menos democr¨¢ticos.En Brasil, despu¨¦s de la seria derrota sufrida por el Gobierno en las elecciones de noviembre de 1.982, el general y presidente Jo?o Figueiredo se encuentra en una situaci¨®n muy dif¨ªcil; no s¨®lo a causa de un estado financiero de verdadera bancarrota, sino porque la oposici¨®n popular contra su pol¨ªtica es firme y extendida. En el Parlamento, la oposici¨®n ha derrotado una serie de leyes propuestas por el Gobierno, y al ocupar la direcci¨®n de Gobiernos regionales fundamentales, c¨®mo R¨ªo de Janeiro y S?o Paulo, su peso es enorme en toda la vida pol¨ªtica nacional. Las acciones obreras han sido particularmente en¨¦rgicas, y la reciente creaci¨®n de una Central ¨²nica de Trabajadores, coordinando la diversidad sindical imperante hasta ahora, potenciar¨¢, sin duda, su efectividad. Hoy el tema pol¨ªtico central es la forma de elecci¨®n del futuro presidente de la Rep¨²blica, fijada para marzo de 1985. Los partidos de la oposici¨®n acaban de iniciar una campa?a de m¨ªtines y concentraciones para exigir que esa elecci¨®n se haga directamente por los 50 millones de electores con que cuenta Brasil y no por la v¨ªa indirecta, hoy vigente, de un colegio electoral restringido de 686 miembros, que permite al grupo gobernante sucederse a s¨ª mismo, despreciando la opini¨®n del pa¨ªs. Esta campa?a por la elecci¨®n directa est¨¢ logrando un ¨¦xito impresionante de asistencia popular. Los sondeos indican que, de realizarse directamente la elecci¨®n, el futuro presidente ser¨ªa, probablemente, Lionel Brizola, ahora gobernador de R¨ªo de Janeiro; en cualquier caso, los militares no podr¨ªan escoger al sucesor de Figueiredo.
En Uruguay, la huelga general del pasado 18 de enero, convocada por el Consejo Intersindical de los Trabajadores, el. sindicato de los estudiantes y la asociaci¨®n que agrupa a las cooperativas, ha alcanzado unas proporciones superiores a las previstas. Con la excepci¨®n de los funcionarios, sometidos a una vigilancia especial, el paro fue total. Su objetivo era la protesta contra el descenso del nivel de vida, que llega a l¨ªmites insufribles. Pero el significado de la huelga fue, adem¨¢s, pol¨ªtico: toda la poblaci¨®n se sum¨¦ a ella y la vida de Uruguay se paraliz¨® durante 24 horas. La voluntad de recuperar la democracia se hizo patente con m¨¢s unanimidad que en ocasiones anteriores, como el refer¨¦ndum de 1980 o las manifestaciones de noviembre pasado. La reacci¨®n de los militares ha sido brutal: han roto el proceso de lenta liberalizaci¨®n, que debe llevar a elecciones generales en noviembre de este a?o, y han disuelto el Consejo Intersindical, confiscado sus bienes y cerrado sus locales, prohibiendo a la Prensa informar sobre la huelga. Un paso atr¨¢s grav¨ªsimo, aunque muy dif¨ªcil de sostener para un poder tan desgastado como el de los militares uruguayos.
Sin embargo, conviene evitar una visi¨®n unilateral del impacto de Argentina y apreciar s¨®lo el est¨ªmulo democr¨¢tico. Algunas de las medidas de evidente justicia adoptadas por el presidente Alfons¨ªn, y en particular el espect¨¢culo de generales sometidos a juicio -sin hablar ya de los casos posibles de provocaci¨®n-, determina, entre los generales que detentan el poder en Brasil y Uruguay, pon formas distintas, una reacci¨®n de temor y endurecimiento, y a la vez, una decantaci¨®n entre diversos sectores militares. En ese orden, es importante dejar claras las diferencias entre unas y otras situaciones: si cabe hablar del ejemplo argentino, es, sobre todo, respecto a la limpieza con la que el pueblo ha elegido en las urnas a sus gobernantes, pero muchas de las caracter¨ªsticas del proceso democr¨¢tico ser¨¢n diferentes en unos u otros pa¨ªses.
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