Fernando Garc¨ªa Tola

Fernando Garc¨ªa Tola es una de esas personas que vive de, por y para la televisi¨®n. "Soy una pavesilla que se consume con sus programas". En este medio centra su actividad profesional desde que hace 21 a?os saliera de Valladolid y se instalara en Madrid. Su tiempo libre lo dedica casi ¨ªntegramente a distraerse delante de la peque?a pantalla, "porque a m¨ª me gusta mucho la programaci¨®n. Todos los d¨ªas hay cosas que me interesan. Y, adem¨¢s, es gratis. Creo que las cr¨ªticas no son demasiado justas".

Fernando Garc¨ªa Tola, de 42 a?os, es un hombre nervioso que fuma constantemente, que se frota incansablemente las manos y que es incapaz de estar quieto en el asiento. "Soy un neur¨®tico. Muy inseguro, de una inseguridad casi enfermiza, que trato de neutralizar rode¨¢ndome de gente que sabe mucho. Necesito confiar en el talento de otras personas, y entonces, bien arropado, puedo llegar a hacer lo que hago".Dice que lo suyo es el periodismo teatralizado, f¨®rmula que a inici¨® con los desaparecidos programas Dos por dos, en el que daban la cara Mercedes Mil¨¢ e Isabel Tenaille, y en Esta noche, donde Carmen Maura interpretaba los textos surrealistas, absurdos y siempre cr¨ªticos, que Tola escrib¨ªa.

Lo que hace en Si yo fuera presidente, uno de los espacios de mayor audiencia y que m¨¢s pol¨¦mica han despertado en la televisi¨®n, le satisface solo en un 60%. "Aqu¨ª o tengo ya la oportunidad de hacer totalmente ese periodismo teatralizado del que hablaba. Con una libertad casi total. Dar la cara por la pantalla no me asustaba en absoluto. Lo pasaba mucho peor con Carmen Maura. Mientras ella hablaba yo estaba detr¨¢s de la c¨¢mara mordi¨¦ndome los pu?os, con m¨¢s de 120 pulsaciones por minuto, al borde del infarto, temiendo que se equivocara. Por eso, aunque lo pase mal, prefiero ser yo el que diga directamente los textos; esos editorialillos con los que yo pretendo dar la opini¨®n del hombre de la calle".

Dice Tola que su papel en el programa que dirige y presenta es el de abogado del diablo. O mejor, el del hombre de la calle. "Cuando se hace un programa de estas caracter¨ªsticas, cabe la soluci¨®n de contar las cosas -la vida- a trav¨¦s de las grandes interpretaciones de los expertos de turno y haciendo entrevistas a los m¨¢s brillantes del lugar. En estos momentos nosotros hemos decidido contar lo que ocurre a trav¨¦s de sus protagonistas de la calle, de la gente m¨¢s an¨®nima posible; una gente a la que, muchas veces, es muy dif¨ªcil convencer para que venga aqu¨ª a decir lo que piensa.

No cree Tola que el tono que utiliza en su programa pueda llegar a resultar pedante respecto a sus entrevistados. Por el contrario, asegura que trata de huir del papel que hacen algunos entrevistadores que tratan de lucirse a costa de los dem¨¢s. "A m¨ª lo que me gusta es hacer de hombre de la calle. Actuar como una de esas personas que aunque frente a ¨¦l tengan una persona que les pretende apabullar por datos y estad¨ªsticas, siempre plantean la duda sabia y pueblerina con cara de decir que a m¨ª no me la das".

Los topes de su espacio son los que ¨¦l mismo se marca. Asegura que ninguno de los actuales directivos de RTVE le ha puesto jam¨¢s el menor obst¨¢culo, hasta el punto de que se enteran del contenido del programa cuando ¨¦ste se emite por televisi¨®n. "Para m¨ª, trabajar con libertad es una necesidad vital", asegura.

Para despu¨¦s de Si yo fuera presidente no tiene nada pensado, aunque ser¨¢ algo siempre relacionado con el periodismo espect¨¢culo. "El programa estar¨¢ al menos seis meses en antena. A¨²n estamos en esa efervescencia que te impide pensar en otros proyectos, porque de una semana para otra ni si siquiera sabemos qu¨¦ es lo que vamos a hacer. Pero yo soy un profesional con ideas nuevas. Ser¨ªa incapaz de estarme a?os con un mismo espacio. Mi vitalidad me lo impide".