Eva Nasarre, gimnasta televisiva
Su programa 'Puesta a punto', tercero en audiencia del segundo canal
Eva Nasarre, a sus 23 a?os, pone firmes ante el televisor a miles de espa?oles con su programa Puesta a punto. Con su sonrisa eterna, sus inocentes gui?os y sus movimientos gimn¨¢sticos ha logrado en s¨®lo cuatro meses acabar con la leyenda del sill¨®n-bol, el deporte que -dicen- practicaba la mayor¨ªa del pa¨ªs. Puesta a punto se ha colocado, sin premeditaci¨®n ni alevos¨ªa de los directivos de televisi¨®n, en el tercer puesto de audiencia en la segunda cadena, tras la pel¨ªcula de La clave y la reposici¨®n de Los gozos y las sombras. No es extra?o, pues, que Eva sea ahora "la ni?a de televisi¨®n", como dice ella. "Todos me miman". Con la misma naturalidad con la que obliga a doblar el espinazo a los neogimnastas, Eva deja caer que "Calvi?o es mi amigo. Me llama bicho, y dice que soy la que mejor coqueteo con la c¨¢mara".
, Eva Nasarre irradia al natural la misma simpat¨ªa que cuando ense?a un nuevo ejercicio que obliga a los sufridos telespectadores a apartar un poco m¨¢s los mueble del comedor. Siempre sonr¨ªe. "Si dentro de 10 a?os tengo arrugas seguro que ser¨¢ de tanto re¨ªr". El ¨¦xito de su programa le ha sorprendido a ella y a los directivos televisivos. "El programa ten¨ªa que presentarlo Sagrario Aguado, pero sufri¨® una lesi¨®n. Yo fui la soluci¨®n de emergencia y, mira, ha funcionado".La explosi¨®n de popularidad le ha sorprendido y, adem¨¢s, ha cambiado su vida. "Yo soy de L¨¦rida, pero vivo en Barcelona, donde mi marido y yo tenemos un gimnasio. Por eso, debo vivir en Madrid tres d¨ªas a la semana para grabar los programas, adem¨¢s de comer y cenar constantemente para cumplir con mis compromisos. Ahora, el ¨²nico v¨ªnculo matrimonial que tengo es el contestador autom¨¢tico".
El esfuerzo que representa viajar rodeada de ejecutivos en el puente a¨¦reo Madrid-Barcelona, para hacer gimnasia y dirigir a los telespectadores en un estudio donde la temperatura llega a los 40?, no preocupa a Eva Nasarre. "Me suceden cosas que compensan mi cansancio". Y, pese a declararse t¨ªmida, Eva explica decenas de an¨¦cdotas, una detr¨¢s de otra: "El otro d¨ªa me llam¨® Jes¨²s Hermida, el ex director del Consejo Superior de Deportes, y me dijo que yo estaba haciendo una gran labor para fomentar el deporte. Me sent¨ª muy bien, casi tan bien como cuando una se?ora me coment¨® que su hijo, subnormal, se pon¨ªa ante el televisor a las siete para hacer gimnasia".
Eva, sin embargo, logra hacer temblar a sus seguidores cuando levanta el dedo acusador y dice ante las c¨¢maras: "?Por qu¨¦ no han hecho este ejercicio? Si descansan en el momento inadecuado, esto no sirve para nada". La rega?ina trajo repercusiones. "El domingo est¨¢bamos en el parque G¨¹ell, leyendo el diario, cuando se acerc¨® un se?or con un ni?o. Me pregunt¨® si yo era la chica que hace gimnasia por la tele. Le dije que s¨ª, y entonces se?al¨® a un ¨¢rbol y me dijo que su otro hijo estaba escondido all¨ª porque un d¨ªa no hab¨ªa hecho un ejercicio y cre¨ªa que yo le hab¨ªa visto y le hab¨ªa rega?ado".
A¨²n no sabe si el pr¨®ximo a?o seguir¨¢ con el programa. "Salir cada d¨ªa en televisi¨®n quema mucho la imagen. Adem¨¢s, quiero mantener mi naturalidad. No quiero que la fama acabe con mi forma de ser". Eva reconoce tambi¨¦n sus limitaciones. "Sin la ayuda de Jordi P¨¦rez Bravo, que lleva la coreograf¨ªa y que fue miembro del Ballet Contempor¨¢neo de Barcelona, la calidad del programa bajar¨ªa mucho. Le llamamos machaca, pero su ayuda es muy importante". Para ella, que poco a poco est¨¢ consiguiendo esconder su acento leridano, la prueba m¨¢s diricil fue el d¨ªa que tuvo que hablar como un pasota madrile?o: "No sabes lo que me cost¨® decir '?Qu¨¦ pasa?, tronco'".
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