Tribunal de Cuentas detecta numerosas irregularidades en el funcionamiento del Banco de Espa?a
Deudas tributarlas por m¨¢s de 235,6 millones de pesetas por falta de retenciones en el impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas; descontrol y desbordamiento en pr¨¦stamos para viviendas y anticipos a empleados (un 20% de los pr¨¦stamos vivos han servido para comprar una segunda o tercera vivienda); cesi¨®n gratuita de inmuebles a determinados ayuntamientos; dietas injustificadas por asistencia a consejos de administraci¨®n; sucesivos cambios de criterios contables en la valorizaci¨®n del oro propio de la entidad mientras permanece inalterada la valorizaci¨®n del depositado por el Estado, y revalorizaci¨®n contable de las divisas en su poder aprovechando, la evoluci¨®n a la baja de la peseta, constituyen algunas de las irregularidades detectadas en el Banco de Espa?a por una auditor¨ªa del Tribunal de Cuentas.
La auditor¨ªa del Tribunal de Cuentas, que acaba de recibirse en el Congreso y que no recoge las operaciones de saneamiento de bancos en crisis, indica, en primer lugar, que su labor fiscalizadora se vio dificultada porque el marco jur¨ªdico, al que debe ajustarse el Banco de Espa?a, que es confuso y obsoleto. Por todo ello, el alto tribunal urge al Gobierno el cumplimiento de la ley de 21 de junio de 1981, que obliga al Ejecutivo a remitir "a las Cortes Generales las disposiciones relativas a la naturaleza, r¨¦gimen jur¨ªdico, funciones y actuaci¨®n del Banco de Espa?a".La fiscalizaci¨®n del Tribunal de Cuentas ha descubierto que en 1981 se han llegado a aplicar hasta tres criterios distintos por parte del Banco de Espa?a para calcular beneficios o p¨¦rdidas en la compraventa de divisas. En los primeros meses se aplicaron criterios vigentes en 1980 (valoraci¨®n de las divisas vendidas seg¨²n coste medio de adquisici¨®n).
Posteriormente, desde marzo, se aplic¨® otro criterio, en el que los beneficios o p¨¦rdidas se calculaban diariamente separando en dos partes las unidades vendidas en el d¨ªa. "Por un lado, se toman las ventas que igualan las compras de cada divisa efectuadas en el d¨ªa, calcul¨¢ndose el resultado por comparaci¨®n entre los ingresos corrientes correspondientes a estas unidades monetarias vendidas y compradas. Por otro lado, se separan las ventas de la divisa que exceden de las compras, que por tanto suponen una disminuci¨®n en las existencias del Banco de Espa?a de esa divisa, obteni¨¦ndose el resultado de la diferencia entre ingresos corrientes y coste medio de las existencias de dicha divisa".
En octubre de ese mismo a?o vuelve a cambiarse el sistema hacia un c¨®mputo, anual "con efectos retroactivos al 1 de enero de 1981". En, esencia, este sistema consiste en comparar las entradas y salidas de moneda extranjera, en cada, divisa, en el conjunto del a?o, en vez de comparar las entradas y salidas diariamente. Este sistema, seg¨²n el Tribunal de Cuentas, "no se ajusta al principio del precio de adquisici¨®n al introducir en la valoraci¨®n de las ventas un coste de reposici¨®n ponderado, una vez que ha sido conocida la evoluci¨®n del tipo de cambio. Por otro lado, los cambios de criterio que ha efectuado el Banco de Espa?a suponen una quiebra del principio contable de continuidad, recogido en el C¨®digo de Comercio".
El Tribunal de Cuentas ha detectado tambi¨¦n, en las operaciones de revalorizaci¨®n del oro efectuadas en 1981 por el banco emisor, que "no todo el oro del Estado espa?ol figura valorado con id¨¦nticos criterios". La revalorizaci¨®n s¨®lo alcanz¨® al oro del banco y no al del Tesoro depositado en el propio Banco de Espa?a. Esto, seg¨²n el tribunal, supone una nueva quiebra del principio de continuidad.
Generosas ayudas al personal
El Tribunal de Cuentas ha comprobado que los pr¨¦stamos de los que son beneficiarios los empleados del Banco de Espa?a se contemplan en una profusa y contradictoria regulaci¨®n; que la cuant¨ªa de los cr¨¦ditos concedidos en 1981 sobrepas¨® 11,4 veces las dotaciones autorizadas para este fin, y que el 40% de los titulares de pr¨¦stamos vivos ya hab¨ªa disfrutado de otro pr¨¦stamo con anterioridad. Seg¨²n la auditor¨ªa, "si se tienen en cuenta no s¨®lo los pr¨¦stamos vivos sino tambi¨¦n los cancelados, la proporci¨®n de empleados del Banco de Espa?a que han disfrutado de m¨¢s de un pr¨¦stamo aumenta en un 21%. Esta circunstancia se manifiesta, asimismo, en la adquisici¨®n de dos o m¨¢s viviendas por empleado beneficiario, alcanzando a un 20% de los casos en los pr¨¦stamos vivos y a un 21% en los cancelados".
En cuanto a la concesi¨®n de anticipos reintegrables, que no devengan inter¨¦s y cuyo plazo de devoluci¨®n es cinco a?os, tampoco parece, a juicio del tribunal, que se otorguen de forma suficientemente justificada.
La auditor¨ªa ha descubierto, asimismo, que el Banco de Espa?a no efectu¨® en 1980 y 1981 retenciones por impuesto sobre la renta de las personas f¨ªsicas en socorros por jubilaci¨®n, percepciones en concepto de economato, ayudas familiares, aguinaldos e indemnizaciones por cierre de sucursales. Todos estos conceptos tienen car¨¢cter de renta y suponen un impago al Estado de 235,6 millones de pesetas.
El tribunal tambi¨¦n ha comprobado cesiones gratuitas de inmuebles, correspondientes a sucursales clausuradas, a los Ayuntamientos de Alcoy, Antequera, Cabra, Calatayud, Don Benito, Haro, J¨¢tiva, Linares, Reus, Talavera de la Reina, Tortosa y Valdepe?as. El Banco de Espa?a se comprometi¨®, adem¨¢s, a contribuir con 12 millones de pesetas al acondicionamiento de los edificios. Seg¨²n el Tribunal de Cuentas, el Banco de Espa?a no debi¨® proceder a estas cesiones, ajenas a su cometido.
Asimismo, la auditor¨ªa detect¨® numerosas irregularidades en fondo de atenciones ben¨¦fico-sociales ("se ha comprobado que en 1980 y 1981 existen abonos" al citado fondo "por 1.600 millones en cada ejercicio correspondiente a los beneficios generados en 1979 y 1980); sobre determinados aspectos de gastos de personal (incumplimiento topes de horas extraordinarias, entre otras), y en el anticipo poco justificado de fondos al economato.
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