130 ni?os minusv¨¢lidos mentales pueden quedar sin tratamiento por la retirada de subvenciones

Un grupo de 130 ni?os minusv¨¢lidos ps¨ªquicos, desde reci¨¦n nacidos hasta con seis a?os est¨¢n a punto de perder el ¨²nico centro privado ben¨¦fico que funciona en Madrid dedicado a la estimulaci¨®n precoz, a causa de la suspensi¨®n de las ayudas que recib¨ªan de diversos organismos oficiales. La Asociaci¨®n de Necesitados de Atenci¨®n Precoz (ANAP), de la que dependen, ha lanzado un mensaje urgente a la opini¨®n p¨²blica para buscar una soluci¨®n.

Los 13 profesionales que trabajan en ANAP no han cobrado la mayor parte de sus sueldos durante ' el pasado a?o. Esta asociaci¨®n, constituida por padres de ni?os deficientes mentales, naci¨® en 1982 como continuaci¨®n de una labor -iniciada por profesionales en la Casa de Salud de Santa Cristina, en Madrid- que corr¨ªa peligro de desaparecer por problemas burocr¨¢ticos.En 1982 ANAP recibi¨® 20 millones de pesetas para financiar sus actividades, a trav¨¦s del Instituto de Servicios Sociales (Inserso), del Fondo Nacional de Asistencia Social (FONAS), de la Diputaci¨®n Provincial y del Ayuntamiento de Madrid.

Estimulaci¨®n precoz

Pero al a?o siguiente, en 1983, el Inserso redujo la subvenci¨®n a la mitad -de ocho a cuatro millones de pesetas- y, por otra parte, el FONAS se encuentra en pleno proceso de trasferencia a la Comunidad Aut¨®noma, que ha asumido las competencias de la Diputaci¨®n Provincial. Por ello, ANAP no pudo encontrar el cauce institucional adecuado para volver a percibir la subvenci¨®n que por ambas v¨ªas recibi¨® el primer a?o. Este a?o las subvenciones siguen en el aire.El tratamiento que se sigue en ANAP est¨¢ dirigido a la detecci¨®n precoz de las deficiencias y al desarrollo ¨®ptimo de las primeras fases evolutivas del ni?o, para evitar que se acumule el retraso en su desarrollo mental. El equipo de trabajo de la asociaci¨®n est¨¢ formado por especialistas en diversas materias m¨¦dicas, como psicolog¨ªa, neurolog¨ªa y pediatr¨ªa.

De no arreglarse la situaci¨®n, muchos de estos ni?os sufrir¨ªan un retraso, quiz¨¢ irrecuperable en su ya delicada situaci¨®n. En Madrid s¨®lo funciona otro centro de similares caracter¨ªsticas aunque este pertenece al Inserso y es, por tanto, oficial. Pero entre los dos centros no pueden atender la demanda real en la sociedad.

"Si mi hija Judith", cuenta Bernardo D¨ªaz, vicepresidente de ANAP, "se quedara sin tratamiento y yo no pudiera pagar las 40.000 pesetas mensuales que cuesta uno privado, nunca aprender¨ªa a hablar".