Sigo la pol¨¦mica

Planteada por la conferencia de Cebri¨¢n en el Ateneo de Barcelona, a la que asist¨ª. Me gustar¨ªa aportar una serie de reflexiones sobre qu¨¦ es una naci¨®n. Me atrever¨ªa a definirlaPasa a la p¨¢gina 10

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como un conjunto de individuos unidos por una serie de v¨ªnculos culturales (hist¨®ricos, ling¨¹¨ªsticos, etc¨¦tera) que les impulsa a erigirse como unidad. Se trata, por lo tanto, de una unidad social determinada que, como es l¨®gico, no siempre es de la misma intensidad, lo que explica que el nacionalismo catal¨¢n o vasco sea cuantitativamente m¨¢s destacado que otros nacionalismos que pueden darse en el Estado espa?ol. El nacionalismo es, pues, una unidad social determinada, pero no la ¨²nica que puede producirse. Podr¨ªamos decir que desde la individualidad de cada ciudadano hasta la totalidad de la humanidad, el hombre se estructura en unidades de distinto nivel, las cuales se van superponiendo unas a otras. Enmarcado en una visi¨®n amplia como ¨¦sta, entiendo que Cebri¨¢n tiene raz¨®n en sus planteamientos. Entiendo que a finales del siglo XX, con el elevado grado de interrelaci¨®n cultural entre unidades sociales de cualquier nivel, no tiene sentido afincarse en una sola de estas unidades haci¨¦ndola bandera exclusiva de la acci¨®n sociopol¨ªtica. Pienso que el hombre contempor¨¢neo es el que es capaz de ascender y descender por esta estructura de niveles sociales y hace de todos ellos medio y fin de su actuaci¨®n./