Felipe Gonz¨¢lez presidi¨® en el Cuartel General del Ej¨¦rcito el funeral por el teniente general Quintana, en un ambiente de total serenidad
En un ambiente de total serenidad y normalidad, el presidente del Gobierno presidi¨® a mediod¨ªa de ayer el funeral de cuerpo presente por el teniente general Guillermo Quintana, asesinado el domingo en Madrid por dos terroristas que le alcanzaron con 13 disparos. Al acto, celebrado en el patio de armas del Cuartel General del Ej¨¦rcito, asisti¨® en silla de ruedas la viuda del fallecido, Mar¨ªa Elena Ramos -herida de bala en una pierna en el mismo atentado- acompa?ada de sus siete hijos, cuatro de ellos militares. El m¨¢s joven de los hijos, el teniente de Infanter¨ªa Alfonso Quintana, agradeci¨® personalmente a Felipe Gonz¨¢lez su presencia.
Tambi¨¦n estuvieron presentes en la ceremonia, por primera vez en estos casos, el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra -no hab¨ªa asistido todav¨ªa a ning¨²n acto oficial castrense- y el jefe de la oposici¨®n, Manuel Fraga. Los cerca de 500 mandos militares que estuvieron en el Cuartel General, encabezados por el ministro de Defensa y la Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM), mantuvieron en todo momento una actitud de absoluto respeto.La ceremonia se inici¨® a las 13.00 horas, tras la entrada en el patio de armas, en medio de un gran silencio, del presidente y del vicepresidente del Gobierno, as¨ª como del ministro de Defensa, Narc¨ªs Serra. Felipe Gonz¨¢lez se situ¨®, en una zona destacada, a la derecha el altar y, tras ¨¦l, Alfonso Guerra, Narc¨ªs Serra, la JUJEM, los presidentes del Senado y del Congreso, el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, los ex ministros de Defensa Alberto Oliart y Agust¨ªn Rodr¨ªguez Sahag¨²n, el presidente de la Xunta de Galicia (el general Quintana era gallego), el fiscal general del Estado, el jefe de la oposici¨®n, el gobernador civil y el alcalde de Madrid y varios parlamentarios. A la izquierda del altar, en la zona destinada a familiares, figuraba la viuda del general, con las piernas cubiertas con una manta, la hermana del general asesinado y los cuatro hijos militares del que fue capit¨¢n general de Madrid. El mayor de los hijos, comandante Guillermo Quintana, ayudante del Rey, estuvo durante casi todo el acto junto a su madre, dirigi¨¦ndole palabras de consuelo en los momentos de m¨¢s emoci¨®n. Los otros tres hijos, Jos¨¦ Javier, Pedro y Alfonso, se mantuvieron durante todo el funeral, en posici¨®n de firmes. Tras las autoridades presentes en la misa, figuraban cerca de 200 jefes militares representantes de todas las unidades de la I Regi¨®n Militar. Junto a los familiares, se situaron 15 agregados militares de diferentes embajadas extranjeras en Madrid y, a lo largo del patio, form¨® la compa?¨ªa de honores del Cuartel General del Ej¨¦rcito de Tierra. A la citada hora, con una temperatura de 4? C, y mientras una banda militar interpretaba la Marcha de Infantes, fue introducido en el patio de armas el f¨¦retro con los restos del general Quintana, a hombros de sus cuatro hijos y otros familiares. ?se fue uno de los escasos momentos en que Mar¨ªa Elena Ramos derram¨® algunas l¨¢grimas. El f¨¦retro, cubierto con una bandera espa?ola, fue colocado sobre un t¨²mulo, frente al altar.
Contra toda violencia En la breve homil¨ªa, el vicario general castrense, monse?or Jos¨¦ Manuel Estepa, dijo que, en el momento del atentado, el teniente general Quintana estaba comentando con su esposa las Bienaventuranzas del Evangelio que el matrimonio hab¨ªa escuchado en la misa que acababa de o¨ªr. Destac¨® la que dice "bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos ser¨¢n llamados hijos de Dios", y dijo que "no podemos callar ante las acciones terroristas cargadas de odio y muerte". Critic¨® tambi¨¦n a quienes sienten la tentaci¨®n de erigirse en "justicieros", y expres¨® su gratitud a quienes arriesgan su vida por el servicio de Espa?a. En el momento de darse la paz, los hijos de Quintana Lacaci besaron a su madre, que agarr¨® la mano del m¨¢s joven y la mantuvo apretada contra sus labios durante varios segundos. Al t¨¦rmino del acto religioso, a las 13.30 horas, la banda de m¨²sica interpret¨® el Toque de Oraci¨®n y, seguidamente, el Himno de Inflanter¨ªa, que fue coreado por los asistentes.
Gritos contra el Gobierno Hacia las 13.40 horas, el f¨¦retro fue cogido a hombros de varios generales que, a pie, lo sacaron del patio de armas y se dirigieron hacia la puerta en la calle de Alcal¨¢, frente al edificio del Banco de Espa?a. Tras el f¨¦retro, todos los asistentes hicieron el recorrido, de unos 300 metros. A esa hora, se encontraban en la acera del Banco de Espa?a cerca de 2.000 personas, muchas de las cuales aplaudieron a la salida del f¨¦retro y dieron gritos contra el Gobierno y en favor de la intervenci¨®n militar cuando aparecieron Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra. El f¨¦retro fue colocado en un t¨²mulo en la acera del Cuartel General, y junto a ¨¦l se colocaron los familiares de Quintana y las primeras autoridades. Los militares asistentes pasaron ante el cad¨¢ver -la calle hab¨ªa sido cortada parcialmente- y finalmente desfil¨® la compa?¨ªa de honores. El f¨¦retro fue introducido despu¨¦s en un furg¨®n que lo traslad¨® al cementerio de El Pardo, donde fue enterrado el general. Cuando el presidente del Gobierno se dispon¨ªa a partir del lugar, los gritos de quienes estaban enfrente arreciaron, lo que origino gestos de desagrado en el propio Felipe Gonz¨¢lez y en los miembros de la JUJEM. A lo largo de la ma?ana, varias compa?¨ªas de la Reserva de la Polic¨ªa Nacional mantuvieron una fuerte vigilancia en torno al Cuartel General del Ej¨¦rcito, mientras en diversos puntos de la capital y de la periferia estaban instalados controles policiales. Este hecho, unido al desplazamiento por el centro de Madrid de importantes autoridades acompa?adas de sus veh¨ªculos de escolta, origin¨® fuertes atascos de tr¨¢fico.
A primera hora de la tarde, fuentes del Ministerio de Defensa se?alaron que, de acuerdo con los datos facilitados por el Estado Mayor del Ej¨¦rcito y el Centro de Informaci¨®n para la Defensa (CESID), no se hab¨ªa producido incidente alguno en los acuartelamientos militares a lo largo del d¨ªa.
Por otra parte, el coronel ?ngel Francisco Gil Pach¨®n, que result¨® herido en el mismo atentado al ser alcanzado por dos balas, experiment¨® ayer una mejor¨ªa en su estado, que se considera no grave.
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