Bofill y el andalucismo

Andaluc¨ªa es en estos momentos un hervidero de "reivindicaciones nacionalistas". De acuerdo, bien est¨¢ el reivindicacionismo, si la raz¨®n es v¨¢lida.Pero en este caso la chispa que ha desencadenado el incendio es nada m¨¢s -y nada menos- que el nombramiento de un catal¨¢n como comisario de la Exposici¨®n Universal de 1992.

Se?ores, seamos justos y pragm¨¢ticos. ?A qui¨¦n hay que nombrar para ocupar un cargo determinado? O, mejor dicho, ?qu¨¦ razones existen para que una persona y no otra sea designada para ocupar un puesto determinado? Yo dir¨ªa que fundamentalmente se exige la preparaci¨®n adecuada para desempe?arlo, y en tal caso no juegan los localismos ni los nacionalismos, sino un profesionalismo y un prestigio reconocidos. Y es evidente que Bofill los posee.

Precisamente en estos momentos los catalanes acabamos de dar ejemplo de pragmat¨ªsmo eficaz. Y me refiero concretamente al hecho de haber concedido, por votaci¨®n popular, el premio para el monumento a Maci¨¤ a un taller de arquitectura de Madrid, que compet¨ªa con un equipo catal¨¢n y con otro b¨²lgaro. As¨ª fue elegido el rayo l¨¢ser con las cuatro barras que presentaban los madrile?os: simplemente, porque se consider¨® el mejor y el m¨¢s adecuado. Y nadie se ha rasgado las vestiduras. /