El director del Prado cree que "no hay oscurantismo ni misterio" en torno a los fondos de la pinacoteca
Alfonso E. P¨¦rez S¨¢nchez se defiende de las acusaciones contra la gesti¨®n de la entidad
Las acusaciones que ha recibido ¨²ltimamente la gesti¨®n del Museo del Prado han sido respondido por el director de la pinacoteca, que considera que "no hay oscurantismo ni misterio alguno" en torno a los fondos y las actividades de la principal entidad art¨ªstica espa?ola. Sin embargo, son muchas las acusaciones vertidas contra el funcionamiento de nuestro primer patrimonio art¨ªstico; la mayor parte de ¨¦stas han sido expuestas al director del Prado, Alfonso E. P¨¦rez S¨¢nchez, en una extensa entrevista. P¨¦rez S¨¢nchez fue nombrado para su cargo actual a principios de 1983, pero ha permanecido vinculado al Museo desde su ingreso en el mismo, en 1961.
Pregunta. Se dice que casi un millar de cuadros de documental duermen en los dep¨®sitos del museo, 1.046 est¨¢n perdidos o extraviados y 379 permanecen pendientes de localizaci¨®n. ?Qu¨¦ tiene que responder a eso?Respuesta. Para empezar debo decir que la pol¨¦mica en torno al Prado ha sido provocada por los art¨ªculos publicados en EL PAIS por una sola persona, el se?or Juan G¨®mez Soubrier. Respondiendo a su pregunta dir¨¦ que esas cifras corresponden al informe fiscal realizado en 1981 y no son exactas, porque la investigaci¨®n no se daba por cerrada: muchas cartas estaban por contestar y muchas gestiones por concluir. En realidad, la cifra de obras perdidas no es superior a 500. Eso s¨ª que nos consta que est¨¢ perdido en incendios, accidentes, cosas perfectamente documentadas. Adem¨¢s habr¨¢ un margen de unas 100 o 200 pendientes de localizaci¨®n, que no aparecen donde deber¨ªan estar, pero eso no quiere decir que est¨¦n perdidas.
Por otra parte , los inventarios del Prado est¨¢n absolutamente al d¨ªa. Todas las obras que pertenecen al museo se hallan inventariadas. El Prado tiene tres inventarios: el que viene de Palacio -la llamada Colecci¨®n Real, que consta de 3.016 piezas-; lo que se form¨® tras la desamortizaci¨®n eclesi¨¢stica -el Museo de la Trinidad, que consta de 1.733 obras- y las nuevas adquisiciones, en donde se incluyen obras del siglo XIX, adquiridas hasta 1890, que est¨¢ formado por 2.034 piezas.
Aqu¨ª debo aclarar que en esta fecha se cre¨® el Museo de Arte Moderno, y entonces toda la pintura del siglo XIX que hab¨ªa sido inventariada por el Museo del Prado pas¨® a serlo en el nuevo museo. Sin embargo, en 1978 volvieron a fundirse los dos museos, y revirtieron en el del Prado algunas obras del XIX, incluso del XX, que no estaban en sus inventarios; el desfase se debe a que se hizo aqu¨ª un inventario de lo que ven¨ªa f¨ªsicamente del museo de Arte Moderno, pero no de lo que hab¨ªa depositado fuera del mismo. Como ahora estamos haciendo una revisi¨®n de lo que hay en el exterior, se van in corporando las obras que nos va mos encontrando.
Hay otro factor de sorpresa Durante la guerra se form¨® el Servicio de Recuperaci¨®n Republica no, que reuni¨® en el Prado una cantidad ingente de cuadros procedentes de colecciones particula res, iglesias, conventos. Al acaba la guerra muchos de esos objetos no volvieron a sus leg¨ªtimos propietarios, por haber muerto, estar en el exilio o ilocalizables. Ese fondo cambi¨® de nombre y pas¨® a ser distribuido por los vencedores, y muchos de los cuadros pasaron a ser depositados en sitios donde hab¨ªa habido p¨¦rdidas. Claro, en los papeles, consta como procedentes del Prado, con lo cual, si alguien pregunta, eso es lo que se les dice, pero nunca pertenecieron a aqu¨ª.
"Manu militari"
P. ?Es cierto que en los tiempos omnipotentes del franquismo, seg¨²n qui¨¦nes, pod¨ªan entrar en el Prado, coger un cuadro y mandarlo a Suiza tranquilamente?R. Eso es completamente fr¨ªvolo. Desde luego que no. No le digo yo a usted que en la inmediata posguerra no se realizaran dep¨®sitos manu militari, pero de todo eso tenemos recibos. Lo que s¨ª ocurr¨ªa es que en muchas ocasiones nos encontr¨¢barrios con que no nos dejaban entrar en diputaciones o capitan¨ªas generales para hacer el inventario de los dep¨®sitos. Afortunadamente, en los a?os setenta intervino el fiscal general y desde entonces nos, hemos podido poner al d¨ªa.
P. Otra acusaci¨®n es que hace una docena de a?os que no se edita el cat¨¢logo.
R. Eso tambi¨¦n es falso. Desde 1963 el cat¨¢logo de mano se edita cada 10 a?os para poder hacer largu¨ªsimas tiradas que permitan abaratarlo. Ahora tocaba hacerlo en 1983, por lo que s¨®lo llevamos un retraso de un a?o, que es lo que ha costado preparar la edici¨®n.
P. Tambi¨¦n se dice que el porcentaje de obras expuestas es m¨ªnimo en comparaci¨®n con lo que se posee.
R. En todos los museos del mundo sucede que es pr¨¢cticamente imposible exponer todo lo que se tiene. Normalmente, el Prado, tal como lo conocemos de antes, expone unas 3.000 pinturas, un poquillo apretadas, eso s¨ª. Actualmente, como hay cerrado m¨¢s de un tercio, en virtud de las obras que se est¨¢n realizando, y hay adem¨¢s las salas que se han dedicado a despachos, casi la mitad de los cuadros dedicados habitualmente a exposici¨®n est¨¢n recogidos. Esto el museo es el primero que lo lamenta, porque ya desde antiguo venirnos clamando por m¨¢s espacio, por un edificio pr¨®ximo y digno. En lo que respecta al Cas¨®n, los datos que se han dado han sido voluntariamente falseados, pues las obras que se exhiben son bastantes m¨¢s de las que se dice, y es obvio que el espacio est¨¢ aprovechado al m¨¢ximo.
P. Hablemos de las obras. Llevan casi 10 a?os y parece que no se planearon nada racionalmente.
R. Eso es cierto. Es cierto lo que se dice de que se han sucedido ren¨²endos y modificaciones al proyecto y que el proyecto de seguridad se ha realizado despu¨¦s del de climatizaci¨®n. Todo eso se ha denunciado desde el museo en repetidas ocasiones y s¨®lo en la actualidad se ha afrontado la totalizaci¨®n de los proyectos. Sin embargo es falso que se hayan derribado m¨¢s trozos nobles del edificio al introducir montacargas, porque ¨¦stos se han instalado en las zonas que se rescataron a los patios en la ampliaci¨®n de 1960. Esos patios se convirtieron entonces en salas, y ahora los hemos utilizado para montacargas. En los patios, por otra parte, cabe del 80% al 95% de las obras.
P. Otra acusaci¨®n: que los restauradores se contratan por criterios arbitrarios y que s¨®lo un conservador lo es por oposici¨®n espec¨ªfica al cuerpo.
R. En primer lugar, ahora mismo tenemos seis conservadores, de los cuales cuatro son a plazas espec¨ªficas y dos son de car¨¢cter general, procedentes de otros museos. En cuanto a restauradores -lo que pone en peligro la estabilidad del museo y dificulta muchos proyectos en marcha- es que no tenemos un taller fijo, de plantilla, con funcionarios, sino un sistema de contrataci¨®n. Estos contratos est¨¢n en manos del Ministerio de Hacienda, y en momentos como ¨¦ste en que hay crisis nos encontramos bloqueados. En el Prado, no yo, sino todos mis predecesores, hemos clamado porque se dote al taller de una plantilla fija y porque se arbitre, adem¨¢s, una oposici¨®n, para evitar algo que sucede ahora y que muchas veces est¨¢ en la ra¨ªz de todas las pol¨¦micas: los celos profesionales.
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