Los bombardeos de objetivos civiles por parte de Ir¨¢n e Irak presagian una nueva escalada en la guerra del golfo P¨¦rsico
Basora -principal puerto de lrak-, Janaquin y Mandali fueron bombardeadas ayer contundentemente por la artiller¨ªa irani, que cumpl¨ªa de este rmodo su promesa de hacerlo si una sola bomba ca¨ªa sobre cualquier ciudad de Ir¨¢n. La ciudad iran¨ª de Dezf¨²l hab¨ªa sido atacada con cohetes el s¨¢bado, y ayer Ir¨¢n aplic¨® su venganza. Una nueva escalada b¨¦lica, tal vez la decisiva, acaba de iniciarse entre iran¨ªes e iraqu¨ªes. Prueba de ello fueron los dos nuevos bombardeos de Irak contra las ciudades iran¨ªes de Abad¨¢n y Jorramshar como respuesta a la revancha iran¨ª.
Tropas iran¨ªes iniciaron, adem¨¢s, una penetraci¨®n sobre el territorio enemigo en el enclave monta?oso de Darbandi Jan, en medio de la ruta que une a la capital iraqu¨ª, Bagdad, con la ciudad de Suleimaniya, a 389 kil¨®metros al Noreste. Seg¨²n la inf¨®rmaci¨®n oficial de Teher¨¢n, las tropas de la rep¨²blica isl¨¢mica se adentraron hasta 15 kil¨®metros, desplazando de esa forma la ofensiva hacia el ¨¢rea norte. Bagdad, que en un comunicado oficial reconoci¨® el bombardeo padecido por Basora, Janaquin y Mandali, neg¨®, por medio de la agencia de noticias Ina, que se hubiese producio la incursi¨®n militar anunciada por Teher¨¢n y hablaba de tranquilidad en el ¨¢rea.Todo indica que Ir¨¢n va a hostigar a su enemigo en numerosos frentes a la vez para truncar cualquier deferisa eficaz, pese a que, tras un pacto con los kurdos, el r¨¦gimen iraqu¨ª parece contar ahora con tropas que anteriormente manten¨ªa estacionadas en su provincia norte?a, en evitaci¨®n de graves conflictos interiores. Des de Basora, en ell extremo meridional de Irak, hasta Rawanduz, en el conf¨ªn norte?o, se extiende un frente b¨¦lico de unos 495 kil¨®metros, cuyas dimensiones lo hacen muy dif¨ªcilmente, defendible. En muchos puntos de esta l¨ªnea, Ir¨¢n mantiene concentradas sus tropas, que algunos calculan en un mill¨®n largo de hombres.
'Sat¨¢nico r¨¦gimen ateo'
Desde luego, de seguir acrecent¨¢ndose esta escalada, uno de los dos m¨¢ximos responsables de Ir¨¢n e Irak -el im¨¢n Jomeini y Sadam Husein, respectivamente- perder¨¢ su liderazgo. En Teher¨¢n, naturalmente, se da por supuesto que es Sadam quien tiene sus horas contadas, pues en la capital iran¨ª se considera imposible detener una ofensiva que parece, m¨¢s que otra cosa, una verdadera avalancha de soldados iran¨ªes pujando por entrar en el territorio de Irak.
Como quiera que el objetivo de la ofensiva iran¨ª "no es da?ar al hermano pueblo de Irak", como repiten machaconamente en Teher¨¢n, sino m¨¢s bien "derrocar el sat¨¢nico r¨¦gimen ateo de Sadam Takriti (como llaman a su rival, nacido en Takrit)", los religiosos irarl¨ªes creen que esta exigencia est¨¢ forzando a la clase dirigente de Bagdad a planear para las pr¨®ximas horas, por las buenas o por las malas, el relevo del jefe de la revoluci¨®n de Irak.
Ilusiones aparte, es cierto que incluso los aliados de Irak m¨¢s pr¨®ximos han barajado este eventual relevo, pero no hay nadie que pueda asegurarles que, si dan su conformidad al derrocamiento de Sadam Husein, Jomeini no vaya a exigirles, antes o despu¨¦s, una nueva y engorrosa petici¨®n. Instalar una rep¨²blica isl¨¢mica en Irak, como Jomeini quiere, resulta inadmisible de todo punto para los reg¨ªmenes del golfo P¨¦rsico.
Por otra parte, la eventual ca¨ªda del presidente iraqu¨ª no sobrevendr¨¢ sin que ¨¦ste emplee a fondo todos sus recursos, seg¨²n se piensa en Teher¨¢n. Irak podr¨ªa lanza contra la capital iran¨ª, con ocho millones de habitantes, sus cohetes SS-12 de largo alcance, que, si bien no tienen la precisi¨®n de los Pershing 2 norteamericanos, est¨¢n dotados de un dispositivo de teledirecci¨®n muy perfeccionado, que pueden alcanzar cualquier punto de Teher¨¢n.
Como colof¨®n de esta espiral b¨¦lica, desde Teher¨¢n no se descarta que Ir¨¢n guarde alg¨²n arma decisiva en sus arsenales. Los observadores se preguntan por qu¨¦ raz¨®n no aparecen a¨²n los F-14 Tomcat, de los que Ir¨¢n compr¨® a Estados Unidos 72 unidades, con Henri Kissinger como intermediario, antes de que fuera derrocado el sha Reza Pahlevi.
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