La experiencia acumulada por el nuevo jefe del partido no resta fuerza a los poderes f¨¢cticos de la URSS
El conocimiento que el nuevo l¨ªder sovi¨¦tico, Constantin Chernienko, ha acumulado durante sus largos a?os como pe¨®n-clave en el funcionamiento de la maquinaria del Comit¨¦ Central no le pone, forzosamente, en competencia con los poderes f¨¢cticos de la URSS -Ej¨¦rcito y KGB-, sino que, simplemente, pueden hacerle m¨¢s ¨²til en manos de estos.
Constantin Chernienko carece al llegar al Secretariado General de una dote tan rica como la que pose¨ªa su antecesor, Yuri Andropov, quien durante quince a?os presidi¨® el Comit¨¦ de Seguridad del Estado (KGB, polic¨ªa pol¨ªtica) y en los primeros meses de su estancia en el poder logr¨® introducir a sus hombres en el ¨®rgano rival: la polic¨ªa uniformada del Ministerio del Interior, a cuyo titular, adem¨¢s, proces¨® y mantuvo en prisi¨®n domiciliaria, acusado de corrupci¨®n. Diversos estudiosos del Kremlin coinciden en afirmar que el Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS) ha ido perdiendo eficacia y poder durante el per¨ªodo estabilizador llevado a cabo por Leonid Breznev en los largos a?os en que estuvo en el poder.Ocasionalmente, se ha esgrimido para fortalecer esta tesis el ejemplo de Polonia, cuando -estando el pa¨ªs socavado por la corrupci¨®n externa y asediado por el sindicalismo independiente- s¨®lo un general, Wojciech Jarucelski, pareci¨® capaz de salvar la mayor crisis del POUP (Partido Obrero Unificado de Polonia, comunista).
Protagonismo militar
Los 15 meses del interregno andropoviano se han distinguido por un protagonismo creciente de los militares de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Primero, t¨ªmidamente, aparecieron los primeros uniformes en conferencias de prensa con los corresponsales extranjeros para explicar las posiciones de Mosc¨² en materia de desarme.Aquello fue un hecho ins¨®lito que dio mucho que pensar a los kremlin¨®logos: el secretismo sovi¨¦tico en todo lo que afecta al mundo castrense llega a tales niveles que la terminolog¨ªa utilizada tanto por los periodistas como, oficiosamente, por los funcionarios sovi¨¦ticos cuando se hace referencia a las armas de la Uni¨®n Sovi¨¦tica es la impuesta por el Pent¨¢gono. El nombre que los dirigentes de la URSS dan a esas mismas armas sigue consider¨¢ndose secreto.
Parte de este secretismo fue levant¨¢ridose, en parte, durante los ¨²ltimos meses: a las primeras y t¨ªmidas apariciones de militares en tomas de contacto con la Prensa extranjera sucedi¨® el protagonisalo alcanzado por el n¨²mero dos del Ministerio de Defensa, mariscal Nikolai Ogarkov, que fue designado para explicar -junto a portavoces del Partido Comunista y del Ministerio de Asuntos Exteriores- las tesis del Krenilin sobre el derribo del jumbo de la compa?¨ªa a¨¦rea surcoreana KAL.
Nikolai Ogarkov, meses m¨¢s tarde, volvi¨® a la palestra para luciendo sus capacidades oratorias, detallar por qu¨¦ la Uni¨®n Sovi¨¦tica hab¨ªa decidido retirarse de las conversaciones sobre armas nucleares de alcance me dio (INF, euromisiles) y de las de reducci¨®n de armas estrat¨¦gicas (START) deeducci¨®n de armas estrat¨¦gicas (START) de Ginebra, al considerar que Estados Unidos no quer¨ªa negociar seriamente.
Si los militares hab¨ªan llegado a alcanzar con Yuri Andropov tal protagonismo -que comenzaron a tener, en la sombra, a partir de los a?os m¨¢s d¨¦biles de la era Breznev, imponiendo, segun algunos analistas, la invasi¨®n de Afganist¨¢n, que tan gravemente influy¨®, y sigue influyendo, en el di¨¢logo Este-Oeste-, m¨¢s f¨¢cil les resultar¨¢ incrementarlo con un hombre como Constantin Chernienko, que tiene sobre s¨ª el pesado fardo de una avanzada edad y que cuenta como todo patrimonio pol¨ªtico con el conocimiento pr¨¢ctico del aparato del Partido, que ha ido perdiendo fuerza y eficacia mientras las han ido ganando los poderes f¨¢cticos.
?til 'mano dura'
No habr¨ªa que descartar, sin embargo, que las posiciones de dureza mantenidas por el reci¨¦n nombrado l¨ªder del PCUS pudieran resultar simp¨¢ticas a estos mismos poderes, que son conscientes de que la mano dura puede resultar excepcionalmente ¨²til en estos momentos de grave tensi¨®n internacional.El Kremlin -que se distingue por mantener una pol¨ªtica exterior m¨¢s duradera que la vida de sus propios l¨ªderes- parec¨ªa ya antes de la muerte de Yuri Andropov dispuesto a esperar pacientemente el desenlace de las pr¨®ximas elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre antes de pensar en replantearse su diplomacia.
Desde el momento en que su pol¨ªtica interior -con una econom¨ªa dependiente de la aceleraci¨®n o desaceleraci¨®n de la carrera armamentista-, se encuentra hipotecada por la situaci¨®n internacional, no es excesivo suponer que el reci¨¦n comenzado interregno de Chernienko puede marcar un par¨¦ntesis que resulte ¨²til para el Kremlin. El Politbur¨® parece no tener prisa.
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