Continuidad en la URSS
LA DESIGNACI?N de Constantin Chernienko como secretario general del PCUS admite un primer enjuiciamiento de que la clase pol¨ªtica de la Uni¨®n Sovi¨¦tica apuesta por la continuidad. La sucesi¨®n de Yuri Andropov se est¨¢ desarollando de acuerdo con las costumbres y ritos consagrados. El nuevo l¨ªder de la segunda potencia mundial recibi¨® el encargo de presidir la comisi¨®n organizadora de las exequias de su antecesor, antes de ser investido de los m¨¢ximos poderes. Hasta en esta cuesti¨®n simb¨®lica la maquinaria del poder en la URSS ha apostado por la continuidad. La personalidad y la biograf¨ªa pol¨ªtica del nuevo l¨ªder inequ¨ªvocamente confirman la tesis del continuismo.Pero siempre surgen dudas. Las interrogantes razonables que depara un sistema cerrado, donde las decisiones se toman con el mayor secretismo, dif¨ªcilmente pueden tener explicaciones coherentes. Una organizaci¨®n pol¨ªtica basada en la ausencia del debate p¨²blico s¨®lo puede ser juzgada por los escasos s¨ªntomas que trascienden del restringido n¨²cleo de la c¨²pula del poder. Cuando una nueva persona accede a la Secretar¨ªa General del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, no todo es protocolo y ceremonias; es necesario indagar cu¨¢les pueden ser las razones pol¨ªticas que han determinado la elecci¨®n de Chernienko, y por qu¨¦ se ha desechado a otros candidatos. Con estas cautelas, propias de un sistema cerrado de acumulaci¨®n de poder, se puede afirmar que Chernienko ha sido elegido, en cierto modo, para no elegir a otro.
La primera aproximaci¨®n solvente que se debe realizar en esta circunstancia es el estudio de la personalidad pol¨ªtica y la biograf¨ªa del nuevo dirigente. Algunos exegetas del sistema suelen insistir en que el poder en la Uni¨®n Sovi¨¦tica no es una cuesti¨®n de personas. Sin embargo, los datos de la realidad demuestran que todos los cambios en la c¨²pula han supuesto variaciones sustantivas en la direcci¨®n del Estado.
La biograf¨ªa del nuevo dirigente no ofrece datos especialmente cualificados para suponer que la estructura del poder pueda dar soluciones a las demandas sociales. M¨¢s bien al contrario. Chernienko es un hombre del aparato. En 1965 fue designado por Breznev jefe del departamento de Asuntos Generales del Comit¨¦ Central del partido, organismo encargado del control y reparto de las prebendas de la clase dirigente. Su trayectoria pol¨ªtica no ofrece especiales cualificaciones en el terreno econ¨®mico, ni en el ¨¢mbito de las relaciones internacionales.
El 14 de junio del pasado a?o, el ahora nuevo l¨ªder de la Uni¨®n Sovi¨¦tica hizo ante el pleno del Comit¨¦ Central un ejercicio de proclamaci¨®n de las esencias m¨¢s caducas del sistema. Su discurso fue contrapuesto por numerosos observadores a las incipientes l¨ªneas pol¨ªticas que intentaba instrumentar Andropov. Todo parece que este nombramiento s¨®lo conduce a la prolongaci¨®n de cierto estado de provisionalidad, a la incapacidad de los dirigentes sovi¨¦ticos para dar una salida con futuro a su pa¨ªs. Tijonov, un hombre con escaso poder y pr¨®ximo a pasar a la reserva, ha sido el encargado de presentarlo ante el pleno extraodinario del PCUS. Candidato frustrado para suceder hace 15 meses a Breznev, se experimenta ahora la sensaci¨®n de que la designaci¨®n ha reca¨ªdo en un segund¨®n. Los perfiles biogr¨¢ficos y pol¨ªticos parecen indicar que se est¨¢ ante un nuevo interregno.
En la actual situaci¨®n, las dificultades econ¨®micas son hoy las fundamentales. La ideolog¨ªa, en cambio, cerrada en s¨ª misma, les aleja de ella. Contrariamente, los otros candidatos, como Gorbachov y Romanov, s¨ª contaban con alguna experiencia en este dominio. Chernienko ha hecho la parte fundamental de su carrera en el aparato de Agitaci¨®n y Propaganda, el lugar encargado de perseguir los quebrantos del lenguaje marxista-leninista. ¨ªntimo colaborador de Breznev, en Moldavia primero, luego en Mosc¨². Parece inevitable relacionar su elecci¨®n a un fen¨®meno m¨¢s general de carencia de dirigentes. Todo indica que el sistema sovi¨¦tico, por la rigidez de sus estructuras, la falta de libertad y transpareticia, la estrechez de los canales por los que pueden abrirse camino nuevas capacidades, dif¨ªcilmente concede el poder a aquellos dirigentes que pueden ofrecer cambios sustantivos. Por causas muy diferentes, las sociedades occidentales tambi¨¦n sufren de carencias de ese g¨¦nero, y la actual campa?a electoral en EE UU lo pone de relieve. Pero en el caso sovi¨¦tico tiene consecuencias mucho m¨¢s graves; porque la personificaci¨®n del poder, la falta de m¨¦todos de rotaci¨®n, el papel nulo de los ¨®rganos elegidos, otorgan al secretario general un papel objetivo muy particular. Aunque no formalmente, se trata casi de un cargo vitalicio; al menos por la costumbre. Salvo Jruschov, eliminado como consecuencia de una especie de golpe de Estado, todos los secretarios generales han muerto siendo titulares del cargo. La personalidad de cada uno de ellos ha marcado profundamente cada etapa de la historia sovi¨¦tica: sin hablar del caso excepcional de Stalin, que ejerci¨® su poder desp¨®tico durante 25 a?os, Jruschov lo ocup¨® durante 10 a?os, y Breznev durante 18. Chernienko llega al cargo a los 72 a?os, es decir con una edad m¨¢s avanzada que la de cualquiera de sus antecesores del pa¨ªs.
La elecci¨®n de Chernienko es, pues, una se?al inequ¨ªvoca de continuidad; y de continuidad en lo provisional, cuando precisamente la situaci¨®n interior y las circunstancias internacionales requieren una capacidad de elaboraci¨®n y decisi¨®n pol¨ªtica muy alta. Todos los comentarios coinciden en que la Uni¨®n Sovi¨¦tica atraviesa una etapa muy dif¨ªcil, con grav¨ªsimos problemas; no s¨®lo la crisis econ¨®mica, sino la vetustez e inoperancia de los instrumentos para hacerle frente. De Andropov se sab¨ªa que, si bien con timidez, estaba muy interesado en la experiencia h¨²ngara de reforma. econ¨®mica. Sobre las ideas de Chernienko, no llega ning¨²n signo en un sentido semejante. En cuanto a los problemas internacionales, tan cargados hoy de peligros, el nuevo secretario general no ha tenido ocasi¨®n, en su larga carrera. pol¨ªtica, de desempe?ar en ellos papel alguno digno de menci¨®n. Es, pues, probable que predomine asimismo la pol¨ªtica seguida hasta ahora; y que Gromiko, otro veterano, con su largu¨ªsima experiencia, conservar¨¢ la direcci¨®n de esa parte esencial de la pol¨ªtica de la URSS. En el discurso que pronunci¨® ayer, despu¨¦s de su elecci¨®n, Chernienko ha reafirmado las ideas ya sabidas sobre el apoyo de la URSS a la coexistencia pac¨ªfica; que haya insistido en la voluntad sovi¨¦tica de negociar en condiciones de igualdad es, sin duda, un hecho positivo. Pero a¨²n es pronto para saber si el nuevo dirigente de la URSS estar¨¢ interesado en llegar a un di¨¢logo al m¨¢s alto nivel con la otra superpotencia. Por otra parte, no cabe descartar que, por razones de imagen en un per¨ªodo electoral, aparte de factores m¨¢s profundos, Reagan est¨¦ interesado en propiciar un encuentro.
Una consecuencia casi inevitable de una situaci¨®n de interregno es que ciertas estructuras de poder m¨¢s o menos aut¨®nomas, y de un modo particular los militares, puedan incrementar su influencia. Por otro lado, si la composici¨®n del Politbur¨® no se modifica, la carencia de un . a personalidad fuerte en su centro permitir¨¢, de una u otra forma, mayores espacios para las iniciativas de los miembros m¨¢s j¨®venes que, necesariamente, tienen que pensar en otras soluciones; en algo que no sea una provisionalidad prolongada. Chernienko podr¨ªa as¨ª representar la conservaci¨®n del sistema, en espera de que sectores m¨¢s j¨®venes se preparen o superen sus diferencias ante una necesidad objetiva, insoslayable a medio y largo plazo, de adaptaci¨®n a la realidad.
En definitiva, los datos que se poseen hoy no ofrecen margen para pensar que el nuevo secretario general pueda instrumentar una nueva pol¨ªtica. M¨¢s bien parece que la propia esclerosis del sistema relega cada d¨ªa m¨¢s al partido a un mecanismo burocr¨¢tico de encuadramiento y que las instancias f¨¢cticas -polic¨ªa y militares- son decisivas para la toma de decisiones en una sociedad cuya organizaci¨®n pol¨ªtica se convierte cada d¨ªa m¨¢s en un cors¨¦ que impide su desenvolvimiento.
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