Lucha o eutanasia para los minusv¨¢lidos
Las noticias sobre el juicio en el cual Elizabeth Bouvia, paral¨ªtica cerebral, manifest¨® su decisi¨®n irrevocable de morir de hambre pero sin dolor, puesto que no quer¨ªa vivir en este mundo tan agresivo y cruel para ella, suscit¨® r¨ªos de tinta y grandes batallas dial¨¦cticas entre los defensores a ultranza de la vida hasta sus ¨²ltimas consecuencias, y aquellos otros que defienden el derecho fundamental de todo individuo a decidir si quiere seguir viviendo una existencia no deseada o prefiere terminar de una vez. El meollo de la cuesti¨®n -he dejado pasar conscientemente un cierto tiempo para tener una visi¨®n menos acalorada de? problema- estar¨ªa en preguntarse por qu¨¦ una joven de 26 a?os, adulta, mentalmente estable toma la decisi¨®n irrevocable de quitarse la vida.Algunos pueden pensar que al encontrarse tan disminuida f¨ªsicamente, hasta el punto de depender de los dem¨¢s incluso para sus m¨¢s peque?as necesidades, puede llegar a constituir una frustraci¨®n tan grande que la haga sentirse in¨²til y sin nada que hacer en esta vida. Esto puede ser cierto, pero a m¨ª -despu¨¦s de ir 31 a?os de paral¨ªtico cerebral por la vida- se me ocurre hacer una abstracci¨®n un poco m¨¢s profunda e intrincada; y pienso que no frustra tanto una dependencia casi absoluta de los dem¨¢s, como el estado de inferioridad y desigualdad que se nota en la mirada y posterior trato de la sociedad normal; y es que la actitud de los dem¨¢s, que, ante la imagen de un minusv¨¢lido (y esto aumenta seg¨²n el grado, de afectaci¨®n) se les encienden autom¨¢ticamente unas lucecitas interiores, actuando a modo de defensas, les predispone ante un posible trato posterior, en el cual ya vendr¨¢ determinada su actitud de superiondad, compasi¨®n, paternalismo o rechazo ante este sujeto.
Con todo esto podemos concluir que la actitud de la joven para que la suiciden quiz¨¢ no venga como consecuencia de su incapacidad motora, sino de la actitud o impronta adquirida de la sociedad representativa de los c¨¢nones est¨¦tico-mec¨¢nico-funcionales ante la presencia,y posibilidad de convivir con una ?persona? recluida en su caparaz¨®n met¨¢lico rodante sobre el que se mueve con gestos estereotipados y antinaturales: lo que impulsa al suicidio no es la minusval¨ªa y dependencia de los dem¨¢s, sino la actitud y comportamiento de los dem¨¢s ante la minusval¨ªa.
Un caso complejo
Por otro lado, y reconociendo el derecho que a mi juicio tiene toda persona de abandonar este perro mundo cuando se le venga en gana, veo el caso de Elizabeth Bouvia un tanto complejo y sofisticado. De una parte, me parece correcta la actitud de los doctores al negarse a ser c¨®mplices, de un suicidio-asesinato, puesto que en este caso no estar¨ªamos dentro de la controvertida eutanasia, ya que la vida del paciente no corr¨ªa peligro, aunque existiesen molestias dolorosas debido a la artritis producida por su continuada estancia en una silla de ruedas; y de otro lado, veo la actitud de esta chica un tanto comodona-cobarde, puesto que quiere morir, pero no se atreve a matarse, evitando el desgarrador momento de autoviolencia que conlleva el suicidio, y quiere que la liquiden con dulzura y sin molestias, sin pensar en la responsabilidad que tendr¨ªa en su conciencia el liquidador.
Tampoco vale como excusa ir diciendo por ah¨ª que por su incapacidad f¨ªsica no se puede autoeliminar, puesto que siempre hay alg¨²n m¨¦todo para que lo entierren a uno al d¨ªa siguiente, y en el hipot¨¦tico caso de que no lo encuentre, puede pedir -ser¨ªa m¨¢s justo- que la sentaran en la silla el¨¦ctrica y ser ella, con un movimiento de cabeza, la que apretara la palanca, con lo cual la responsabilidad del momento final ser¨ªa enteramente suya.
Pero una persona, adem¨¢s de la responsabilidad individual de vivir y morir cuando le apetezca, tiene otras responsabilidades morales para con otros miembros de la sociedad que estando tan afectados o m¨¢s pueden leer un d¨ªa un peri¨®dico y pensar que la ¨²nica soluci¨®n para sus problemas est¨¢ en dejar lo m¨¢s r¨¢pidamente posible la cochina vida que les ha tocado en suerte, y a m¨ª me gustar¨ªa analizar brevemente porqu¨¦ esta joven californiana toma esta decisi¨®n ahora y no antes.
Fracaso
Ha tenido el suficiente valor para, desde su profunda incapacidad, realizar una serie de estudios y conseguir una preparaci¨®n como asistente social, en cuyo campo una persona de estas caracter¨ªsticas tiene una labor formidable por hacer y que adem¨¢s le debe reportar una gran ayuda en su realizaci¨®n personal. Es solamente despu¨¦s de tener unas relaciones amorosas y de casarse, am¨¦n del posterior abandono de su pareja, cuando, por lo que hemos le¨ªdo, siente la necesidad de dejar de existir.
Y aqu¨ª vemos una vez m¨¢s c¨®mo, a pesar de llevar una existencia superdependiente y marginadora, es el fracaso como pareja lo que realmente puede deteriorar la capacidad de lucha de una persona hasta tal punto de ver la muerte como ¨²nica soluci¨®n posible.
Que nadie crea que, por conocido, el problema de Elizabeth es una excepci¨®n ¨²nica, ya que a lo largo de nuestra vida a cada uno de los minusv¨¢lidos que luchamos por nuestra integraci¨®n y aceptaci¨®n con nuestras diferencias en esta sociedad perfeccionista se nos ha planteado frecuentemente la idea tr¨¢gica de la muerte como ¨²nica salida de la situaci¨®n marginante a que estamos sometidos; pero esta idea s¨®lo ha durado un instante, lo justo para comprender nuestro pensamiento cobarde, nuestra responsabilidad hacia esos otros miles de compa?eros que, est¨¢n comprometidos con nosotros en la lucha cotidiana por nuesta supervivencia social; pensando, adem¨¢s, que nuestra situaci¨®n no se arregla pidiendo a los m¨¦dicos que nos suiciden, sino ex¨ªgi¨¦ndoles que tengan la honestidad y formaci¨®n profesional adecuada para evitar que sigamos naciendo paral¨ªticos cerebrales por culpa de una mala atenci¨®n durante el parto. Asimismo debemos exigir que se nos permita nuestra entrada en las escuelas, institutos, universidades, as¨ª como en cualquier estamento donde podamos demostrar nuestra capacidad de colaboraci¨®n en la mejora cotidiana de una sociedad m¨¢s justa para todos.
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