El gol se llama 'shaib¨²'
Desde hace 30 a?os, la selecci¨®n sovi¨¦tica de hockey sobre hielo ha ganado 22 de los 29 m¨¢ximos t¨ªtulos mundiales, y hoy intenta en Sarajevo obtener uno m¨¢s
Despu¨¦s de un deb¨² triunfal en el Campeonato Mundial de 1954, la selecci¨®n sovi¨¦ticos de hockey sobre hielo ha logrado el t¨ªtulo m¨¢ximo en 22 de los 29 torneos jugados desde entonces, incluidas las competiciones ol¨ªmpicas de los a?os 1956, 1964, 1968, 1972 y 1976. En la historia del deporte organizado, dif¨ªcilmente ha existido un dominio tan aplastante y categ¨®rico como el que actualmente ejerce el equipo de la Uni¨®n Sovi¨¦tica de hockey sobre hielo. Desde el primer partido de campeonato sovi¨¦tico, celebrado el 22 de diciembre del a?o 1946, la trayectoria vertiginosa del hockey sovi¨¦tico ha dejado at¨®nito, una y otra vez, al estamento hocke¨ªstico internacional. Sus participaciones se cuentan por t¨ªtulos. No sorprende a nadie que VIadislav Tretiak, portero del equipo de la URS S, de 31 a?os de edad, juegue su decimocuarto campeonato mundial con el equipo nacional. Las ¨²nicas interrupciones en esta hegemon¨ªa absoluta desde 1954 fueron sendos triunfos de EE UU en Squaw Valley (1960) y en los Juegos de Lake Placid (1980).V¨ªctor Tijonov, de 53 a?os, militar, m¨¢ximo responsable del equipo nacional sovi¨¦tico, ha vivido diariamente con la pesadilla de Lake Placid. La m¨¢quina sovi¨¦tica, despu¨¦s de humillar a los equipos profesionales norteamericanos en los partidos de preparaci¨®n para los Juegos Ol¨ªmpicos de 1980, cay¨® ante un equipo de j¨®venes jugadores universitarios, los ¨²nicos aficionados que los equipos norteamericanos pueden alinear dentro del reglamento ol¨ªmpico.
Tijonov -tan prestigioso que ha continuado en el cargo- no piensa fallar hoy en Sarajevo. Su mirada de pocos amigos sigui¨® la evoluci¨®n del Torneo Izvestia, en el mes de diciembre, sin reflejar la menor emoci¨®n cuando los sovi¨¦ticos triunfaban c¨®modamente contra los equipos nacionales de Checoslovaquia, Finlandia, Suecia y Canad¨¢.
Tijonov, guardi¨¢n actual de uno de los mayores fen¨®menos del deporte moderno -han eclipsado en un pu?ado de a?os a los inventores del hockey sobre hielo, pese a comenzar con medio siglo de retraso-, tiene motivos para preocuparse. Est¨¢ al frente de una organizaci¨®n pol¨ªtico-m¨¦dico-cient¨ªfico-deportiva que no tiene derecho a fallar.
Al desmontar la estructura hocke¨ªstica de la URS S, s¨®lo cabe dar gracias al cielo de que existan l¨ªmites reglamentarios en el tiempo y en el espacio, porque, de lo contrario, resultar¨ªan a¨²n m¨¢s inalcanzables.
Once meses de preparaci¨®n cient¨ªfica, disponiendo de los m¨¢ximos recursos estatales, producen 20 hombres, detr¨¢s del CCCP de la camiseta roja, en condiciones f¨ªsicas muy superiores a sus oponentes. Aproximadamente, el 50% de la preparaci¨®n se desarrolla fuera del hielo, dividida entre trabajo aer¨®bico (fondo), anaer¨®bico (sprint), ejercicios isot¨®nicos (tipo flexi¨®n), isom¨¦tricos (m¨²sculo est¨¢tico), trabajo con pesas y atletismo (sobre todo las modalidades de salto). Todo candidato para el equipo nacional recibe una preparaci¨®n m¨¦dicamente individualizada para conseguir las caracter¨ªsticas de fuerza, agilidad, rapidez y st¨¢mina deseadas.
Disciplina a la fuerza
El equipo nacional se entrena 11 meses al a?o. Las actividades del club pasan a segundo plano cuando se trata de la preparaci¨®n del equipo nacional. La liga nacional y toda la actividad deportiva est¨¢n dosificadas para la consecuci¨®n del m¨¢ximo rendimiento durante los dos per¨ªodos cumbre: el Torneo Izvestia, que se disputa en diciembre, y los campeonatos mundiales.
El equipo que dirige V¨ªctor Tijonov, oficial del Ej¨¦rcito sovi¨¦tico, est¨¢ compuesto hasta un 50% por jugadores del CSKA de Mosc¨², el equipo del Ej¨¦rcito de la URSS, as¨ª que son tambi¨¦n oficiales o soldados. De los dem¨¢s jugadores, varios (al menos cuatro) juegan en el Dinamo de Mosc¨², y, por tanto, figuran como personal del Ministerio de Asuntos Internos, entidad que controla la polic¨ªa. Es l¨®gico pensar que no existen problemas de disciplina.
Aparte de las ventajas de organizaci¨®n y control, hay tambien importantes consideraciones t¨¢cticas y hasta filos¨®ficas. Anatoli Tarasov, el gran arquitecto del hockey sovi¨¦tico, estudi¨® astutamente el hockey sobre hielo norteamericano, eliminando facetas inoperantes y asumiendo y amplificando lo que le parec¨ªa funcionar. Los famosos apuntes de Tarasov se han convertido en una especie de biblia del hockey.
No es raro o¨ªr hoy a un t¨¦cnico estadounidense presentar un ejercicio como "favorito de Tarasov". El hockey ruso es tan popular hoy en Estados Unidos que Tim Taylor, entrenador de la Universidad de Yale y uno de los t¨¦cnicos del equipo de EE UU de Sarajevo, viste a los instructores de su es cuela de hockey con gorras que rezan: Shaib¨² (gol, en ruso).
La revoluci¨®n t¨¢ctica
Tarasov revolucion¨® la t¨¢ctica en el hockey sobre hielo. Axiom¨¢tico fue el concepto del pase: "Cada pase obliga a nuestro oponente a buscar una nueva posici¨®n en el hielo". En Canad¨¢, el pase hacia adelante fue incluso ilegal a comienzos de siglo. El pase se con sidera una aventura peligrosa; gobernaba esta ley: "Cada pase aumenta potenciales errores". Sin embargo, los equipos de Tarasov empleaban casi el doble de pases que sus oponentes. A¨²n m¨¢s importante, en su noci¨®n del pase, Tarasov lo ten¨ªa muy claro: el aut¨¦ntico creador del pase era el que lo recib¨ªa, el que sab¨ªa desmarcar se y encontrar la posici¨®n id¨®nea para tomar un pase de un compa?ero de equipo. As¨ª que eran los movimientos de los jugadores sin posesi¨®n del disco los que creaban juego. "Lo m¨¢s importante de todo es llegar al sitio correcto en el momento oportuno", escribi¨® Tarasov. A este fin, jugando en una pista m¨¢s grande que las pistas t¨ªpicas norteamericanas (m¨¢s espacio para maniobrar, mayor dificultad para emplear la carga), los equipos sovi¨¦ticos mantienen posesi¨®n en la zona media, tejiendo vectores y arcos, hasta confundir y descolo car al equipo defensor. El juego tradicional, menos robusto, menos din¨¢mico, m¨¢s est¨¢tico y lineal, se defend¨ªa mejor sobre superficies de dimensiones reducidas. El colectivismo del juego sovi¨¦tico resulta tan compacto que, durante muchos a?os, los jurados de los torneos internacionales tuvieron serias dificultades para identificar a las estrellas del equipo. La selecci¨®n del torneo se compon¨ªa de suecos, filandeses y canadienses, pese a que los sovi¨¦ticos ha b¨ªan. vencido de forma rutilante. Por fin, en Finlandia, en 1965, los sovi¨¦ticos tuvieron que nombrar su propio jugador sobresaliente para recibir el trofeo para el mejor deltorneo.
Al final, el premiado fue un tal Vjatsheslav Starshinov, ingeniero aerodin¨¢mico, con unas justificaciones poco usuales: Starshinov, jugador veterano, hab¨ªa jugado en compa?¨ªa del joven Anatoli Ionov, que realiz¨® una perfecta labor de apoyo.
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