La inminente dimisi¨®n de Rodr¨ªguez como presidente de Cantabria cerrar¨¢ la primera crisis interna de la Coalici¨®n Popular

ENVIADA ESPECIALCon la dimisi¨®n del presidente regional de Cantabria, Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez, que se har¨¢ p¨²blica probablemente esta misma semana, culmina un largo forcejeo que surgi¨® en el seno de Coalici¨®n Popular antes de la celebraci¨®n de las elecciones auton¨®micas y que ha significado, adem¨¢s de siete meses de crisis permanente en las instituciones c¨¢ntabras, el primer conflicto serio entre las dos principales formaciones pol¨ªticas que integran la coalici¨®n conservadora: Alianza Popular (AP) y el Partido Dem¨®crata Popular (PDP).

Manuel Fraga, presidente de AP, y ?scar Alzaga, presidente del PDP, han tenido que intervenir personalmente en un enfrentamiento que ha suscitado idas y venidas a Madrid; cenas concluidas no s¨®lo sin acuerdo, sino con peticiones mutuas de disculpas por haber elevado el tono de voz; peleas e insultos entre algunas de las mujeres de los protagonistas regionales; amenazas de boicoteo de negocios privados; rocambolescos encuentros en Burgos descubiertos gracias al azar y choques de competencias entre el vicepresidente de AP, Osorio, y el secretario general, Jorge Verstrynge.

Y sin embargo, la crisis no termina con la dimisi¨®n de Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez. ?ste, que ha anunciado ya su decisi¨®n de no abandonar el esca?o, se convertir¨¢ a partir de ahora en el ¨¢rbitro de la gobernabilidad en la Asamblea de Cantabria, debido a que la aritm¨¦tica parlamentaria conduce casi siempre al empate: la Asamblea est¨¢ compuesta por 17 diputados de Coalici¨®n Popular, 15 del PSOE y 2 del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) que suelen votar con los socialistas, m¨¢s Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez, que probablemente se integrar¨¢ en el Grupo Mixto y podr¨¢ dirimir con su voto si se aprueban los proyectos de la derecha o los de la izquierda.

Para comprender un conflicto donde los intereses personales priman sobre los pol¨ªticos hay que remontarse a un mes antes del 8 de mayo, d¨ªa de las elecciones, cuando nada m¨¢s decidirse en Madrid la candidatura de Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez, como independiente, para la presidencia del Gobierno regional el comit¨¦ electoral de AP de Cantabria present¨® la dimisi¨®n en bloque. Despu¨¦s, el mismo d¨ªa en que Coalici¨®n Popular gan¨® las elecciones, un alto cargo regional aliancista intent¨® que el candidato no fuese investido presidente, para presentar en su lugar a un militante de AP. Estos intentos de ¨²ltima hora pueden justificar el hecho de que el entonces presidente de AP de la regi¨®n, Jes¨²s D¨ªaz, no suscribiese un documento que despu¨¦s se ha convertido en una de las claves de esta historia.

En el mencionado documento D¨ªaz (AP), Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez y Ambrosio Calzada (PDP), se comprometen a respetar el equipo de consejeros independientes de Rodr¨ªguez de su etapa anterior al frente de la Diputaci¨®n Regional, durante un "tiempo prudencial", que los firmantes fijan para finales del a?o 1983. A partir de esa fecha, el presidente debe aumentar el n¨²mero de consejer¨ªas y nombrar a los nuevos titulares de AP y PDP. El ¨²ltimo p¨¢rrafo del documento dice textualmente: "Cualquier discrepancia que se produzca en la aplicaci¨®n de los acuerdos anteriores se someter¨¢ a la decisi¨®n del presidente de la Coalici¨®n, Manuel Fraga, quien decidir¨¢ inapelablemente".

Compromisos incumplidos

Despu¨¦s, cuando han surgido Ias discrepancias", AP ha recordado este compromiso, voluntariamente asumido por Rodr¨ªguez, pero ¨¦ste no se considera vinculado al mismo "porque un texto que dice que va firmado por Jes¨²s D¨ªaz y despu¨¦s aparece la r¨²brica de otra persona, para m¨ª no tiene validez". "Adem¨¢s", manifest¨® a EL PAIS, "ellos tampoco han cumplido su compromiso, porque me retiraron la confianza mucho antes de cumplirse la fecha".Las ¨²ltimas palabras de Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez se refieren a la descalificaci¨®n p¨²blica que AP de Cantabria hizo del presidente de la diputaci¨®n, anunciando que presentar¨ªan una moci¨®n de censura contra ¨¦l cuando ¨¦ste, sin consultar a nadie, ces¨® al consejero de Obras P¨²blicas, Ignacio de C¨¢ceres, -el cual hab¨ªa rellenado la ficha de ingreso en AP pocas semanas antes- y favoreci¨® a los ayuntamientos independientes y del PDP en el reparto de los fondos del Plan de Obras de la Diputaci¨®n, en detrimento de AP.

Sin embargo, los parlamentarios de AP tomaron la decisi¨®n de retirar la confianza a Rodr¨ªguez "de manera unilateral, sin contar con los del PDP", recuerda Ambrosio Calzada, "y lo que nosotros no pod¨ªamos aceptar nunca", a?ade, "es esta forma de hacer las cosas. Cuando dos socios son realmente socios no se puede consentir que uno le diga al otro: 'Esto es as¨ª porque a m¨ª me da la gana'. As¨ª es que nos negamos entonces a suscribir la moci¨®n de censura y nos negamos tambi¨¦n ahora".

A partir de este enfrentamiento interno se han sucedido interminables reuniones entre los parlamentarios regionales de AP y los del PDP, entre ¨¦stos y Fraga, entre Fraga y Alzaga, entre Fraga y Osorio, Rodr¨ªguez y Fraga, Rodr¨ªguez y Verstrynge, Osorio y el dirigente del PRC, Miguel ?ngel Revilla, Calzada y Alzaga..., para concluir con la dimisi¨®n de Rodr¨ªguez, insistentemente pedida por Fraga y respaldada por Osorio, pero sin acuerdos concretos de futuro que aseguren la gobernabilidad de Cantabria. El aliancista Jes¨²s D¨ªaz manifest¨® que "si Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez acata la disciplina de voto a que se comprometi¨® despu¨¦s de las elecciones, la gobernabilidad est¨¢ asegurada".

El dirigente del PRC afirma que un famoso pacto que se asegura existi¨® entre ¨¦l y Osorio en un hotel de Burgos (descubierto casualmente por el socialista Jaime Blanco, que entr¨® en ese hotel a tomar un caf¨¦), seg¨²n el cual el PRC se compromet¨ªa a votar con Coalici¨®n Popular a cambio de sustanciosas contraprestaciones, "es mentira". "Nosotros no apoyaremos ninguna votaci¨®n a priori", advierte Revilla, "y menos con Coalici¨®n Popular, porque no nos fiamos de ellos". El PSOE, por su parte, se?ala que "ellos han ganado las elecciones por mayor¨ªa absoluta y tienen la obligaci¨®n de gobernar hasta las pr¨®ximas", en palabras de Jaime Blanco.

En la trastienda del conflicto, en Cantabria se recuerda que fue en esta tierra donde se inici¨® la crisis de UCD y que si bien Alzaga y Fraga han guardado las formas, no han estado de acuerdo en la soluci¨®n. Mientras Fraga ha exigido a los parlamentarios c¨¢ntabros que ning¨²n acuerdo que no pasase por la dimisi¨®n pod¨ªa aceptarse, Alzaga, en silencio, ha grabado en su memoria que el primer enfrentamiento de la Coalici¨®n se ha saldado con la p¨¦rdida de un presidente regional muy pr¨®ximo al PDP.