Dos pueblos valencianos festejan la decisi¨®n del Gobierno de cambiarlos a otro emplazamiento
Un ambiente de celebraci¨®n reinaba ayer entre los habitantes de Gabarda y Beneixida, dos pueblecitos de la provincia de Valencia que resultaron pr¨¢cticamente destruidos por las inundaciones de octubre de 1982. El d¨ªa anterior, el Consejo de Ministros hab¨ªa aprobado las inversiones necesarias para construir en un nuevo emplazamiento ambas localidades.
En sendos plenos municipales, Gabarda y Beneixida declarar¨¢n fiesta local el 22 de febrero por esta raz¨®n. No obstante, algunas familias de Gabarda se resisten a abandonar su actual lugar de residencia, pues alegan que sus casas no necesitan m¨¢s que una peque?a reparaci¨®n y que es en realidad m¨¢s costoso construir un pueblo nuevo. Se trata de 19 familias seg¨²n el secretario de ambos ayuntamientos, Mario Tortosa; y de 47 seg¨²n algunos de los afectados.Este problema se da ¨²nicamente en Gabarda, que cuenta con un censo de 1.229 habitantes. En Beneixida, que tiene 581, el deseo de que se edifique un nuevo pueblo es un¨¢nime entre los vecinos que viven en casas prefabricadas, como es el caso del propio alcalde, el socialista Nazario Garc¨ªa Juan.
La promesa del ministro
"Pues menos mal que no ha sido hoy 23 de febrero", dec¨ªa el secretario de los ayuntamientos. "Ya hubo rumores de que se iba a aprobar el 28 de diciembre, d¨ªa de los Inocentes, y no nos hac¨ªa ninguna gracia". Mario Tortosa hab¨ªa apostado el d¨ªa antes una paella con el alcalde de Gabarda, Vicente Benacloche, pues aqu¨¦l pensaba que no se aprobar¨ªa el 22 y el alcalde que s¨ª. "La he perdido, pero estoy contento", dec¨ªa."No volem diners, volem poble nou" ("No queremos dinero, queremos pueblo nuevo"), dec¨ªa un grupo de ni?os de Beneixida al ministro de Obras P¨²blicas y Urbanismo, Juli¨¢n Campo, el 19 de diciembre de 1982, durante una visita que ¨¦ste gir¨® a las zonas afectadas. "Tendr¨¦is un pueblo nuevo" respondi¨® el ministro, y poco despu¨¦s de un a?o todo est¨¢ dispuesto para que en cuesti¨®n de d¨ªas se proceda a la expropiaci¨®n de los terrenos y comiencen las obras.
?nicamente las dos respectivas iglesias parroquiales, del siglo XVIII, ser¨¢n Conservadas previa la oportuna restauraci¨®n, y es probable que las familias de Gabarda que se resisten a abandonar sus viviendas permanezcan habit¨¢ndolas y no se derriben. El resto ser¨¢ demolido.
La operaci¨®n supone u?a aportaci¨®n de m¨¢s de 3.650 millones de pesetas a cargo de la Administraci¨®n central; 333 millones, a cargo de la Generalitat valenciana; y 254 millones, aportados por la Diputacion provincial de Valencia. Las viviendas antiguas han sido tasadas y los propietarios podr¨¢n escoger entre las nuevas y abonar la diferencia, cuando la haya, mediante cr¨¦ditos a bajo inter¨¦s. Los actuales cascos urbanos ser¨¢n entregados al Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA) para que los destine a cultivos.
Los terrenos donde se construir¨¢ la nueva Gabarda cuestan 31 millones de pesetas y ya est¨¢n pagados, a falta de 19 millones. En cuanto a los de Beneixida, supondr¨¢n un coste de 45 millones de pesetas, que a¨²n no han sido abonados. El nuevo emplazamiento de Gabarda est¨¢ a un kil¨®metro y medio del actual. El de Beneixida, a dos kil¨®metros.
Pueblo fantasma
En Gabarda se pueden ver m¨¢s viviendas habitadas, aunque hay muchas vac¨ªas. Beneixida, sin embargo, ofrece todo el aspecto de un pueblo abandonado, tal como se presenta en algunas pel¨ªculas del Oeste, con la mayor¨ªa de las casas en ruinas y sus puertas cerradas con cadena y candado. Algunos habitantes utilizan sus antiguas viviendas o comercios, aunque en estado casi ruinoso, porque no se han preocupado de hacer las reformas necesarias. Los ayuntamientos tampoco han realizado inversiones para obras municipales.Albergues o chal¨¦s, ¨¦sa es la denominaci¨®n familiar que dan los habitantes a las casas prefabricadas donde residen, en parte porque, pese a su car¨¢cter, re¨²nen buenas condiciones de habitabilidad y fueron bien amuebladas. A pesar de la provisionalidad, los habitantes de estas viviendas han colocado algunos ¨¢rboles y plantas en los peque?os espacios de tierra que quedan entre el cemento que sirve de base a estas edificaciones.
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