Reagan y Mondale, candidatos favoritos a la Casa Blanca
Las elecciones primarias del martes en New Hampshire seleccionar¨¢n a los principales aspirantes dem¨®cratas
Las elecciones primarias en el Estado de New Hampshire, al noreste del pa¨ªs, abren, el pr¨®ximo martes, el ciclo pol¨ªtico norteamericano, que concluir¨¢, tras un largo recorrido, en la elecci¨®n presidencial del 6 de noviembre pr¨®ximo. Como perspectiva, se adivina ya un duelo pol¨ªtico entre el actual presidente republicano-conservador, Ronald Reagan, y el candidato dem¨®crata-liberal, Walter Mondale, que fuera vicepresidente con Jimmy Carter y que es el mejor situado entre los ocho aspirantes de su partido que compiten en la lucha electoral. Su principal adversario, el senador John Glenn inici¨® con mal pie su campa?a en lowa y una derrota en New Hampshire podr¨ªa suponer el fin de sus aspiraciones.
La elecci¨®n primaria de New Hampshire se considera como crucial para todos los candidatos. Es la primera que marca unas tendencias que, en general, se mantendr¨¢n a lo largo de los pr¨®ximos meses. La tradici¨®n quiere que el candidato que gana en New Hampshire sea el virtual candidato a la presidencia de Estados Unidos. De ah¨ª que todos los l¨ªderes dem¨®cratas, pero tambi¨¦n las primeras figuras del Partido Republicano, realicen una intensa campa?a pol¨ªtica en New Hampshire.Con un estilo que poco tiene que ver con las contiendas electorales en las democracias europeas, por su duraci¨®n y por su escaso am biente populista, los candidatos estadounidenses utilizan a fondo toda su capacidad de persuasi¨®n para atraer la atenci¨®n de la televisi¨®n. Acuden a reuniones en colegios, iglesias, o cenas de partidarios, destinadas a recaudar fondos para sufragar las decenas de millones de d¨®lares que cuesta el intento de llegar hasta el despacho oval de la Casa Blanca, sede del presi dente de los Estados Unidos.
Para el Partido Republicano, actualmente en el poder, la elecci¨®n primaria en el Estado de New Hampshire tiene s¨®lo un inter¨¦s parcial. Tras la decisi¨®n del actual presidente, Ronald Reagan, de 73 a?os de edad, de ser candidato a su eventual reelecci¨®n, juega una estricta disciplina de partido y no tiene oposici¨®n de otros candidatos, a diferencia de lo que le pas¨® al presidente dem¨®crata Jimmy Carter en la campa?a de 1980.
Reagan afronta la elecci¨®n de New Hampshire a trav¨¦s de "intermediarios". Enviando al vicepresidente George Bush, al influyente congresista conservador Jack Kemp o, incluso, a su hija, Maureen Reagan, para que prediquen los buenos resultados de la actual administraci¨®n del equipo Reagan-Bush, especialmente en el terreno econ¨®mico.
El presidente Reagan sabe que s¨®lo deber¨¢ mantener en los meses venideros el mismo rumbo con una moderada recuperaci¨®n econ¨®mica y evitando crisis de gran calibre en pol¨ªtica exterior para no encontrar muchas dificultades y acudir como favorito a su reelecci¨®n en noviembre de 1984. Para empezar, los electores republicanos de New Hampshire que acudan a los 299 precintos el pr¨®ximo martes, s¨®lo deber¨¢n expresar su confianza en el presidente Ronald Reagan y el vicepresidente George Bush.
No obstante, por primera vez en este inicio de campa?a, el presidente aparece como un tanto vulnerable, debido sobre todo a la crisis de L¨ªbano. Algo que no dejan de recordar los candidatos dem¨®cratas, Walter Mondale en particular, desmitificando el papel de l¨ªder que ha querido presentar hasta el momento el presidente Reagan. M¨¢s te¨®rico que el asunto del L¨ªbano, pero de consecuencias peligrosas para la recuperaci¨®n econ¨®mica de EE UU, es el cap¨ªtulo de los d¨¦ficit p¨²blicos. Reagan se resiste a recortar el gasto militar aludiendo que la prioridad de EE UU est¨¢ en la defensa, aunque el d¨¦ficit p¨²blico anual roza los 200.000 millones de d¨®lares.
Reagan abre la campa?a en una posici¨®n confortable, aunque consciente de que debe esquivar errores, tanto en pol¨ªtica interior como exterior, si quiere ganar su reelecci¨®n.
Walter Mondale parte como favorito
A diferenci a de Reagan, que ver¨¢ la elecci¨®n primaria de New Hampshire desde la barrera en la Casa Blanca, los candidatos dem¨®cratas no han reparado en gastos ni esfuerzos ante el voto del pr¨®ximo martes. Todos los aspirantes, Walter Mondale, John Glenn, Gary Hart, Jesse Jackson, George McGovern, Alan Crans- ton, Reubin Askew y Ernest Hollins, han pisado el Estado de New Hampshire con actos populistas y debates en la televisi¨®n. Con anuncios en los diarios, para los m¨¢s poderosos, o con miles de voluntarios que hacen propaganda electoral puerta a puerta, o en las entradas de hipermercados y cines.
Mondale, con muchos medios econ¨®micos, excelente organizaci¨®n y estilo presidencial, no deja de situar su campa?a en ataques directos al presidente Reagan, marginando a sus adversarios dentro del propio partido. Tiene la tranquilidad de contar con una ventaja de tres a uno frente a sus inmediatos seguidores (Glenn y Hart), lo que le permite una campa?a relajada en New Hampshire. Mondale cuenta, tambi¨¦n, con una cobertura de prensa y televisi¨®n que casi nada tiene que envidiar a la organizada por la Casa Blanca en los desplazamientos del presidente Reagan. A ning¨²n acto p¨²blico de Mondale, en escuelas o en la calle, faltan decenas de televisiones, fot¨®grafos y periodistas, para propulsarlo como favorito ante la opini¨®n p¨²blica, con gran descontento y cr¨ªticas por parte de John Glenn, que acusa a Mondale "de ser el candidato de los medios de comunicaci¨®n".
La campa?a en New Hampshire ha visto resurgir a un hombre que se presenta con ideas nuevas, el senador por Colorado Gary Hart. Tras su victoria, como segundo detr¨¢s de Mondale, en el pasado caucus o asamblea del Estado de lowa, Hart prepara ahora su rev¨¢lida pol¨ªtica en New Hampshire. Si nuevamente queda segundo en la prueba, confirmar¨¢ que el electorado dem¨®crata quiere opciones liberales para enfrentar a Reagan, como las ofrecidas por Mondale o Hart, por delante de las m¨¢s conservadoras, defendidas por Jorth Glenn. El hecho de que el tambi¨¦n liberal McGovern pueda sacar un buen porcentaje confirmar¨ªa tal tendencia proliberal entre el electorado de New Hampshire, peque?o muestrario de lo que puede ocurrir a escala nacional.
El reverendo Jesse Jackson deber¨¢ esperar hasta las elecciones primarias en los Estados del sur, con amplio electorado de raza negra, para comprobar sus posibilidades pol¨ªticas reales. Cranston, Hollins y Askew pueden abandonar la carrera presidencial tras la consulta de New Hampshire.
Con menos de un mill¨®n de habitantes (en una poblaci¨®n total de 226 millones en EE UU), New Hampshire adquiere un protagonismo pol¨ªtico de primera fila en el largo proceso electoral estadounidense, ya que tiene el privilegio de ser el Estado que inaugura las elecciones primarias.
Con un gobernador republicano, dos senadores del mismo partido y una poblaci¨®n de tradiciones bastante conservadoras, los candidatos se mueven en New Hampshire como en un carrusel pol¨ªtico, que cada cuatro a?os airea el nombre de pueblos y ciudades de este peque?o Estado a los cuatro vientos no s¨®lo de la vida pol¨ªtica norteamericana, sino tambi¨¦n a los medios informativos de todo el mundo.
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