La ense?anza en la emigraci¨®n
Soy uno m¨¢s delos emigrantes que asiduamente leen EL PAIS en la emigraci¨®n. Naturalmente, observo con mucho inter¨¦s todo lo que escribe su corresponsal en Bonn, se?or Comas, que, sin duda, es un periodista de gran talla; pero, leyendo el diario del 15 de febrero me encuentro con que se ha roto la regla de la excepci¨®n, ya que en el tema que escribe de las Escuelas Complementarias en la Emigraci¨®n informa parcialmente.Vaya por delante el decir que soy un emigrante que siempre me han preocupado los problemas de la emigraci¨®n, y que soy mec¨¢nico de profesi¨®n, o sea, que no me induce a escribir ning¨²n inter¨¦s materialista, pero s¨ª creo conocer un poco la situaci¨®n despu¨¦s de 23 a?os aqu¨ª.
Deseo hacer algunas puntualizaciones en esta cuesti¨®n que ata?e a los hijos de los emigrantes.
1. Los maestros y maestras de las Escuelas Complementarias en la Emigraci¨®n son funcionarios de la Administraci¨®n espa?ola y la gran mayor¨ªa solicitaron venir a la emigraci¨®n para ense?ar exclusivamente el idioma espa?ol y por un tiempo de tres a?os, con opci¨®n de pr¨®rroga de otros tres. ?Los hay que llevan m¨¢sde 15 a?os! Como funcionarios deben de saber muy bien las ordenanzas a que est¨¢n supeditados.
Lo lamentable es que este colectivo de maestros intente oponerse a unas normas utilizando a los padres de los alumnos con argumentaciones que no son honradas.
2. La finalidad por la que se implantaron las Escuelas Complementarias es la de que nuestros hijos en la emigraci¨®n conozc¨¢n la cultura, nuestro idioma, nuestra historia, nuestras costumbres, ya que todos los otros estudios los realizan en las escuelas alemanas.
Entiendo que no es honesto el decirle a los padres de los alumnos que los maestros que los reemplacen no est¨¢n capacitados para esta misi¨®n en la emigraci¨®n.
C¨®mo pueden argumentar que si ellos se marchan los hijos de los emigrantes se quedar¨¢n sin escuelas, en donde, por ejemplo, aqu¨ª, en el land de Hessen, las clases complementarias son obligatorias.
C¨®mo pueden decir que la calidad de la ense?anza sin ellos ser¨¢ mala, si se debe comprender que lo que necesitan los ni?os son unos sistemas de ense?anza modernos que, estoy seguro, que los nuevos maestros s¨ª que los traen.
Lo que s¨ª eluden decir es que econ¨®micamente resultan perjudicados, ya que aqu¨ª ganan el doble de sueldo que los mismos compa?eros alemanes, y tres veces m¨¢s que ejerciendo en Espa?a.
Cierto es que no en todas partes de la RFA las clases complementarias no han funcionado bien, y esto es ya un mal viejo, y por varias razones.
Confiemos que si el Ministerio de Cultura y el Instituto Espa?ol de Emigraci¨®n se proponen traernos algo del cambio a los emigrantes sea con una buena coordinaci¨®n conjunta con los responsables de la ense?anza alemana. / Gerino L¨®pez Becerra.
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