Francia sufri¨® ayer importantes trastornos a causa de la huelga de los empleados de los servicios p¨²blicos
El desarrollo de la vida francesa fue duramente perturbado ayer en todo el pa¨ªs a causa de la huelga de los empleados de la funci¨®n p¨²blica, que defienden su poder adquisitivo. El Gobierno no se manifiesta dispuesto a ceder ante una reivindicaci¨®n que probablemente esconde otras, y que ir¨ªa en contra de su estrategia econ¨®mica actual.La consigna de paro de los empleados de los servicios p¨²blicos, y de manera m¨¢s amplia a¨²n la de los transportes, fue ampliamente seguida. La huelga fue convocada por todas las centrales sindicales, excepto por la Confederaci¨®n Francesa Democr¨¢tica del Trabajo (CFDT), central socialista autogestionaria, que es de anotar que fue desbordada en algunos sectores.
La reivindicaci¨®n oficial de los huelguistas se refiere al mantenimiento del poder adquisitivo de sus salarios (los c¨¢lculos sobre esa reivindicaci¨®n oscilan, pero alguna central sindical hace saber que s¨®lo el a?o pasado los funcionarios perdieron entre el 3% y el 4% del poder de compra).
El Gobierno, a su vez, en las negociaciones salariales que lleva a cabo por medio del ministro de la Funci¨®n P¨²blica, el comunista Anicet le P'ors, estima que el a?o ¨²ltimo los funcionarios no perdieron poder adquisitivo, y que para que lo mantengan en 1984 el Estado les garantiza una prima de 10.000 pesetas para cada funcionario y un alamento del 1% de su salario actual a partir del pr¨®ximo d¨ªa 1 de abril.
Desde que los socialistas consiguieron el poder en 1981 y la izquierda (comunistas y socialistas) gobierna en Francia es la primera vez que los sindicatos de izquierda se echan a la calle. El n¨²mero de funcionarios propiamente dicho alcanza la cifra de 2,5 millones, pero el total afectado por el movimiento de ayer es de ocho millones, al contar los asalariados de las empresas p¨²blicas y los jubilados.
Para el Gobierno socialista es una prueba de fuego. El mundo de la funci¨®n p¨²blica es el que ha sido m¨¢s favorecido desde que la izquierda llegl¨® al poder: fueron creados, en un principio, 180.000 puestos de trabajo; el Estado hizo titulares a m¨¢s de medio mill¨®n de becarios y aument¨® los derechos sindicales, sociales y econ¨®micos de este sector p¨²blico. Si a todo ello se a?ade la seguridad del empleo cabr¨ªa imaginar que en estos tiempos de crisis, ya reconocida por la izquierda gobernante, los empleados del Estado ser¨ªan menos exigentes con un Gobierno que adem¨¢s, para la mayor¨ªa de ellos, es su Gobierno (por ser de izquierdas, se entiende).
Enfrentamiento con el Gobierno
Esta primera manifestaci¨®n antigubernamental de los sindicatos que, m¨¢s o menos directamente, apoyan a la izquierda, oficialmente se centra en una reivindicaci¨®n salarial; pero otras muchas motivaciones han paralizado al 75% de los empleados, seg¨²n una estimaci¨®n sindical realizada ayer noche, bastante superior a la de la polic¨ªa.
La base electoral de los socialistas, que es amplia en este sector p¨²blico, est¨¢ decepcionada de una manera general con la Administraci¨®n que dirige el presidente Fran?ois Mitterrand. Son los que aqu¨ª se les llama decepcionados del socialismo, porque Mitterrand y sus Gobiernos sucesivos est¨¢n realizando una pol¨ªtica que no tiene gran cosa que ver con las promesas que hicieron durante varios quinquenios de oposici¨®n.
Esa decepci¨®n en sectores fundamentales del electorado de izquierda que cobran sueldos del Estado es rabia antigubernamental cuando se trata del mundo de la ense?anza laica, que no le perdona a Mitterrand su comprensi¨®n por la ense?anza cat¨®lica. Tambi¨¦n entre los decepcionados se encuentran quienes reniegan de la pol¨ªtica econ¨®mica capitalista que, a su entender, conduce el Gobierno. Todo ello, tanto como el poder adquisitivo, paraliz¨® ayer Francia. Pero nada indica que los responsables socialistas actuales cedan, porque ello significar¨ªa dinamitar su pol¨ªtica econ¨®mica de rigor, en la que Mitterrand ha empe?ado las posibilidades de futuro de su socialismo.
Por otra parte, ayer se supo en Bruselas que el comit¨¦ ejecutivo de la Federaci¨®n Europea de Metal¨²rgicos (FEM) ha realizado una convocatoria a sus organizaciones afiliadas para que se manifiesten el pr¨®ximo 30 de marzo en Par¨ªs en favor de la jornada laboral de 35 horas semanales. El brit¨¢nico Terry Dufry, presidente de la FEM, se?al¨® en una conferencia de prensa que la manifestaci¨®n se desarrollar¨¢ en Par¨ªs porque Francia preside actualmente el Consejo de Ministros de la CEE.
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