Jean Baudrillard: "Ninguna teor¨ªa es capaz hoy de explicar lo que pasa"
El fil¨®sofo franc¨¦s habla en Alicante sobre aspectos de la cultura contempor¨¢nea
La presencia en Alicante de Jean Baudrillard, soci¨®logo y fil¨®sofo del vac¨ªo, uno de los m¨¢ximos exponentes del pensamiento franc¨¦s que se formula con el material de derribo del marxismo, del psicoan¨¢lisis y de la semiolog¨ªa en la d¨¦cada de los a?os setenta, ha despertado amplio inter¨¦s, aunque ¨¦l responda a las demandas que se le hacen sobre su pensamiento con la frase de un esc¨¦ptico: "Ninguna teor¨ªa es capaz hoy de explicar lo que pasa". Su participaci¨®n en un ciclo de conferencias sobre la contemporaneidad convierten sus formulaciones sobre el exterminio y la simulaci¨®n, sobre la fatalidad y la falta de referencia hist¨®rica como antelaciones de lo que suceder¨¢ con el cambio de siglo. En breve, la editorial Anagrama editar¨¢ en Espa?a, traducido, su ¨²ltimo volumen, Las estrategias fatales.
Este profesor de Sociolog¨ªa de la universidad de Nanterre, autor de El espejo de la producci¨®n (Gedisa) y De la seducci¨®n (C¨¢tedra), no se siente a gusto con la consideraci¨®n de soci¨®logo de la contemporaneidad que se le da en el ciclo organizado por el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia. Su tarea es una metadisciplina, m¨¢s all¨¢ de la divisi¨®n convencional del conocimiento. "No me siento precisamente soci¨®logo de la modernidad. Me siento metaf¨ªsico, o soci¨®logo, pero transversal. M¨¢s bien, lo m¨ªo es una metadisciplina sobre la modernidad. Yo me he inspirado sobre todo en situaciones actuales. Tengo la impresi¨®n de no haber partido de la historia de las ideas. Me siento menos integrado en una disciplina dada: f¨ªsica, sociolog¨ªa, econom¨ªa. Me siento marginal o transversal".Baudrillard estima que pretende explicar la modernidad desde su consideraci¨®n de objeto bruto, sin antecedentes ni consecuencias. "Analizo sin un sistema de interpretaci¨®n previo. Durante largo tiempo trabaj¨¦, como todo el mundo, con la semiolog¨ªa, con el psicoan¨¢lisis, con la sociolog¨ªa y con el marxismo. Pero luego he intentado hacer una an¨¢lisis bruto de la modernidad sin referencias y quiz¨¢ sin consecuencias. El mundo de la simulaci¨®n, de los medios de comunicaci¨®n, no es un tiempo hist¨®rico. Se analizan los acontecimientos y, simult¨¢neamente, este an¨¢lisis est¨¢ poco ligado a la historia de las ideas; est¨¢ m¨¢s ligado a la l¨®gica pura de los acontecimientos".
Pregunta. Ciertamente, por esta ausencia de historia, usted guarda poca semejanza con el cient¨ªfico que piensa para proponer conclusiones ¨²tiles para la transformaci¨®n social.
Respuesta. Yo no tengo conclusiones, ni morales ni hist¨®ricas, ni incluso pragm¨¢ticas. Es m¨¢s bien una inmoralidad del an¨¢lisis la que yo hago.
P. Sus alumnos de Nanterre, ?c¨®mo viven con este marco de pensamiento que usted ofrece en sus clases?
R. No hay energ¨ªa en la Universidad. Todo el per¨ªodo de los a?os sesenta, setenta, de 1968, evidentemente, ha terminado. Hoy hay una especie de vac¨ªo. Mis teor¨ªas seducen, pero la gente no ve exactamente qu¨¦ se puede hacer con ellas. Tienen ganas de hacer un an¨¢lisis pragm¨¢tico para saber qu¨¦ pueden hacer. Estamos en un per¨ªodo de crisis. Por tanto, hay un chantaje a la crisis. Teor¨ªas como ¨¦sta aparecen superfluas, que es lo les da su encanto. En tiempo de crisis no se tiene ganas de hablar de cat¨¢strofe, porque ya basta con la crisis. En un momento dado esta teor¨ªa se correspondi¨® con un momento concreto de cr¨ªtica radical en Francia. Ahora se est¨¢ en un momento confuso, ambiguo. Hoy todas las cosas est¨¢n en fase de desarticulaci¨®n. Ninguna teor¨ªa es capaz hoy de explicar lo que pasa. Por ello,, creo que s¨®lo cabe plantear un desaf¨ªo basado en una teor¨ªa ficci¨®n de la realidad, porque lo real no sabemos lo que es. La edad de oro que articul¨® una teor¨ªa con una realidad me parece terminada. En Francia, entre 1960 y 1975, conocimos un excelente per¨ªodo. Ahora estamos flotando como las m¨¢quinas.
P. Hay quien dice que usted fue el precursor del pasotismo en Espa?a.
R. Es cierto que este an¨¢lisis de la p¨¦rdida de toda referencia hist¨®rica crea una indiferencia que puede invadir la escena pol¨ªtica, la escena social. Pero creo que este t¨¦rmino se aplica peyorativamente en Espa?a a una actitud que no deber¨ªa existir. Yo creo que habr¨ªa que saber si es simplemente una indiferencia o se trata de otra estrategia. Si es simplemente la ausencia de una cosa, la sensaci¨®n de p¨¦rdida del tiempo de la historia, o es la existencia de otra cosa pol¨ªtica o transpol¨ªticamente. Estamos en una ¨¦poca en la que ocurren cosas del otro lado de la pol¨ªtica o al lado, es decir, en otro espacio. Puede que esta indiferencia de la gente demuestre la imposibilidad de saber la verdad. O tal vez estamos en un momento de resignaci¨®n desgraciada, de melancol¨ªa, ya que no hay sentido de las cosas. Puede que tambi¨¦n nos encontremos en una situaci¨®n nueva, que nos exige hacer el papel de otra manera sobre la base de que no hay reglas ni sistema, no hay estructuras hist¨®ricas, estructuras de verdad. Y, no obstante, hay que continuar. A las ciencias exactas se sabe que su objeto de an¨¢lisis se les escapa en el l¨ªmite. La ciencia est¨¢ incluso en trance de desaparecer. ?sta es una situaci¨®n que afecta a todas las manifestaciones, no s¨®lo a las de rnasas".
P. ?Por qu¨¦ recomienda usted, como actitud vital, flotar por entre los acontecimientos sin conocer direcci¨®n alguna?
R. S¨ª; yo creo que es tiempo para flotar y tratar de vivir o de sobrevivir. Con las armas nucleares, estamos en una situaci¨®n de disuasi¨®n general en la que nada podemos hacer. No puede haber guerra, porque ser¨ªa total y catastr¨®fica. Ello genera un bloqueo general, universal, de p¨¦rdida de iniciativa, de autonom¨ªa. ?Y qu¨¦ pasa a la sombra de esta disuasi¨®n? No hay respuesta, no hay profec¨ªa del porvenir. Es una situaci¨®n ambigua y enigm¨¢tica. Y, sin embargo, apasionante. A la vez produce indiferencia profunda -hablo subjetivamente- y curiosidad y fascinaci¨®n. Estamos fascinados por esta modernidad. No llegamos a afrontarla, y al mismo tiempo nos fascina. Incluso la indiferencia es fascinante. Yo creo que es una pasi¨®n.
P. En su conferencia habla de estrategias fatales. ?Es posible una estrategia en ese mundo sin referencias que usted dibuja?
R. L¨®gicamente, no hay estrategia posible. M¨¢s bien hay t¨¢cticas posibles. La estrategia pol¨ªtica, la estrategia hist¨®rica que conoc¨ªamos est¨¢ superada.
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