Washington oprovecha las leyes anti-Mafia para cortar las ayudas econ¨®micas al IRA
El Gobierno de Estados Unidos est¨¢ aplicando una legislaci¨®n ideada inicialmente para luchar contra la Mafia para evitar que salgan del pa¨ªs fondos destinados al Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA). Aunque no existen estad¨ªsticas al respecto, y aunque se estima que las cantidades de dinero han disminuido, a¨²n hoy el IRA recibe importantes fondos de las colectas realizadas entre los 15 millones de americano-irlandeses. Concienciar a esta comunidad para que suprima sus ayudas es uno de los objetivos de la visita que, desde el pasado s¨¢bado, est¨¢ realizando a Estados Unidos el primer ministro de la Rep¨²blica de Irlanda, Garret Fitzgerald.
El primer ministro explicar¨¢ tambi¨¦n a las autoridades estadounidenses los trabajos del nuevo foro, un grupo de debate creado hace ocho meses y al que pertenecen todos los partidos irlandeses y un partido del Ulster. El foro dar¨¢ a conocer el resultado de sus debates a fines de este mes. Se trata de la primera iniciativa pol¨ªtica que adopta la Rep¨²blica de Irlanda respecto al Ulster en bastantes a?os, y llega precisamente cuando, fracasada la iniciativa de crear una asamblea parlamentaria local, el Gobierno brit¨¢nico parece completamente ap¨¢tico. "Gran Breta?a", afirma un diplom¨¢tico irland¨¦s, "tiene en estos momentos ¨²nicamente una pol¨ªtica de seguridad para el Ulster, pero no es capaz de presentar ideas o proyectos pol¨ªticos que clarifiquen la situaci¨®n y permitan tener esperanzas en un futuro m¨¢s o menos lejano".
El precio de la guerra
Uno de los trabajos realizados por el nuevo foro es un estudio, preciso y desapasionado, sobre el coste de la violencia en Irlanda del Norte desde 1969, fecha en la que el Reino Unido decidi¨® enviar a su Ej¨¦rcito al Ulster para luchar contra el IRA y mantener a las comunidades cat¨®lica y protestante lo m¨¢s separadas posible. Desde entonces y hasta fines de 1983 han muerto violentamente en Irlanda del Norte 2.304 personas, de ellas 1.297 civiles, 702 soldados y polic¨ªas y 278 paramilitares, f¨®rmula que encubre tanto a miembros del IRA y el INLA como de los grupos violentos protestantes. El estudio demuestra que ambas comunidades han sufrido el impacto de la violencia: de los 1.297 civiles muertos, 773 eran cat¨®licos y 495 protestantes. En total ha habido m¨¢s de 24.000 heridos.En relaci¨®n con la poblaci¨®n del Ulster (un mill¨®n y medio de personas), la cifra de muertos en los ¨²ltimos 14 a?os supone algo as¨ª como si hubieran sido v¨ªctimas de la violencia desde 1969 m¨¢s de 81.000 brit¨¢nicos, 80.000 franceses o 325.000 norteamericanos. El total de incidentes violentos (bombas, tiroteos e incendios provocados) asciende a m¨¢s de 43.000. No hay familia en Irlanda del Norte que no haya resultado afectada en una u otra forma por el enfrentamiento armado de peque?os sectores de las dos comunidades.
Irlanda del Norte tiene tambi¨¦n la m¨¢s alta poblaci¨®n carcelaria de Europa occidental: 2.500 hombres y mujeres cumplen actualmente sentencias de prisi¨®n; el 75% de ellos, por delitos relacionados con el terrorismo. Es falso suponer que todos son miembros del IRA o cat¨®licos: en la famosa prisi¨®n de alta seguridad de Maza -cuyo subdirector ha sido asesinado recientemente- cumplen sentencia 530 cat¨®licos y 300 protestantes. Es decir, las fuerzas de seguridad brit¨¢nicas act¨²an tambi¨¦n, detienen y condenan a militantes unionistas (protestantes) de grupos paramilitares que atacan a la comunidad cat¨®lica. Es cierto, sin embargo, que los cat¨®licos son los m¨¢s afectados, si se tiene en cuenta que son s¨®lo medio mill¨®n contra un mill¨®n de protestantes y, sobre todo, si se suman las cifras de las personas que fueron internadas sin juicio en 197 1, en virtud de una decisi¨®n brit¨¢nica que constituy¨®, seg¨²n los irlandeses, un error hist¨®rico, porque radicaliz¨® la opini¨®n p¨²blica de dicha comunidad. En total, sumando estas cifras se puede decir que entre 1970 y 1973 han permanecido detenidas m¨¢s de 10.000 pesonas. En la actualidad hay 423 prisioneros que cumplen condena perpetua, incluidos 66 menores de edad que est¨¢n detenidos bajo la f¨®rmula at the secretary of states pleasure, es decir, "hasta que lo decida el ministro".
La segunda consecuencia de este estado de violencia (aunque la crisis general tambi¨¦n influye, y mucho) es la ruina econ¨®mica de la regi¨®n. Irlanda del Norte presenta el ¨ªndice de desempleo m¨¢s alto del Reino Unido y uno de los m¨¢s altos de Europa (20% de la poblaci¨®n activa).
Combinando los costes de la violencia directos e indirectos, incluidas sus repercusiones en la Rep¨²blica de Irlanda, puede decirse que la crisis de Irlanda del Norte ha costado entre 1969 y 1982 la cifra de 11.064 millones de libras este9inas, en valor de 1982, es decir, mas de dos billones de pesetas.
Frente a esta situaci¨®n, el Gobierno de Margaret Thatcher intent¨® tres v¨ªas diferentes: la puramente policial (con la creaci¨®n, adem¨¢s, de la figura del terrorista arrepentido, que no han sido s¨®lo ex miembros del IRA o del INLA, sino tambi¨¦n de los grupos protestantes), la pol¨ªtica (con la creaci¨®n de una Asamblea local) y la internacional (asegur¨¢ndose que el IRA dejaba de recibir apoyos de lor irlandeses del exterior).
La primera v¨ªa se ha demostrado insuficiente: no pasa semana sin que sea asesinado un polic¨ªa o civil, protestante o cat¨®lico.
La segunda ha sido un completo fracaso. La Asamblea pr¨¢cticamente no existe en la realidad, porque s¨®lo se sientan en ella los grupos protestantes y un partido cat¨®lico moderado que ha perdido precisamente en las ¨²ltimas elecciones generales, en junio de 1983, la representaci¨®n de la mayor¨ªa del medio mill¨®n de cat¨®licos. Desde el a?o pasado, el aut¨¦ntico portavoz de esa minor¨ªa es el Sinn Feinn, considerado. como la rama pol¨ªtica del IRA, que obtuvo en dichas elecciones el 42% del voto cat¨®lico y que sigue practicando la pol¨ªtica de sillas vac¨ªas.
La tercera v¨ªa ha tenido m¨¢s ¨¦xito, pero probablemente haya que achac¨¢rselo no tanto a las gestiones de Margaret Thatcher en Washington como a la labor del Gobierno de la Rep¨²blica de Irlanda, que tiene mucho m¨¢s predicamento entre los norteamericano-irlandeses y que una y otra vez ha desarrollado campa?as de informaci¨®n en el exterior, explicando a quienes apoyan al IRA que la existencia de este grupo armado no favorecer¨¢ la reunificaci¨®n de la isla.
El dilema de Dubl¨ªn
Es muy dif¨ªcil presentar el caso del Ulster en EE UU como el de una "minor¨ªa cat¨®lica avasallada por protestantes intransigentes", afirma un diplom¨¢tico irland¨¦s. Sin embargo, la realidad no es tan simple como eso. El problema es mucho m¨¢s complejo y resulta absurdo olvidar que "hay un mill¨®n de protestantes que quieren seguir siendo brit¨¢nicos y que tienen tambi¨¦n sus derechos".La Rep¨²blica de Irlanda se ha movido siempre en un plano muy dif¨ªcil: por un lado, tiene que mantener buenas relaciones con el Reino Unido, de quien depende parte de su econom¨ªa, y, por otro, satisfacer a sus ciudadanos, partidarios de la reunificaci¨®n de las islas. Sin embargo, los sucesivos Gobiernos de Dubl¨ªn han condenado inequ¨ªvocamente al IRA y al INLA.
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