Paul Motian, despu¨¦s de medianoche
Recital de 'iazz'
Paul Motian Group. Teatro Mart¨ªn. 16 de marzo de 1984.
Los organizadores pusieron el concierto de Paul Motian a las 0.30 horas de la madrugada. Jazz After Midnight (jazz despu¨¦s de la medianoche) le llamaron al invento. El t¨ªtulo suena un poco a jazz after hours, expresi¨®n que es dif¨ªcil de traducir y que hace referencia al jazz que se interpreta cuando las sesiones terminan y los m¨²sicos siguen tocando, pero ya s¨®lo para ellos mismos y para algunos elegidos. Para muchos es en esas condiciones en las que surge el mejor jazz. Aqu¨ª adem¨¢s ayudaba el local, porque es agradable y no se oye mal en ¨¦l, y como es peque?ito, se llena pronto, lo que siempre ayuda. Encima, para el concierto dejaron puesto el decorado, que es de una obra que trata de boxeo, y ese espect¨¢culo,junto con el jazz, lo asoc¨ªamos todos sin querer a esa Am¨¦rica b¨¢rbara que da tan bien en las pel¨ªculas.El concierto correspondi¨® a ratos a las promesas. Era interesante la formaci¨®n, otra m¨¢s, con dos saxos tenores, costumbre que parece que prolifera. Jim Pepper, que tambi¨¦n toc¨® el soprano, es intenso y melodram¨¢tico y hace gestos como si viviera mucho la m¨²sica. Mejor estuvo Joe Lovano, aunque le ech¨® menos cuento y por eso pas¨® m¨¢s inadvertido. Se apreciaron los solos del contrabajista, aunque estimo que lo mejor que hizo fue acompa?ar con arco a Lovano en un tema aflamencado. El m¨¢s pol¨¦mico fue Bill Frisell, guitarra cuyo juego, todo eco y glissando, suena como a luna de miel en Waikiki.
No es descubrir ning¨²n mundo el afirmar que Paul Motian es un batena excepcional. Acompa?a muy bien y tiene un gran dominio del r¨¦gimen de la intensidad sonora. Lo malo es que a veces se mete a maestro de la percusi¨®n y hace ruidos con cositas, o se queda fijo mirando un platillo y de repente, izas!, premio, del Mart¨ªn al nirvana, que puede valer como versi¨®n posmoderna del castizo "de Madrid al cielo". Uno entiende que Motian obre as¨ª, porque quien fue bater¨ªa de Bill Evans y Keith Jarrett no puede conformarse con ser acompa?ante y tiene que ir de m¨²sico serio por la vida, sobre todo si encima graba para un sello que se denomina Experimentos en M¨²sica Contempor¨¢nea. Lo peor que ocurre es que Motian vive demasiado su papel, y, m¨¢s que poner cara de m¨²sico serio, parece que se vaya a pegar con alguien del p¨²blico.
El repertorio, entre piezas de diverso pelaje, incluy¨® Pannonica y la primera versi¨®n de Milestones, por lo que habr¨¢ que calificarlo de variado. Lo mejor de todo fue un calipso, cosa f¨¢cil porque los cafipsos siempre son bonitos. ?ste hubiera resultado una perla a poco que hubieran ayudado los solos, o simplemente con que Motian hubiera dulcificado el gesto. Pero no. Sigui¨® tan enfadado como siempre.
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