?Hacia un pacto econ¨®mico en Euskadi?
Las cuestiones econ¨®micas han estado ausentes del reciente debate para las elecciones al Parlamento vasco, opina el articulista, para quien, mientras pol¨ªticos e intelectuales centran su atenci¨®n en el gran tema de la pacificaci¨®n, el Pa¨ªs Vasco se convierte en una regi¨®n cada d¨ªa m¨¢s pobre. Euskadi necesita un plan econ¨®mico a medio plazo, pactado dentro de la autonom¨ªa por todas las fuerzas pol¨ªticas y con el Gobierno central, que evite una situaci¨®n de deterioro a¨²n m¨¢s profunda.
Cuando el pasado d¨ªa 26 de febrero el electorado vasco acudi¨® a las urnas, lo hizo con preferencias claras en varios terrenos generales: la pacificaci¨®n, la defensa de la autonom¨ªa, la lealtad a un proyecto nacionalista o no nacionalista para Euskadi.Sin embargo, probablemente muchos electores no habr¨ªan sabido responder a una pregunta fundamental, y que constituye la espina dorsal de una campa?a electoral en sociedades menos distorsionadas y polarizadas: ?c¨®mo se va a gastar el partido que usted vota los 131.000 millones de pesetas de presupuesto auton¨®mico? En otras palabras: una cuesti¨®n b¨¢sica en el arte de gobernar, que consiste en saber de cu¨¢nto dinero se puede echar mano y c¨®mo se va a gastar, estuvo ausente de la campa?a electoral. A partir de esta acusada carencia es l¨®gico que no existiera un debate m¨ªnimamente detallado acerca de otra cuesti¨®n crucial: qu¨¦ se puede hacer para salvar la econom¨ªa de Euskadi.
El Partido Nacionalista Vasco centr¨® su mensaje econ¨®mico en que se han creado unos 3.900 puestos de trabajo en el ¨²ltimo semestre de 1983. Como parece haberse aclarado luego, han sido generados por las tareas de desescombro que siguieron a las inundaciones. Herri Batasuna present¨® un plan que no era sino la guinda econ¨®mica de creaci¨®n de 200.000 puestos de trabajo sobre el pastel pol¨ªtico de que, primero, se acepte como marco la alternativa KAS. El Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) plante¨® las l¨ªneas b¨¢sicas de un plan econ¨®mico cuatrienal que apenas tuvo contestaci¨®n, y probablemente no fue tan siquiera considerado por sus oponentes pol¨ªticos en el calor y la crispaci¨®n de la campa?a.
Situaci¨®n cr¨ªtica
Y es que la econom¨ªa en el Pa¨ªs Vasco, como saben muy bien las organizaciones sindicales y los empresarios, es "el diablo que se echa por la puerta y vuelve a entrar por la ventana". Mientras la mayor¨ªa de los pol¨ªticos, intelectuales y columnistas centran su atenci¨®n en los grandes temas pol¨ªticos, el Pa¨ªs Vasco se convierte d¨ªa a d¨ªa en una regi¨®n m¨¢s pobre.
La situaci¨®n econ¨®mica del Pa¨ªs Vasco es cr¨ªtica. La crisis que ha venido padeciendo hasta ahora puede ser la antesala de una situaci¨®n de deterioro mucho m¨¢s agudo.
La crisis, por el momento, ha respetado, aunque haya estancado, el crecimiento de aquellos sectores en los que m¨¢s especializado est¨¢ el Pa¨ªs Vasco: siderurgia, metalurgia, fabricaci¨®n de productos met¨¢licos, caucho, pl¨¢sticos, papel y muebles.
Si estos sectores se colapsan, y existen signos inequ¨ªvocos de deterioro en varios de ellos (por ejemplo, dentro del sector de fabricaci¨®n de productos met¨¢licos), la tasa de desempleo puede dispararse por encima del 25%, y la inversi¨®n industrial puede alcanzar nuevos m¨ªnimos, por debajo de la cuarta parte de la inversi¨®n que se realizaba hace 10 a?os.
Se necesita, por tanto, un esfuerzo planificador que, por un lado, aleje el peligro de un recrudecimiento de la crisis y, por otro, haga variar el rumbo espont¨¢neo de irreversible decaimiento econ¨®mico hacia el que el Pa¨ªs Vasco se dirige.
En un primer momento se precisa de un programa o plan econ¨®mico a medio plazo que salve y haga madurar a los sectores amenazados, y que est¨¢n formados mayoritariamente por peque?as y medianas empresas; que entra?e una ambiciosa pol¨ªtica de promoci¨®n de empleo; que busque el crecimiento del producto interior bruto (PIB) vasco a trav¨¦s de la exportaci¨®n, y, por ¨²ltimo, que siente las bases para el gran salto tecnol¨®gico que la industria vasca precisa.
Un plan de este tipo debe ser pactado dentro de Euskadi, concertado con el Gobierno de la naci¨®n, y debe desarrollarse en paralelo a un enorme esfuerzo por la pacificaci¨®n de Euskadi.
Debe ser pactado entre las fuerzas pol¨ªticas del Pa¨ªs Vasco por dos razones. En primer lugar, porque hasta la fecha el Partido Nacionalista Vasco se ha mostrado remiso a emprender una acci¨®n planificadora sistem¨¢tica y orientada al medio plazo. En las nuevas condiciones de mayor¨ªa no absoluta de este partido se puede y debe forzar este pacto en el Parlamento vasco. Debe ser pactado, en segundo lugar, porque un programa de intervenci¨®n econ¨®mica como el se?alado es, ante todo, un esfuerzo por impulsar desde las instituciones vascas una mejor organizaci¨®n de la econom¨ªa: organizaci¨®n de la producci¨®n en sectores a reestructurar, de los sectores exportadores, de los profesionales y obreros en paro para crear nuevas empresas. Esto requiere el esfuerzo y la cooperaci¨®n de todos los agentes sociales implicados, y presupone, por tanto, un acuerdo pol¨ªtico previo.
Un programa de estas caracter¨ªsticas, para que se cumpla eficazmente, debe ser concertado con el Gobierno central: en primer lugar, porque su coste (que habr¨ªa que situar aproximadamente en unos 200.000 millones de pesetas) est¨¢ muy por encima de las posibilidades financieras de la comunidad aut¨®noma, y en segundo lugar, porque muchas de las pol¨ªticas estrat¨¦gicas a impulsar (en ¨¢reas como exportaciones, reestructuraciones, promoci¨®n de empleo o innovaci¨®n tecnol¨®gica efectiva) han de dise?arse y ejecutarse en coordinaci¨®n con la Administraci¨®n central, ya que en diversos aspectos desbordan las competencias auton¨®micas.
Cae por su propio peso que un programa o plan de este tipo s¨®lo puede desarrollarse en paralelo a un esfuerzo enorme por la pacificaci¨®n de Euskadi. Nadie puede embarcarse seriamente en esta tarea de construcci¨®n econ¨®mica dentro de Euskadi ni buscar el apoyo y la concertaci¨®n con el Estado para salvar la econom¨ªa vasca si no se empe?a al mismo tiempo en cambiar el clima de inseguridad y violencia por un nuevo clima de paz y cooperaci¨®n.
Si es este un momento adecuado para buscar unos m¨ªnimos comunes a todas las fuerzas pol¨ªticas vascas, su acuerdo en torno a un programa de intervenci¨®n econ¨®mica a concertar con el Gobierno de la naci¨®n bien pudiera ser uno de estos m¨ªnimos.
Si no llega a serio, aunque Euskadi llegue a convertirse por fin en una tierra donde todos los vascos vivan en paz, lo har¨¢n en una tierra pobre que ha perdido su oportunidad y ha ido m¨¢s all¨¢ del punto econ¨®mico de no retorno.
es economista regional (M. Sc. en Planificaci¨®n Urbana y Regional por la London School of Economics); autor de La autonom¨ªa del Pa¨ªs Vasco: desde el pasado al futuro, Euskadi: dos comunidades y L¨ªneas centrales de la planificaci¨®n de la econom¨ªa vasca, y miembro del PSE-PSOE.
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