V¨ªa Efe
Desde que abandonamos los tratos te¨®ricos con la revoluci¨®n permanente vivimos inmersos en la elecci¨®n permanente. No salgo de una agotadora campa?a electoral y ya estoy metido hasta la empu?adura en otra. Ahora son las elecciones catalanas, las primarias estadounidenses y las ca¨®ticas salvadore?as, pero todav¨ªa flotan en mi cerebro los esl¨®ganes de las sucesivas elecciones municipales, auton¨®micas, sindicales, generales, comunistas, argentinas o vascas que han secuestrado la atenci¨®n del a?o.Mi drama es que soy altamente vulnerable a este tipo de campa?as y ya no s¨¦ muy bien, a estas alturas propagand¨ªsticas, si Hart es el adversario de Pujol, Reagan el contrincante de Obiols, Alfons¨ªn el derrotado en El Salvador o Garaikoetxea el h¨¦roe de Connecticut.
Y, para acabar de complicar las cosas, el Gobierno amenaza con unas presidenciales a la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, provistas de incertidumbre, o sea, desprovistas de Porta.
Un reciente sondeo del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas, publicado el martes en este mismo peri¨®dico, hablaba del abstencionismo, de la falta de asistencia a m¨ªtines, del declive de la militancia y del desinter¨¦s popular por la vida p¨²blica espa?ola. No estoy deacuerdo con los sondeadores ni mucho menos con esas quejas contra el desertor comportamiento pol¨ªtico de los espa?oles. De hecho no hacemos otra cosa que votar, mitinear, militar y discutir apasionadamente de asuntos p¨²blicos. Lo que pasa es que no podemos interesarnos por los actos electorales propios porque estamos totalmente ocupados con los actos electorales ajenos. Nuestra participaci¨®n en la vida pol¨ªtica es intensa, pero con la debida distancia, a trav¨¦s de nuestros corresponsales en el extranjero, con fronteras por medio, v¨ªa Efe.
Este muy criticado inter¨¦s por las primarias yanquis en detrimento de las elecciones catalanas demuestra un alto grado de madurez pol¨ªtica. Lo que a la gente le preocupa en el momento electoral son los asuntos inmediatos, cotidianos y vecinales, y esos problemas concretos, hoy por hoy, dependen bastante m¨¢s del T¨ªo Sam que de los t¨ªos auton¨®micos.
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