El tiovivo de la 'deuda Rumasa'
Una fin¨ªsima operaci¨®n, con un coste simb¨®lico para la banca, permitir¨¢ la reprivatizaci¨®n global de los bancos de Rumasa
La mesa negociadora del futuro de los 17 bancos de Rumasa, compuesta por el ministro de Econom¨ªa, Miguel Boyer, y los presidentes del Banco Central, Alfonso Esc¨¢mez; de Banesto, Pablo Garnica, y de la patronal bancaria (AEB), Rafael Termes, lleg¨® el pasado jueves a "un principio de acuerdo" sobre el destino privado (?y nacional?) de los bancos expropiados y sobre el esfuerzo que los compradores deber¨¢n hacer para que quede claro ante la opini¨®n p¨²blica que han contribuido solidariamente entre s¨ª y con el Estado, siquiera con una parte simb¨®lica, al saneamiento de la crisis bancaria de Rumasa.Aunque los peque?os detalles est¨¢n a¨²n sin definir, las grandes alternativas barajadas, tanto en medios bancarios como gubernamentales, confirman la existencia de un habil¨ªsimo mecanismo contable, digno de pasar a los textos cl¨¢sicos, por el que, sin apenas poner un duro, la Banca se queda con los escu¨¢lidos bandos de Rumasa. El pasivo de los bancos del holding, pr¨®ximo a los 550.000 millones de pesetas, se reparte entre los dep¨®sitos del p¨²blico y los 250.000 millones de ayuda de Banco de Espa?a, y su activo principal se compone de cr¨¦ditos a empresas del grupo, que ser¨ªan incobrables si ¨¦stas no fueran propiedad del Estado.
El camino-circular propuesto para los t¨ªtulos de deuda p¨²blica -conocida ya como deuda Rumasa o deuda Boyer-, que ser¨¢n emitidos por el Estado hasta sumar una cantidad semejante a las p¨¦rdidas acumuladas por Rumasa (unos 350.000 millones de pesetas), a bajo tipo de inter¨¦s (12-14%) y largo plazo (10-12 a?os), recuerda los tiovivos de la feria. Los caballitos de la deuda caminar¨ªan circularmente desde el Tesoro hasta la banca privada, y desde ¨¦sta -quiz¨¢ disfrazados de pagar¨¦s exentos de retenci¨®n, como los del proyectado dinero negro del Estado-, a los 17 bancos de Rumasa, para terminar en el Tesoro, al cabo de 10-12 a?os, a trav¨¦s del Banco de Espa?a. Por el mismo camino, pero en sentido contrario, circular¨ªa el dinero correspondiente a esos t¨ªtulos de deuda: banca privada, Tesoro, Rumasa, SA, bancos y empresas del holding, y, finalmente, banca privada y Banco de Espa?a. Curiosamente, las cuotas que la banca debe aportar al Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos en los pr¨®xirnos 12 a?os -el 1 por 1.000 de sus dep¨®sitos- equivale a unos 300.000 millones de pesetas. Esta cantidad ya ha sido anticipada (y triplicada) por el Banco de Espa?a al Fondo -mitad privado, mitad p¨²blico- y la banca deber¨¢ devolverla poco a poco.
El dinero vuelve a la banca
El mecanismo es b¨¢sicamente contable, ya que las p¨¦rdidas reales de Rumasa ya se han producido a lo largo de los ¨²ltimos a?os y se han cargado, desde el d¨ªa de la expropiaci¨®n, sobre los hombros de los contribuyentes. Ahora se trata de reconocer oficialmente ese empobrecimiento p¨²blico y descontarlo poco a poco, a lo largo de los pr¨®ximos 10-12 a?os, en los Presupuestos Generales del Estado. Para ello, el Estado pide un cr¨¦dito de unos 350.000 millones de pesetas a la banca privada y le da a cambio unos papeles reconociendo esa deuda. El Tesoro p¨²blico da ese dinero a Rumasa, SA, para que pague los cr¨¦ditos que sus empresas participadas tienen con los bancos del holding de la abeja.El pasivo de las empresas a reprivatizar queda cargado en Rumasa, SA, pero como los 17 bancos del holding saneados con ese dinero han sido entre tanto -o al mismo tiempo- comprados por un consorcio de la banca privada, aquel dinero que ¨¦sta prest¨® al Estado vuelve al final a su origen bancario. Rumasa, SA, que actuar¨¢ en esta operaci¨®n como "colector de basuras", podr¨ªa extinguirse o transformarse en algo as¨ª como "comisi¨®n liquidadora de Rumasa", un ente aut¨®nomo del Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda que aportar¨ªa importantes ventajas fiscales y financieras de cara a las transmisiones de activos, ampliaci¨®n de capital, etc¨¦tera.
T¨¦cnicamente, el tiovivo de la deuda Rumasa, seg¨²n el principio de acuerdo alcanzado entre los banqueros y el ministro de Econom¨ªa, podr¨ªa funcionar as¨ª: el Estado emite deuda p¨²blica especial a largo plazo y tipo de inter¨¦s inferior al de mercado. Las condiciones de plazo y tipo est¨¢n a¨²n sin fijar, pero se sit¨²an oficiosamente en tomo a los 10-12 a?os y 12% -14%. de inter¨¦s. La cantidad total emitida tampoco se ha fijado, pero ser¨¢ semejante al total de la p¨¦rdida acumulada por Rumasa, que supera los 350.000 millones de pesetas. Esta cifra podr¨ªa verse alterada, al t¨¦rmino de las negociaciones, en la cantidad que el Estado quiera financiar por otra v¨ªa distinta a la deuda.
Los convidados de piedra
Los bancos privados suscriben voluntaria u obligatoriamente, seg¨²n la marcha de las conversaciones, la emisi¨®n ¨ªntegra de deuda en proporci¨®n a sus dep¨®sitos, lo que resulta habitual entre ellos, ya que suelen incluso hacer uso de la palabra discipl¨ªnadamente en el orden que marca su cuota de mercado. Los bancos forman entonces un consorcio entre todos ellos o s¨®lo entre aquellos que se muestren interesados en comprar un trocito de la banca de Rumasa.El consorcio que habr¨¢ de quedarse y repartirse los 17 bancos que ofrece el Estado, y que son los ¨²ltimos bancos en crisis que est¨¢n en venta, no puede estar integrado s¨®lo por los siete grandes, como ya ocurri¨® para el reparto del grupo Banca Catalana, sino que admitir¨ªa, sin que sirviera de precedente, a los cinco medianos y quiz¨¢ a alg¨²n valeroso voluntario de entre los peque?os.
Nadie ha mencionado todavia en p¨²blico el nombre de la banca extranjera, cuya mera evocaci¨®n hace brillar al instante las navajas de la banca espa?ola, temerosa de la nueva competencia.
El Bank of America, el Dresdner, el National Westminster y otros no han ocultado sus deseos de adquirir bancos comerciales espa?oles para romper el cerco y salir de lo que consideran el apartheid del negocio interbancario o la banca de negocios al por mayor. Los extranjeros quieren captar dep¨®sitos de clientes espa?oles, pero tienen limitada su capacidad de expansi¨®n.
Otro frente abierto a la fr¨¢gil solidaridad bancaria es la elecci¨®n del l¨ªder gestor del consorcio. Ya se habla de que es obligatorio ofrecer tal liderazgo al Banco de Bilbao, a¨²n enfurru?ado por la p¨¦rdida forzada del Banco Atl¨¢ntico.
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