La necesaria reforma del deporte

El real decreto-ley sobre organizaciones deportivas que aprob¨® el pasado Consejo de Ministros ha dejado una estela de pol¨¦mica. No pod¨ªa ser de otra forma: demasiados intereses entran en juego. Las almas puras del mundo del deporte han reaccionado con el f¨¢cil recurso al rasgamiento de vestiduras: si se empieza a mezclar pol¨ªtica y deporte estamos perdidos. Y se vislumbra ya, desde este momento, una campa?a dedicada a exaltar la supuesta independencia pol¨ªtica de las actitudes de los personajes que han manejado la burocracia deportiva en los ¨²ltimos a?os. Ciertamente, la decisi¨®n del Consejo de Ministros es pol¨ªtica. Y no pod¨ªa ser de otra manera porque se trata de un problema pol¨ªtico. Los que se autodenominan gentes del deporte lo saben perfectamente. ( ... )Para el franquismo, como para cualquier concepci¨®n totalitaria de la realidad, todas las ¨¢reas de la actividad social deb¨ªan estar sometidas a la tutela del Estado. Desde el primer momento se cre¨® una estructura deportiva totalmente ligada al poder pol¨ªtico que ten¨ªa el doble objetivo de funcionar como mecanismo de control del deporte y como una de las ¨¢reas de encuadramiento de la juventud (...).

El deporte espa?ol permanece intacto: es pr¨¢cticamente el mismo que leg¨® la dictadura. Sus dirigentes son, en su inmensa mayor¨ªa, los mismos, y los reci¨¦n incorporados lo han hecho con espectacular concomitancia y sumisi¨®n a los de siempre, con honrosas y destacadas excepciones que est¨¢n en la mente de todos. Un d¨ªa u otro el cambio ten¨ªa que llegar tambi¨¦n al deporte. Y parece que ¨¦ste es el momento. Naturalmente, para desmontar un tinglado pol¨ªtico era necesaria una actuaci¨®n pol¨ªtica. No juguemos ahora la comedia de las almas escandalizadas.(...)

31 de marzo