Karl Rahner, uno de los te¨®logos cat¨®licos mas importantes del siglo, muri¨® ayer, a los 80 a?os, v¨ªctima de un fallo cardiaco
Karl Rahner, uno de los te¨®logos m¨¢s destacados de este siglo, cuya influencia en las directrices emanadas del Concilio Vaticano II se considera decisiva, muri¨® el viernes, en una cl¨ªnica de Innsbruck, a causa de un fallo card¨ªaco. Rahner hab¨ªa celebrado su 80 cumplea?os el pasado d¨ªa 5 de marzo. Su muerte fue hecha p¨²blica ayer por el padre jesuita Josef Mullner, rector del colegio de la Compa?¨ªa de Jes¨²s en Innsbruck, en el que Rahner viv¨ªa desde su jubilaci¨®n como catedr¨¢tico de Dogm¨¢tica.
Resulta significativo sobre la personalidad de Rahner que uno de los primeros en pronunciarse sobre su muerte fuera el ministro del Interior y vicepresidente del Partido Socialista de Austria, Karl Blecha. ?ste destac¨® ayer la labor de Rahner en la consecuci¨®n de un "di¨¢logo fruct¨ªfero" entre cristianos y socialistas. Desde una postura de absoluta fidelidad a la Iglesia de Roma, el te¨®logo ahora fallecido se esforz¨® siempre por buscar v¨ªas de di¨¢logo entre la Iglesia y fuerzas y fen¨®menos extra?os a la misma.Como se?al¨® el arzobispo austr¨ªaco, cardenal Franz Koenig Rahner hizo gala durante toda su vida de una sensibilidad especial hacia los problemas del hombre de nuestro tiempo, que afrontaba con esp¨ªritu abierto y "amor a la Iglesia". Koenig revel¨® ayer que, en un principio, cuando invit¨® a Rahner a acudir a Roma al Concilio Vaticano II en calidad de asesor, ¨¦ste se neg¨®, alegando sus dificultades de entendimiento como la Curia romana. Finalmente, el te¨®logo acept¨® la invitaci¨®n y se convirti¨® -en palabras de Koenig- en un "gran propulsor del Concilio".
Karl Rahner naci¨® el 5 de marzo de 1904 en la localidad alemana de Friburgo en el Breisgau. Ingres¨® en la compa?¨ªa de Jes¨²s en 1922, al igual que su hermano Hugo. En 1932 se ordenaba sacerdote y cuatro a?os m¨¢s tarde se doctoraba en Teolog¨ªa en la universidad de Innsbruck, a la que, con algunos par¨¦ntesis, seguir¨ªa ligado hasta su muerte.
Durante sus estudios de doctorado en Fr¨ªburgo estudi¨® las obras de Joseph Marichal y de Emmanuel Kant, bajo la direcci¨®n de Martin Honecker. Pero su tesis en escol¨¢stica sobre santo Tom¨¢s, impregnada de ideas de Honecker (existencialista) fue rechazada por los examinadores que la consideraron poco fiel al pensamiento del santo. Una vez profesor, ense?¨® Teolog¨ªa Dogm¨¢tica a partir de 1937 en la Universidad de Innsbruck. En 1938, tras la anexi¨®n de Austria por parte de la Alemania nazi, la consiguiente disoluci¨®n del colegio de los jesuitas y el cierre de la facultad de Teolog¨ªa, Rahner es expulsado del Tirol.
Hasta su retorno a la universidad de Innsbruck en 1948, trabaja en la Universidad de Viena y posteriormente, entre 1945 y 1948, en la universidad de los jesuitas en Pullach, cerca de Munich. A su regreso a Innsbruek ense?a durante 15 a?os Dogm¨¢tica e Historia del Dogma. Las etapas siguientes de su vida de profesor le llevan a Munich y a Muenster, donde se retira en 1971 por razones de salud. El profesor Rahner era doctor honoris causa de varias universidades europeas y norteamericanas, entre ellas las de Estrasburgo, Lovaina y New Haven. Es precisamente la compaginaci¨®n de la actividad pastoral y el estudio teol¨®gico acad¨¦mico una de las caracter¨ªsticas m¨¢s destacadas de Rahner.
En 1963 y a instancias del actual arzobispo de Viena, el papa Juan XXIII le nombra te¨®logo del Concilio, en cuya preparaci¨®n ya hab¨ªa tomado parte activa. Fue durante el Concilio cuando Rahner consigui¨® eliminar las reticencias existentes entre los mandatarios de la Iglesia hacia su lenguaje teol¨®gico. Sus esfuerzos por conseguir una legislaci¨®n eclesi¨¢stica abierta a los problemas actuales del hombre y especialmente en lo que se refiere al establecimiento de un di¨¢l ogo entre la Teolog¨ªa y la Ciencia, tuvieron una repercusi¨®n decisiva en el Concilio.
Aunque cr¨ªtico para con diversos fen¨®menos y evoluciones de la Iglesia romana, siempre demostr¨® lo que el arzobispo de Viena denomin¨® ayer "fidelidad a la Iglesia". En un acto festivo celebrado en la universidad de Irinsbruck con ocasi¨®n de su 80 cumplea?os, poco m¨¢s de tres semanas antes de su muerte, Rahner se calificaba de "cat¨®lico corriente, sacerdote y jesuita". "Para m¨ª, la pertenencia a la Iglesia es parte consustancial de mi relaci¨®n de amor, fe y esperanza". "La charlataner¨ªa sobre el por qu¨¦ de mi permanencia en la Iglesia me revuelve el est¨®mago", a?adi¨®.
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