La polic¨ªa desaloja a las 'mujeres de Greenham Common'
La polic¨ªa brit¨¢nica comenz¨® ayer a expulsar de sus campamentos a las mujeres de Greenham Common, que desde hace dos a?o y medio montan guardia ininterrumpidamente en torno a la base militar del mismo nombre en protesta por la llegada de nuevos misiles nucleares. El movimiento pacifista de Greenham Common es uno de los m¨¢s originales del mundo y ha sido propuesto como candidato al Premio Nobel de la Paz.
Hasta ahora las pacifistas han soportado vejaciones y ataques verbales por parte, fundamentalmente, de soldados de la base y de vecinos del pueblo m¨¢s cercano, pero no hab¨ªan podido ser expulsadas porque no hay ninguna ley que les impida acampar en las proximidades de instalaciones militares. Tras la llegada de los primeros misiles de crucero, el pasado mes de diciembre, el Ministerio de Transportes, propietario de la tierra en la que est¨¢n instalados los campamentos, afirm¨® que va a construir una nueva carretera precisamente en dicho lugar y consigui¨® una orden de los tribunales para que las mujeres levantaran sus tiendas.Hace cuatro d¨ªas, la polic¨ªa local realiz¨® un primer intento de expulsi¨®n, pero desisti¨® ante la masiva presencia de c¨¢maras de televisi¨®n y periodistas. Ayer, a las seis y media de la ma?ana 300 agentes cerraron la carretera de acceso al campamento y procedieron a desmontar las tiendas situadas en las proximidades de la puerta principal de la base. En total fueron expulsadas 30 mujeres. Algunas de las tiendas fueron incendiadas y 15 pacifistas detenidas. Seg¨²n el jefe de la polic¨ªa local, "la expulsi¨®n se llev¨® a cabo de forma muy suave".
El movimiento pacifista de las mujeres de Greenham Common naci¨® hace dos a?os y medio. Un grupo de mujeres decidi¨® instalarse en las proximidades de la base para protestar contra la decisi¨®n de la OTAN de desplegar misiles de crucero en suelo brit¨¢nico. Poco a poco, el movimiento fue adquiriendo mayores proporciones, hasta el extremo que se calcula que han pasado por los campamentos cerca de 200.000 mujeres, desde amas de casa y abuelas hasta j¨®venes punk, pasando por trabajadoras y profesionales. Unas se quedaron meses, otras s¨®lo un d¨ªa o una semana. Las responsables de los campamentos decidieron no aceptar que se quedaran hombres porque, a su juicio, ¨¦stos hubieran reaccionado con violencia ante las provocaciones y hubieran perjudicado el car¨¢cter pac¨ªfico del movimiento.
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