El general L¨®pez Reyes, nuevo comandante en jefe de las fuerzas armadas hondure?as

ENVIADO ESPECIAL, El Congreso Nacional de Honduras eligi¨® ayer, sin ning¨²n voto en contra, al general Walter L¨®pez Reyes como nuevo jefe de las Fuerzas Armadas, cargo en el que sustituye al general Gustavo ?lvarez Mart¨ªnez, quien el pasado s¨¢bado fue destituido y expulsado del pa¨ªs. L¨®pez Reyes, basta ahora comandante del Ej¨¦rcito del Aire, era el ¨²nico jefe de un arma que no fue cesado la pasada semana.

Los parlamentarios hondure?os consideraron al general L¨®pez Reyes, de 43 a?os de edad, "un militar capaz que ha demostrado su voluntad de servir al pa¨ªs en momentos dif¨ªciles para la democracia hondure?a". Seg¨²n distintas fuentes, el nuevo comandante en jefe de las Fuerzas Armadas encabezaba el grupo de militares que decidi¨® derrocar al general Alvarez.Gustavo ?lvarez, ha hecho p¨²blico en San Jos¨¦ de Costa Rica un manifiesto de siete puntos en el que niega haber firmado ning¨²n escrito de renuncia, por lo que su destituci¨®n ser¨ªa anticonstitucional. El general cesante declar¨® que no pretende ser repuesto en su cargo, pero exige que se le permita regresar a su pa¨ªs para entregar la jefatura militar con los honores con que la recibi¨®.

La situaci¨®n de ?lvarez en Costa Rica, a donde su familia lleg¨® el martes, se ha visto comprometida por una acusaci¨®n presentada ante los tribunales responsabiliz¨¢ndole de la desaparici¨®n en Honduras de tres ciudadanos costarricenses.

La declaraci¨®n del general ha puesto en situaci¨®n desairada al Congreso, que hab¨ªa aprobado el lunes por unanimidad su cese en el entendimiento de que hab¨ªa dimitido con car¨¢cter irrevocable. Los diputados actuaron de buena fe, apoy¨¢ndose en una comunicaci¨®n remitida desde la presidencia, sin que en ning¨²n momento les fuera mostrado el escrito de renuncia. Una cuesti¨®n legal se interfiere as¨ª parad¨®jicamente en la soluci¨®n de una crisis militar que, como todos los cuartelazos, se ha desarrollado por la v¨ªa de los hechos consumados.

?lv¨¢rez culpa de los sucesos a "un grupo minoritario de militares ambiciosos y desleales", encabezados por el general Walter L¨®pez Reyes, "que han asaltado la autoridad leg¨ªtima de las Fuerzas Armadas y han desafiado al poder legislativo, ¨²nico capaz de destituirme a solicitud expresa del presidente o a presentaci¨®n voluntaria y escrita de mi renuncia". Uno de esos supuestos se cumpli¨®.

"Fui violentamente extra?ado sin d¨¢rseme ninguna explicaci¨®n, cuando el Gobierno de Honduras garantiza los derechos ciudadanos y no tiene exiliados. Si no renunci¨¦, ?por qu¨¦ se me sac¨® del pa¨ªs, cuando hubiera regresado a mi casa igual que mis compa?eros que fueron tambi¨¦n destituidos ileg¨ªtimamente?". En tono enf¨¢tico a?adi¨®: "Si estoy mintiendo, que el Congreso presente mi solicitud o la del presidente".

El general hondure?o neg¨® que hubiera tratado de desbancar al Gobierno mediante un golpe de Estado y rechaz¨® tambi¨¦n las acusaciones de fraude.

Reiter¨® que ha sido objeto de una injusticia, sobre todo por no permit¨ªrsele permanecer en su pa¨ªs sin pruebas en su contra. "Quiero regresar, no soy ning¨²n aventurero y estoy dispuesto siempre a trabajar por la paz. Si el presidente ha perdido su confianza en m¨ª, con raz¨®n o sin ella, es inaceptable para ¨¦l y para m¨ª que siga. S¨®lo quiero que se respete mi dignidad de soldado y mi rango".

Alvarez hizo constar que el embajador hondure?o en San Jos¨¦ le hab¨ªa transmitido la tarde anterior dos mensajes "de un supuesto comando supremo de las Fuerzas Armadas para que no diera ninguna declaraci¨®n p¨²blica, porque soy un militar en activo. Viniendo de un mando leg¨ªtimo hubiera acatado la orden, pero sigo siendo comandante en jefe, doy ¨®rdenes a mis subordinados, no las recibo. Me quieren obligar a callar y a aceptar que he traicionado la Constituci¨®n y la lealtad al presidente".