Ramonc¨ªn
Hab¨ªa que sacar la cosa y orinar en el whisky del personal fino. Hab¨ªa que meterse los dedos en la nariz cuando le hac¨ªan a uno fotos en la cola del bus. Habla que masturbarse en un clima expectante de rock y burgues¨ªa. Hab¨ªa que ser Ramonc¨ªn. Ramonc¨ªn, hoy, presenta Ramoncinco, es un creador consciente, de 28 a?os, y le mete material a la estufa, en su piso de Sol, que la calefacci¨®n est¨¢ apagada "porque la comunidad debe un kilo y no paga".
"Pero, si vas a ver, Paco, yo me he pasado a?os cantando la canci¨®n del Chuli, 'y el Chuli muri¨®, y el Chuli muri¨®', pero el Chuli sigue muriendo todos los d¨ªas, que todos los d¨ªas se rajan ruedas a los coches y todos los d¨ªas hay un se?or que tiene un rifle y asesina al Chuli por un neum¨¢tico, y la pasma nada, y los maderos nada, de modo que el rock, mi rock, sirve para enrrollarse, y para que cuatro troncos lo entiendan, pero cantando no se cambia el mundo, pues claro que no se cambia el mundo".Ven¨ªa por las l¨ªneas de Metro y autob¨²s m¨¢s dif¨ªciles, ven¨ªa por los cantiles de la gran ciudad cantiles que dan al mar de Castilla, que la mar no tiene, ven¨ªa desde el pasado o el futuro, desde Vallecas y Legazpi, con olor de cuero macho y alb¨¦rchigo pisado, ven¨ªa el rock duro / vallecano, que era ya otra cosa, otra movida, poniendo rabos a la jais del rollo, robando en los simagos, dando el cante, siendo demasiado (hoy, siendo "mucho", que el cheli no se para), ven¨ªa / ven¨ªan con la guitarra y la denuncia, mercados de Legazpi, ciudad sagrada de Vallecas tra¨ªan a Ramonc¨ªn, ¨¢ngel de cuero, pr¨ªncipe lampi?o del lluvioso pa¨ªs de la miseria.
-Reagan.
-Un momio, est¨¢ hecho un momio, y queremos que gane Hart, que nos parece que es el nuestro, que tambi¨¦n es de risa, y al final, si gana, pues ser¨¢ como el otro, o el Chernenko, que tampoco sabemos de qu¨¦ va, aqu¨ª todos por la fil¨®s y aviones que maten mejor. Las autonom¨ªas est¨¢n muy bien, pero si a Reagan o Chernenko les hablas de las autonom¨ªas, se pueden matar de risa.
Era el despertar de la movida madrile?a, como un fuego que se pone a pensar, como una hoguera que decide ver mundo, era el rock frutero de Legazpi, lleno de protesta y de guitarras rotas que sonaban a astilla. Era Ramonc¨ªn un ni?o de perfil, con anillo de oro en la oreja derecha, nacido natural, actor de los experimentalismos, descargador en los mercados, escritor en la noche de su voz manuscrita: "Era acojonante, oyes, o sea, descubrir de pronto que uno pod¨ªa decir lo que hab¨ªa callado tantos a?os y que le iban a escuchar, era vertiginoso, y me lanc¨¦, y la otra noche, ya lo viste, estaba el abuelo, o sea Gonzalo Torrente Ballester, en la presentaci¨®n de mi disco, que me lo he trajelado yo solo, cuatro noches hacer una canci¨®n, luego la producci¨®n, todo, hablo de Nicaragua, hablo de las lesbianas, hablo sin iron¨ªa, o con una iron¨ªa m¨¢s dura que los otros, porque para m¨ª no tiene gracia que maten a la gente, que yo soy Ramonc¨ªn y me lo hago".
Discotecas / jard¨ªn de Arturo Soria. Su voz desesperada entre la lluvia. Un disco cada primavera. O su vuelta a Vallecas, con los zapatos blancos y marrones, como un novio de pueblo viciado en la gran ciudad, una hija entre las piernas y el sabor del bocata en el alma rebelde con figura de m¨²sica.
-La movida madrile?a.
-No creo que lo m¨¢s vendido sea lo mejor, Paco. Lo m¨¢s vendido es lo m¨¢s anunciado. Pero hay que estar en los hits, en ciertos hits, por lo que sea. Radio EL PAIS, por ejemplo, da por la noche la mejor m¨²sica, no se comprometen con nadie, s¨®lo calidad, Silvestre, s¨ª, Juan Pablo Silvestre, un tronco que se lo hace, le echaron de alg¨²n sitio por hac¨¦rselo mucho, de puta madre, Juan Pablo, y en este plan, la tele es otra cosa, yo siempre he ido bien con la tele, lo mismo con la mierda de la uced¨¦ que ahora, pero la radio lo es todo, la radio es la que vende discos, hacemos los discos para la radio, a ver.
-?Has perdido frescura con las letras, sigues tomando los temas de la vida o son ya una mera elaboraci¨®n literaria?
Ven¨ªan por entrebarrios sin rostro, ven¨ªan por los ra¨ªles de tranv¨ªas que no quedan, por General Ricardos, por Arturo Sor¨ªa, eran ellos, la angeolog¨ªa del cintur¨®n industrial, dominaciones de cuero y l¨¢tigo -"no se puede, Paco, salir por la tele con mu?equera de clavos y hablar luego en ni?o / goma"-, ven¨ªa la movida madrile?a, ven¨ªa Ramonc¨ªn -"a m¨ª, ya ves, me descubrieron en Barcelona, estaban como m¨¢s al loro, aunque les hubiese gustado que me llamase Ramonet"-, ni m¨²sica ni letra ni ostraspedr¨ªn, una persona, un personaje, una imagen:
-Se vende un t¨ªo, Paco, se vende un tipo, se vende una imagen, un hombre, ni heavy metal ni pegamoidad, se vende Bar¨®n Rojo o Alaska, una t¨ªa que se lo ha hecho, lo dem¨¢s pasa, se consume una figura, no hay conjuntos, es mentira, Paco, qu¨¦ idilio m¨¢s bonito, los Rollings, pero si se va Mike Jagger, ya no hay Rollings, o sea que el tema es ¨¦l, ¨¦l es el rollo, solistas somos pocos, R¨ªos, Alaska, yo y pocos m¨¢s, aqu¨ª en Madrid, me refiero, y sin solista no hay conjunto, se busca m¨¢s el solista dentro del conjunto,o solo.
-Heavy Metal.
-Eso. Lo de ahora. Los vaqueros y las playeras que ya tienes en casa. Fuera las multinacionales y los decibelios. El heavy ha llegado porque puede hacerlo cualquiera, sin tocatas como cualquiera puede escribir con papel y l¨¢piz y talento. Pasan las modas, pasan los conjuntos, lo que no pasa nunca son los cr¨ªticos, camale¨®nicos, que cada temporada se apuntan a una cosa. Pero siempre habr¨¢ un hombre que, sentado en el suelo, dando con los nudillos en el suelo, haga un corro de gente, invente una guitarra y comience a cantar. Eso es eterno.
-Los Nuevos Rom¨¢nticos.
-Aqu¨ª no hay Nuevos Rom¨¢nticos porque no hay cala: eso exige una ropa cara, una presentaci¨®n, una parafernalia. Y nosotros somos subdesarrollados, aqu¨ª funciona el heavy, ahora mismo, por lo que te digo, porque unos vaqueros ni siquiera tienes que compr¨¢rtelos en el Rastro, porque los tienes en casa. No, no he perdido frescura en las letras, a m¨ª me preocupa lo que pasa en el mundo, ah¨ª est¨¢ mi canci¨®n Nicaragua, mientras haya nicaraguas, yo no puedo cantar ni escribir Terror en el hipermercado.
-T¨² eres un nuevo rom¨¢ntico de barrio, Ram¨®n.
Las peleas en El Sol, el encuentro subterr¨¢neo con la pegamoidad, pu?ales de cerveza en la sangre contraria, cuchillos de burbuja y tacones rojos en el epigastrio del contrincante. La m¨²sica como fatalismo y la lucha de clases, en fin, como la guerra por otros caminos. Lo que se ha levantado de Legazpi, movida de la fruta a las seis de la ma?ana. Viejos lobos del mar de las naranjas. "A la mar fui por naranjas, cosa que la mar no tiene". Viejos lobos de Legazpi que le hacen corte y estela a Ramonc¨ªn por sobre las moquetas multinacionales y los entarimados tradicionales. Les abrazo con nostalgia del orujo, la amistad y la lechuga.
-La pegamoidad.
(Sonr¨ªe)
-Me lo dijeron unos ingleses importantes que trabajan conmigo: "?Y esos cantan bailando? No lo podemos entender". El mejor era el que muri¨®, y no porque se muriera. La que sabe hac¨¦rselo es Alaska, ya te digo. Luego, como fen¨®meno social, la pegamoidad a m¨ª no me interesa.
Jardines de Ciudad Lineal, s¨ª. Primaveral canci¨®n de ni?o muerto. Ramonc¨ªn ha matado a Ramonc¨ªn. Ensaya all¨ª todas las ma?anas, con la conjuntivitis, con una hija varic¨¦lica, con la otra anginosa, inicia enseguida su gira por Espa?a, quiere llevarme con ¨¦l, "no puede uno quedarse tieso en el coche, Paco, te despiertan de golpe y hay que salir a cantar con el h¨ªgado que duele, con la voz que duele, con los pulmones que duelen, con los ri?ones que duelen, pero al rock, como al jazz y al flamenco, le va bien tanto dolor". En un pueblo le metieron una vaca en el teatro y en otro apareci¨® el maric¨®n local, en bolas, por el patio de butacas. En muchos sitios le han tirado huevos, c¨®mete una paraguaya / c¨®mete una paraguaya / c¨®mete una paraguaya / c¨®mete una paraguaya...
-Pasan las m¨²sicas, Paco, quedan los cr¨ªticos, acamaleonados, resurge el hombre, siempre el hombre, ya te digo, con una idea en el coco y un ritmo en los nudillos, congregando la gente,
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Ramonc¨ªn
Viene de la p¨¢gina 11 haciendo m¨²sica, y en seguida le traen una guitarra. Hay que volver a empezar siempre.Ramoncinco. Ni?o de pelo violento y ojos listos. Ni?o de manos finas y prosodia correct¨ªsimamente canalla, canallescamente correcta, madrile?a. Lo pronuncia todo hasta las ¨²ltimas posibilidades de la s¨ªlaba. ?ngel de cuero negro, poeta callejero por quien la ciudad es m¨¢s ciudad. El perfil de griego decadente o de romano impertinente. Viva moneda que a diario se volver¨¢ a repetir. Calderilla de hombre, h¨¦roe de todo. "He dejado media vida / en el asiento trasero / y ahora quiero que me digas / ?d¨®nde est¨¢ lo bueno?". A la Golfa le dice: "Me he puesto mis zapatos de amor". Parece de Blaise Cendrars. "Cruc¨¦ la calle para ver / qui¨¦n era el hombre que abrasaba tu piel". Ha cambiado, s¨ª, el anillo de la oreja derecha por un diamante. Se lo regal¨® una fan en un concierto. "Pero me pica en la oreja y a lo mejor se lo paso a Diana". Un soldado: "Romper el ritmo del coraz¨®n, / bailar desnudo en la oscuridad / cambiar de cuerpo al anochecer". Hay aqu¨ª una frescura que jam¨¢s tendr¨¢n los novovenecianos ni otros adon¨¦s. "Alma pecho de metal". O F¨¢brica de hombres: "Un brillante en su cuello, la cartilla de la salud". Le llaman de una revista para pedir el art¨ªculo. Como a m¨ª. Llama una revista diciendo que no han venido a por el art¨ªculo. Como yo "Llevaba largo el pelo y en el bolso una raz¨®n".
-Viene el fonta, viene el golondrina, Paco, y hay que atender a esa gente.
Ya. Al camello lo llamaba. "Douglas Fairbanks". Y se parec¨ªa. "Pero ahora no tomo nada. S¨®lo vitaminas, para trabajar". Marcado: "Vendi¨® la vieja moto / sali¨® de la ciudad". La moto ha llegado a ser la ¨¦pica de esta juventud, como el caballo bayo la ¨¦pica del western. Ellos, efectivamente, suelen vivir al Oeste de la ciudad. West Side Story. Mar¨ªa, Mar¨ªa, Mar¨ªa. Son chicanos dentro de su propia raza, de su propio pa¨ªs. Nicaragua: "De noche todo es rojo en Nicaragua". Su caligraf¨ªa de ave, sus botas de lona / b¨¦isbol, su prosodia bajomadrid.
-?Cu¨¢nta gente llevas en el equipo?
-En total veinticinco.
-Las letras de la pegamoidad son m¨¢s ir¨®nicas, m¨¢s distantes, m¨¢s corrosivas, quiz¨¢, como menos frontales.
-All¨¢ ellos. Yo canto lo que he vivido y desde donde lo he vivido. La iron¨ªa, para m¨ª, est¨¢ en lo que pasa, m¨¢s que en la manera de decirlo.
-?No se ha despolitizado, el rock?
-Es igual. Ah¨ª est¨¢ el heavy, ya te digo. Una reacci¨®n violenta y verdadera contra el falso rock de los que juegan a eso.
-?Vendes la letra, la m¨²sica o la imagen?
-Vendo la imagen, todos vendemos la imagen, la gente quiere una imagen de hombre/ mujer para consumir. Y mi imagen no hay quien me la quite.
-Los solistas.
-Serrat. Con sus 40 tacos, es el maestro, no se ha equivocado nunca, no ha tenido un desliz, ha pasado de todo y sigue a lo suyo y en lo suyo. Todav¨ªa, en un concierto de heavy, puedes meter Mediterr¨¢neo y suena a gloria. Es ¨²nico.
-?Y los otros solistas?
-De risa, de co?a y de pena.
-?Te ha influido alguna vez Serrat?
-Me ha influido, sobre todo, en la manera de ser siempre ¨¦l mismo, seguro de s¨ª mismo, sin concesiones a las modas, con una personalidad entera y hecha. Yo tambi¨¦n quiero quedarme fijo en m¨ª mismo, no dejarme llevar, como todos.
-Los Pecos.
-Los Pecos son una mierda.
-La gente.
-La genie ya no espera que les orine en el whisky.
-?De d¨®nde te viene, hoy, la inspiraci¨®n?
-Como a todos, de la costa Oeste de Estados Unidos.
En su casa, que es como un antiguo inmueble lleno de dentistas muertos y ascensores varados en el mar del cielo, hay una chica de comic, recortada, en tama?o natural, mucho tocata, un cuarto para las ni?as y hasta otro para la coca, por si las visitas. En el ba?o, peque?as m¨¢scaras africanas. La estufa es grande, negra, fea y bella. En la tele echan una corrida de toros, que Ram¨®n apaga en seguida. S¨¦ que le gustan los toros, quiz¨¢ como herencia de los viejos barrios madrile?os donde naci¨®, cuando los castas iban de eso. Pero en su argot, el m¨¢s peculiar y rico de la juventud actual, no hay referencias taurinas: sin duda las ha depurado.
-Te vienes conmigo, Paco, nos lo montamos a tope, cogemos el autocar, nos hacemos la primera gala, y las que vengan.
Llegaba a casa en ma?anas de lluvia, ligero de ropa y en playeras, me tra¨ªa sus versos, sus cuentos, sus cosas. Era el env¨ªo p¨¢lido y l¨ªrico de las lejanas y populosas extensiones del Madrid m¨¢s duro y puro. Hab¨ªa -hay que querer a Ramonc¨ªn. Est¨¢ haciendo un inmenso diccionario de argots. Yo creo que, como a un acad¨¦mico, las fichas pueden desbordarle y paralizarle. Los diccionarios (y todo) se hacen mejor sin fichas.
-Lo tienes que leer en seguida, Paco.
Yes.
Cobra mucho por concierto, pero lo reparte democr¨¢ticamente y le queda poca ganancia. El tiempo y el ¨¦xito no le han endulzado, como a los membrillos, sino que parece cada d¨ªa m¨¢s radical.
-Es jodido estar en las listas, con Roc¨ªo Jurado y Bert¨ªn Osborne, pero hay que estar.
Hab¨ªa que orinar en el whisky del personal fino, hab¨ªa que meterse los dedos en la nariz a todas horas, hab¨ªa que coger el Metro para poner un rabo, hab¨ªa que sacar la lengua al personal, en las fotos, hab¨ªa que marcar paquete en las galas de pueblo, hasta que el homo de la localidad no pod¨ªa m¨¢s y quer¨ªa subirse al escenario, hab¨ªa que llegar a Ramoncinco y a los 28 a?os, hab¨ªa que tener a Torrente Ballester, Charo L¨®pez y Juan Garrigues en la presentaci¨®n de un disco, hab¨ªa que tener una estufa confortable y un diamante en la oreja:
-Lo que me gusta del diamante es lo que ha tardado la naturaleza en tallarlo, la minuciosidad y el tiempo ciegos que han trabajado en ¨¦l, la vida blanca y en blanco que en ¨¦l se han concentrado: eso es un diamante, Paco, este diamante.
Y el Chuli muri¨®, y el Chuli muri¨®. Alguien me cuenta que le han rajado dos veces en un d¨ªa las ruedas del coche. Me acuerdo del Chuli. Hay gente que quiere un buga. Pero el Chuli sigue muriendo todos los d¨ªas. Ram¨®n cant¨® en Carabanchel, para los adolescentes preventivos, y fue una movida. Uno, con ojos locos de formalista ruso, me dio recuerdos para una actriz que no los merec¨ªa. Eran todos como rusos de Dostoiewski, prisioneros del Zar de todas las Rusias. Ramonc¨ªn hab¨ªa estado dentro, y por eso pudo cantar para ellos. Ser ellos. "Pero cantando no se cambia el mundo, Paco, pues claro que no se cambia el mundo".
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