La crisis, el mito y la planificaci¨®n
El actual poder¨ªo de Jap¨®n hunde sus ra¨ªces en el crecimiento experimentado desde la segunda guerra mundial, y muy en especial a partir del conflicto de Corea (1950-1953), cuando el archipi¨¦lago se convirti¨® en la principal base del esfuerzo b¨¦lico norteamericano. Despu¨¦s, Jap¨®n, de modo muy superior a los otros pa¨ªses, se benefici¨® de la onda larga de prosperidad internacional de los a?os sesenta y primeros setenta. Pero la verdad es que su singularidad alcanz¨® la mayor relevancia a ra¨ªz de la crisis econ¨®mica mundial que se desat¨® en 1973, al mantener los nipones altos niveles de expansi¨®n, superiores al 10% entre 1973 y 1977, para luego declinar al 5% en los ¨²ltimos a?os, por la dureza del segundo choque petrolero y tambi¨¦n por las tendencias proteccionistas de muchos de sus mercados.Tan considerable crecimiento explica el bajo nivel de desempleo, que se sit¨²a a un mero 2,7% (frente al 8% en EE UU, 12,6% en el Reino Unido, 12,7% en Italia y el 18,5% en Espa?a).
Igualmente, las autoridades econ¨®micas niponas se enorgullecen de sus bajas tasas de inflaci¨®n, con el 1,8% en el ¨²ltimo a?o (2,1% en Suiza, 3% en Alemania, 4,1% en EE UU, 5,1% en el Reino Unido y 12,2% en Espa?a).
Extra?a depresi¨®n, en verdad, la experimentada por Jap¨®n en los a?os m¨¢s recientes, al crecer s¨®lo a poco m¨¢s del 5%. Pero tambi¨¦n es cierto que, como todo es relativo, esos ¨²ltimos niveles de expansi¨®n suponen una crisis por comparaci¨®n con los espectaculares resultados de a?os como en el de 1973, cuando el producto interior bruto se dispar¨® al 21%.
Ese contraste nos explica por qu¨¦ en el Jap¨®n de hoy se da una cierta psicosis, aunque, desde luego, no una generalizada moral de crecimiento cero comparable a la que de hecho casi impera en Europa Occidental. Pero las nuevas generaciones s¨ª que empiezan a mostrar nuevas actitudes ante el trabajo, en relaci¨®n con la otrora incondicional adhesi¨®n a sus empresas, y respecto del ideal de vida.
Ya no cabe fiarlo todo a la buena marcha de las exportaciones nacionales y a los resultados excelentes de la empresa en que tentativamente cada uno labora de por vida.
Diarios en ingl¨¦s
En cualquier caso, las expectativas son todo menos sombr¨ªas. Durante mi estancia en Jap¨®n pude leer pr¨¢cticamente todos los d¨ªas en las ediciones inglesas de los grandes diarios (Mainiehi y Asahi: 12,2 y 6,8 millares de ejemplares, respectivamente, en sus tiradas en japon¨¦s), art¨ªculos sobre la traslaci¨®n del centro de gravedad econ¨®mico del mundo del Atl¨¢ntico al Pac¨ªfico.En 1982, el comercio transpac¨ªfico de EE UU supuso una cifra mayor que el trasatl¨¢ntico (121.200 millones de d¨®lares frente a 115.800 millones de d¨®lares). Y si actualmente en Asia solamente est¨¢n tres de las mayores ciudades del mundo, de aqu¨ª a 20 a?os se estima que seis de ellas ser¨¢n asi¨¢ticas y ninguna europea. Claro que, dentro de esa orientaci¨®n general de redistribuci¨®n de las actividades econ¨®micas en la faz del planeta, en Jap¨®n ya se es consciente de la importancia de los pa¨ªses de nueva industrializaci¨®n (NIC), de los, y sobre todo, de Corea, Taiwan, Hong Kong y Singapur. A su promoci¨®n se contribuy¨® desde Jap¨®n, pero ahora ya se han constituido en competidores de los nipones, a costes muy inferiores en la siderurgia, la construcci¨®n naval, los textiles, el autom¨®vil, las grandes obras p¨²blicas, y con importantes aperturas al campo financiero.
Dentro de la evoluci¨®n econ¨®mica de Jap¨®n que estamos comentando han tenido indudable trascendencia dos instituciones. La primera de ellas, ya casi legendaria, el Ministerio de Industria y Comercio Internacional, el MITI, m¨¢s conocido, incluso en Jap¨®n, por sus siglas en ingl¨¦s.
El MITI sirve de lugar de encuentro entre el Estado y las grandes empresas, lo cual ha favorecido el reajuste global a la nueva situaci¨®n que se ha creado desde 1973, de encarecimiento de la energ¨ªa y de mayor competencia en el mercado mundial. Como igualmente el MITI apoy¨® la reconversi¨®n industrial, silenciosa y poco burocr¨¢tica, con nuevos empleos alternativos, negociada dentro de las empresas y con el Gobierno, y con la cual se ha hecho posible mantener a niveles muy bajos de desocupaci¨®n.
Horizonte de inversiones
El libro blanco del MITI sobre La estructura industrial de Jap¨®n en los a?os ochenta es bien expresivo de que hay un horizonte de inversiones, con todo un cat¨¢logo de innovaciones tecnol¨®gicas por desarrollar para ahorrar energ¨ªa y promover nuevos productos y procesos en campos tan diversos como equipos de construcci¨®n, instrumentos m¨¦dicos, f¨¢rmacos y pr¨®tesis, biorreactores, materiales superligeros de construcci¨®n, desalinizaci¨®n de agua de mar, lucha contra la contaminaci¨®n, reciclado de agua y de materias primas, robots y otros elementos de automatizaci¨®n, fibras ¨®pticas, inform¨¢tica, etc¨¦tera.Por otra parte, y esto es tal vez menos conocido, en Jap¨®n no se ha esperado a que los resortes autom¨¢ticos del mercado resolvieran todos los problemas de la crisis. Mercado y planificaci¨®n se combinan en el modelo econ¨®mico japon¨¦s de manera sumarnente ¨¢gil. La Agencia de Planificaci¨®n Econ¨®mica (AEP), cuya oficina permanente emplea menos de un centenar de personas -incluyendo en esa cifra a toda clase de expertos, secretarias, etc¨¦tera- constituye el n¨²cleo del Consejo Econ¨®mico, en el que se integran, en comit¨¦s intermedios y en comit¨¦s especializados por sectores, unos 300 expertos procedentes del mundo de los negocios, del sindicalismo, de las instituciones acad¨¦micas, de los consumidores, etc¨¦tera.
Planes flexibles
El director de la AEP, que tiene categor¨ªa de ministro de Estado, forma parte del Gabinete, y su misi¨®n consiste en coordinar las relaciones entre el Gobierno y el Consejo Econ¨®mico para la formulaci¨®n de los planes, que son flexibles en cuanto a tiempo y m¨¦todo. El plan actualmente en vigor es el d¨¦cimo, y tiene un alcance de ocho a?os, con objetivos b¨¢sicos definidos en pocas cifras: crecimiento del producto interior bruto en t¨¦rminos reales del 4% anual, ¨ªndice de desempleo para 1990 en tomo al 2% (ahora el 2,7%), tasa de inflaci¨®n del 3%, para el ¨ªndice de precios al consumo (IPC). Todo ello en la idea de que los agentes econ¨®micos deben esforzarse por mantener "un equilibrio con el resto del mundo, asegurando un crecimiento moderado con base fundamentalmente en la demanda interior".La ¨²ltima frase subrayada en el entrecomillado expresa que el m¨¢s s¨®lido pilar del poder¨ªo japon¨¦s es su propio mercado interior. Cierto que el comercio internacional es un factor clave. Pero las cifras son significativas: en 1982, las exportaciones se situaron en 140.000 millones de d¨®lares, y las importaciones en 132.000, lo que representa una interpenetraci¨®n de la econom¨ªa japonesa con el mercado mundial del 22,7% de su PIB; un porcentaje menor que los comparables de los pa¨ªses de la Comunidad Europea y de otras ¨¢reas industriales del mundo (en Espa?a, un 28%).
Es cierto que Jap¨®n ha bajado sus aranceles en el GATT, que ha otorgado el sistema de preferencias generalizadas a pa¨ªses del Tercer Mundo, que ha abierto cuotas a la importaci¨®n de productos agr¨ªcolas. Pero tambi¨¦n es verdad que por razones de lengua, cultura, poder¨ªo de las grandes compa?¨ªas comerciales (Mitsui, Mitsubishi, C. Itoli, Marubeni, Sumitomo, etc¨¦tera), el mercado japon¨¦s resulta de dif¨ªcil penetraci¨®n; como tambi¨¦n lo fue y lo sigue siendo la implantaci¨®n de empresas extranjeras en el pa¨ªs. El mercado interior es la base esencial de su crecimiento.En resumen, Jap¨®n es quiz¨¢ el pa¨ªs que mejor ha resistido la depresi¨®n por las caracter¨ªsticas que ya hemos sintetizado: alto desarrollo tecnol¨®gico, ¨ªntimo engarce empresas-Estado, combinaci¨®n de mercado y planificaci¨®n y explotaci¨®n intensiva del mercado interior, a lo cual habr¨ªa de agregarse una presi¨®n fiscal relativamente baja, que facilita altas tasas de ahorro e inversi¨®n. Sin embargo, su futuro no es por ello necesariamente un cielo de rosas. En el ¨²ltimo art¨ªculo de esta serie nos ocuparemos de ello.
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