La reforma de la justicia
El editorialista del 28 de marzo, 1 que habla sobre el fracaso de la reforma de la justicia, tiene raz¨®n en algunos temas concretos, como el n¨²mero y la calidad de los jueces. Hay otros muchos, no obstante, en los que creo yerra en gran medida.Sin tocar el tema de las teor¨ªas de Lombroso, es indudable que el ser humano ha probado infinidad de veces que es un animal salvaje reincidente. No existe otra explicaci¨®n a que gastemos el mayor presupuesto de la humanidad en tratar de acongojar al pr¨®jimo a base de mostrar nuestra preparaci¨®n b¨¦lica, us¨¢ndola en muchas ocasiones para conseguir nuestro prop¨®sito, sea el que fuere. ?Qu¨¦ explicaci¨®n dan los ingenuos psic¨®logos -que viven en su mundo irreal- a que los propios palestinos se maten entre ellos en vez de luchar contra el que parece ser su enemigo.
Perm¨ªtame que me sonr¨ªa ante su insistencia en que las causas del aumento de la criminalidad son el desempleo juvenil, las drogas, la falta de equipamiento en los suburbios de las grandes capitales, y otras razones por el estilo.
Hasta hace unas d¨¦cadas, en el mundo entero exist¨ªa un desempleo o una explotaci¨®n a niveles draconianos de los j¨®venes, una droga que pod¨ªa influir intensamente en el car¨¢cter y actuaci¨®n de los mismos -el alcohol-, y no hablemos de los grandes equipamientos que exist¨ªan en los suburbios: basura. ?Qu¨¦ ha ocurrido, pues? Simplemente, que hay una comprensi¨®n extrema hacia los j¨®venes, hagan lo que hagan. Cuanto m¨¢s perversos, m¨¢s comprensi¨®n. Pobrecitos: la culpa es de la sociedad. Todo es motivado por la sociedad de consumo, se oye decir.
Pasa a la p¨¢gina 12
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.