La cuesti¨®n camboyana
LA OPERACI?N de castigo del Ej¨¦rcito chino sobre Vietnam, que el d¨ªa 6 penetr¨® territorio de seis provincias y efectu¨® fuertes bombardeos, no tiene la envergadura -aunque los combates prosigan- de las que en febrero-marzo de 1979 produjeron una guerra. El pretexto de ahora, como el de entonces y el de los bombardeos chinos de abril de 1983, es el mismo: acusaci¨®n de violaci¨®n de las fronteras chinas por soldados vietnamitas. Pero tambi¨¦n es el mismo su verdadero fondo: el de advertir a Vietnam que su ayuda directa y combatiente al Gobierno de Camboya tiene que cesar. Es, al mismo tiempo, una advertencia a la Uni¨®n Sovi¨¦tica en el sentido de que nunca tolerar¨¢ su influencia en la pen¨ªnsula de Indochina, que ejerce, sobre todo, a trav¨¦s de Vietnam.Tras la acci¨®n de 1979 se produjo una relativa calma, que en 1982 pareci¨® cuajar en un principio de acuerdo por el cual Vietnam anunci¨® una reducci¨®n de sus fuerzas en Camboya, mientras las guerrillas de Sihanuk abr¨ªan a su vez una tregua -armada- con objeto de buscar una soluci¨®n pac¨ªfica y negociada. La situaci¨®n fue empeorando, y en los primeros meses de 1983 los combates volvieron a ser protagonistas de la situaci¨®n: y los ataques chinos a Vietnam -en el Norte, como ahora- contuvieron de nuevo las hostilidades. Estos ataques cesaron tan repentinamente como se hab¨ªan producido, y abrieron una nueva esperanza en la eterna cuesti¨®n camboyana. La nueva calma era simult¨¢nea con la apertura discreta de conversaciones entre China y la URSS, y el ataque de ahora corresponde a una nueva tensi¨®n relativa entre las dos potencias referida a la visita que Reagan va a hacer a Pek¨ªn. Hubo un momento en que el conservadurismo de Reagan hizo pensar que se distanciaban China y Estados Unidos, y por ese resquicio trat¨® de penetrar la URSS. Recientes contactos entre Pek¨ªn y Washington, que culminan con el viaje de Reagan, hacen desvanecer los sue?os sovi¨¦ticos.
Es posible que China piense que los nuevos actos de fuerza de Vietnam en Camboya y Tailandia -donde, seg¨²n Pek¨ªn, han penetrado fuerzas vietnamitas en persecuci¨®n de guerrillas- est¨¦n elegidos por la URSS precisamente para este momento de distensi¨®n chino-americana. No parece, sin embargo, que las hostilidades vayan a prolongarse o a tomar otro car¨¢cter m¨¢s espectacular. La cuesti¨®n de Camboya, que es una continua sangr¨ªa para ese desgraciado pa¨ªs, est¨¢ siendo utilizada como expresi¨®n de una situaci¨®n internacional ajena. Si ahora parece que la operaci¨®n de castigo se detendr¨¢ en cuanto convenga a las potencias extranjeras actuantes, y que no estar¨¢ activada cuando Reagan visite Pek¨ªn, no hay que excluir empero que en alg¨²n momento se pueda convertir en algo mucho m¨¢s dram¨¢tico.
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