No existen nuevas alternativas para la defensa de Europa
Cada vez que se producen contratiempos en las relaciones entre EE UU y Europa occidental, resurge la idea de una defensa europea dotada de mayor independencia. Este movimiento de balanc¨ªn se ha venido produciendo durante los ¨²ltimos 30 a?os, sin que unas y otras propuestas llegaran a ninguna parte, no por falta de imaginaci¨®n, sino porque los mismos eternos obst¨¢culos no cesaban de bloquear el camino.El planteamiento te¨®rico de la conveniencia de que los europeos tengan un mayor protagonismo en su propia defensa es en apariencia convincente. En ocasiones la fuerza motriz de la idea procede de los norteamericanos, impacientados de que los europeos no gasten suficiente en armamento o insistan demasiado en la distensi¨®n. Otras veces son los franceses, porque imaginan que jugar¨ªan un papel preponderante en una Alianza en la que EE UU tuviera un papel disminuido. Pero en uno u otro caso, en cuanto los estrategas se enfrentan con la realidad pr¨¢ctica, el espejismo se desvanece. Todo ha sido una charla de caf¨¦.
En l¨ªneas generales puede decirse que todos los planes contemplados se reducen a una o dos alternativas: cooperaci¨®n nuclear franco-brit¨¢nica o integraci¨®n de los sistemas de seguridad franco-germanos.
El primer proyecto fue el de la fracasada Comunidad Europea de Defensa, propuesta por Francia a comienzo de los a?os cincuenta para hacer frente a la petici¨®n norteamericana de que Alemania Occidental pudiera rearmarse. Los brit¨¢nicos se negaron a participar en la idea. En aquellos momentos Londres se aferraba a su tradici¨®n hist¨®rica de jugar al equilibrio continental desde fuera, oponi¨¦ndose a cualquier coalici¨®n que no pudiera contrapesar formando otra por su parte.
Despu¨¦s de un largo debate los franceses temieron aliarse con los alemanes sin tener a los brit¨¢nicos a su lado, y Par¨ªs abort¨® el proyecto de defensa en com¨²n. Entonces, la RFA ingres¨® en la OTAN a insistencia de EE UU, y todas las fuerzas militares del pa¨ªs se integraron en la Alianza bajo direcci¨®n de Washington.
Tema demasiado delicado
Los europeos que aspiraban a una federaci¨®n llegaron a la conclusi¨®n de que el tema de la seguridad era demasiado delicado para resolverlo entre ellos mismos sin la presencia de un ¨¢rbitro exterior, y eligieron la econom¨ªa como camino para la unidad, con lo que se estableci¨® el Mercado Com¨²n. Pero esta f¨®rmula tampoco llev¨® una unidad pol¨ªtica en la que pudiera basarse una defensa com¨²n.
Bajo la presidencia de De Gaulle, Francia trat¨® de establecer su preeminencia en Europa proponiendo un triunvirato con EE UU y el Reino Unido, como presuntos col¨ªderes de la Alianza. Las vacilaciones del presidente Eisenhower y el progreso tecnol¨®gico en materia de armamentos hicieron que De Gaulle cambiara de opini¨®n. El general retir¨® a Francia del mando de la OTAN, y, si bien mantuvo a su pa¨ªs como miembro pol¨ªtico de la Alianza, proclam¨® la independencia total de la defensa francesa. Esa independencia contin¨²a siendo un dogma para Par¨ªs.
Los dirigentes franceses que siguieron al general, al tener que hacer frente a los crecientes costes de la modernizaci¨®n de sus fuerzas armadas, jugaron con la idea de compartir con el Reino Unido el desarrollo del armamento nuclear, pero estos esfuerzos fracasaron una y otra vez. La pr¨¢ctica demostraba que Francia no pod¨ªa mantener un control total de la planificaci¨®n y del mando de su esfuerzo militar si trabajaba conjuntamente con otra potencia.
El segundo proyecto de contrarrestar la potencia norteamericana con un esfuerzo europeo conjunto, as¨ª como de disminuir los costos de defensa, ha sido la cooperaci¨®n franco-germana. El ex canciller de la RFA Helmut Schmidt dijo recientemente que ¨¦l y el ex presidente franc¨¦s Valery Giscard d'Estaing contemplaron la posibilidad de integrar la fuerza at¨®mica francesa y la capacidad militar convencional alemana. ?sta es una antigua idea.
El presidente Mitterrand ha actualizado una nueva versi¨®n de este plan, pero es muy consciente de que en un futuro previsible esa vinculaci¨®n no puede ir m¨¢s all¨¢ de la profundizaci¨®n de los contactos entre estados mayores y alg¨²n tipo de producci¨®n conjunta de armamento no nuclear. Las razones son las mismas de anta?o. El paraguas at¨®mico franc¨¦s no es lo bastante capaz para cobijar a la Alemania Occidental.
Bonn sufrir¨ªa en ese caso un control franc¨¦s excesivo, al tiempo que se arriesgar¨ªa a una decidida reacci¨®n sovi¨¦tica, sin olvidar lo que molestar¨ªa con ello a sus aliados. LA RFA rechaz¨® la oferta norteamericana de un control doble, de EE UU y de la RFA, sobre los misiles instalados en su suelo porque Mosc¨² advirti¨® que un dedo alem¨¢n en el gatillo nuclear podr¨ªa ser considerado motivo de guerra.
Todos estos factores hacen que la idea de entregar el mando conjunto de la OTAN a un europeo, o la integraci¨®n de la defensa de Europa occidental sin participaci¨®n plena de EE UU, sea tan peligrosa como ilusoria. No hay soluci¨®n al dilema. Una retirada norteamericana no s¨®lo no llevar¨ªa a los europeos a un refuerzo de su defensa militar integrada, sino que revivir¨ªa todas las rivalidades del Viejo Continente. Todo ello acabar¨ªa provocando una intensa competencia entre los diferentes sistemas defensivos, una carrera para llegar a un acomodo con Mosc¨², o probablemente ambas cosas.
Josef Joffe, un ciudadano de la RFA que trabaja en EE UU, afirma con brutal certeza en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Foreign Policy que EE UU es "el pacificador de Europa", el poder exterior que ha dado un sentimiento de extraordinaria seguridad y cohesi¨®n a unas potencias que llevaban mil a?os guerreando entre s¨ª.
Las exigencias de ambas partes son perfectamente comprensibles. EE UU quisiera que los europeos contribuyeran m¨¢s a su propia defensa; Europa occidental no quisiera tener que depender tanto de un EE UU siempre impredecible. La cuesti¨®n crucial para Washington es la de si su propia seguridad se ve reforzada manteniendo la solidez de la Alianza tanto en Europa como al otro lado del Atl¨¢ntico. Yo creo que s¨ª. Cualquier alternativa diferente debilitar¨ªa seriamente tanto a EE UU como a sus aliados.
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