La voz de Le¨®n Felipe recibe el homenaje de Rafael Alberti y otros l¨ªricos espa?oles
'Herederos de la decadencia' en el acto de Madrid
Hacer un homenaje a Le¨®n Felipe en pleno a?o de Orwell es como entrar en el t¨²nel del tiempo. La Sala Olimpia madrile?a en la medianoche del mi¨¦rcoles -11 de abril, d¨ªa del centenario del poeta- abri¨® sus puertas a todo el que quisiera entrar, y dentro se oy¨® la propia voz del poeta y la de Paco Ib¨¢?ez y Joan Manuel Serrat cantando sus poemas. Y all¨ª estaba, tambi¨¦n, Rafael Alberti enfundado en unos viejos vaqueros para lanzar al viento la evocaci¨®n de su amigo y, de rebote, la de aquellos tiempos no muy lejanos en los que se le¨ªan secretamente los versos de Felipe Camino, don Le¨®n: "Franco... el sapo iscariote y ladr¨®n en la silla del juez repartiendo castigos y premios".
Acudieron al homenaje "los leg¨ªtimos herederos de la decadencia", seg¨²n palabras del joven poeta Miguel Nieto Nu?o, a los que Fernando Fern¨¢n G¨®mez pon¨ªa en estado de trance con su voz grave y rotunda unida a las palabras del poeta manchego -"Romped, romped todos los cuentos, que no quiero verme en el tiempo, ni en la tierra, ni en el agua sujeto"-. N¨´ria Espert, suave pero inquietante, arranc¨® tambi¨¦n los aplausos del p¨²blico, que a¨²n guardaba varias salv¨¢s para Rafael Alberti, amigo, poeta, mito vivo. "Yo que lo conoc¨ª bien", hab¨ªa dicho anteriormente en el coloquio, hablando de sus tres encuentros con Le¨®n Felipe, "os digo aqu¨ª, esta noche en Madrid: era un ¨¢ngel, un ni?o, un hombre, uno de los hombres m¨¢s puros, uno de los poetas m¨¢s buenos de Espa?a".Sumergidos en ese t¨²nel del tiempo, tras o¨ªr las voces enlatadas del poeta, de Paco Ib¨¢?ez y de Serrat, el homenaje se abri¨® con una breve mesa redonda para "reflejar no s¨®lo el valor literario del poeta, sino tambi¨¦n su valor ejemplar", como expres¨® el cr¨ªtico y autor teatral Jos¨¦ Monle¨®n, organizador de este acto, que conmemoraba el primer centenario del nacimiento de "un escritor que nos arrebataron y que encarna a muchos que como ¨¦l, conocieron el exilio".
Alejandro Finisterre, albacea testamentario del poeta y editor de sus discos, hizo un canto a la esperanza sentida de Le¨®n Felipe. "Para ¨¦l los habitantes de la tierra est¨¢n divididos en dos partidos, el de los g¨¢nsteres y el de los hombres, y hay que elegir" dec¨ªa emocionado Finisterre. "Cuando llegue la ¨²ltima guerra, la aut¨¦ntica guerra, la de los hombres contra los g¨¢nsteres, ganar¨¢n los primeros y habr¨¢ llegado entonces la hora de los poetas, hora de la paz y las consignas eternas". "S¨¦ que no es la hora de la paz", terminaba Alejandro Finisterre con iron¨ªa, "pero mientras llega estamos aqu¨ª recordando a ese gran poeta que tom¨® el camino de la dignidad, la justicia y la paz".
Mientras Miguel Nieto Nu?o, "heredero de la decadencia", analizaba la visi¨®n de los poetas j¨®venes respecto de la figura de Le¨®n Felipe, "uno de los poetas que m¨¢s aliment¨® la ambici¨®n de la poes¨ªa", Monle¨®n record¨® muy brevemente la vocaci¨®n de "c¨®mico de la lengua" del autor de Antolog¨ªa rota. Una vocaci¨®n que no s¨®lo se plasm¨® en sus obras dram¨¢ticas -La manzana y El juglar¨®n- o en sus adaptaciones de Shakespeare y Cristopher Fry, sino en su gusto por comprometerse a concretar sus palabras en un escenario, por huir de de la poes¨ªa intimista para vincularse a la colectividad.
El poeta gaditano Rafael Alberti cerr¨® la mesa redonda antes de pasar a la emocionada lectura de los versos de Le¨®n Felipe. "Solamente tres veces en mi vida he visto llegar a Le¨®n Felipe", contaba el premio Cervantes de 1983, "y siempre ven¨ªa desde muy lejos. Porque aquel grande y justiciero poeta, igual que el grito, que el amor, parec¨ªa siempre venir desde un hondo lejano, una profundidad que ni ¨¦l quiz¨¢ conociera, pero que lo disparaba veloz hacia nosotros como una arrebatada, una candente flecha silbadora".
Los asistentes hab¨ªan tenido que guardar una larga cola y sufrir un cierto retraso en la ya tard¨ªa hora programada para el comienzo del acto, pero hab¨ªa merecido la pena. Al final, los aplausos cortaron la retirada a N¨´ria Espert, a Rafael Alberti, a Fernando Fern¨¢n G¨®mez, voces de la voz querida de un poeta.
Babelia
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