El enfrentamiento entre el propietario y el director de 'The Observer' abre un debate en el Reino Unido sobre la independencia de la Prensa

Los respectivos papeles del director y del propietario de un diario son el centro de una pol¨¦mica en el Reino Unido. El due?o del peri¨®dico dominical The Observer, Roland Rowland, ha desautorizado p¨²blicamente un art¨ªculo aparecido en el peri¨®dico sobre las presuntas atrocidades del Ej¨¦rcito de Zimbabue en la regi¨®n de Matabeleland, firmado por el propio director, Donald Trelford. ?ste se ha negado a dimitir, y exige que el propietario respete el estatuto del peri¨®dico, seg¨²n el cual la l¨ªnea pol¨ªtica e informativa es competencia del director.

Rowland es presidente de la sociedad Lonhro, que, compr¨® The Observer hace tres a?os y que tiene importantes negocios en Zimbabue. Trelford viaj¨® la semana pasada a Harare para entrevistar al primer ministro, Robert Mugabe, pero aprovech¨® su estancia en el pa¨ªs para visitar Matabeleland y escribir un reportaje en el que afirmaba que la quinta brigada ha cometido numerosas atrocidades.

El propietario intent¨® evitar la publicaci¨®n del art¨ªculo y lleg¨® a amenazar incluso con cerrar el peri¨®dico, pero el director se neg¨® a retirarlo. Poco despu¨¦s, el Gobierno de Zimbabue hizo p¨²blica una sorprendente carta de Rowland en la que el presidente de Lonhro ped¨ªa disculpas por el art¨ªculo y lo calificaba de "descort¨¦s, equivocado y falso". "No puedo comprender", afirmaba Rowland, "c¨®mo el director ha podido aprovechar su condici¨®n para publicar afirmaciones que habr¨ªan sido rechazadas por falta de comprobaci¨®n e investigaci¨®n si hubieran sido escritas por alguno de sus reporteros".

Sensacionalismo

Posteriormente, en unas declaraciones a la BBC Rowland acus¨® al director de The Observer de escribir un reportaje sensacionalista y falso. El fondo real de la pol¨¦mica qued¨® m¨¢s expl¨ªcito cuando uno de los portavoces de Lonhro, Paul Spicer, afirm¨®: "The Observer es un monstruo fuera de control que pagamos nosotros y nuestros accionistas. Cuesta dinero mantenerlo en pie y resulta que la gente que trabaja all¨ª cree que puede hacer lo que le da la gana".Spicer lleg¨® a acusar a Trelford de inventarse testimonios y de publicar sin previa confirmaci¨®n noticias que le hab¨ªa facilitado el corresponsal de un peri¨®dico de la competencia, The Sunday Times.

Donald Trelford, por su parte, ha acusado al propietario de violar el p¨¢rrafo 29.9 del estatuto del peri¨®dico, que dice textualmente: "El director de The Observer tendr¨¢ el control sobre todo comentario pol¨ªtico publicado en el diario y no estar¨¢ sometido a ninguna restricci¨®n o inhibici¨®n al expresar opiniones o al publicar informaciones que est¨¦n en conflicto, directa o indirectamente, con la opini¨®n o los intereses del propietario de The Observer".

El p¨¢rrafo mencionado fue aceptado por Lonhro cuando compr¨® el peri¨®dico, como prueba de su voluntad de mantener la independencia de The Observer, y despu¨¦s de que la Comisi¨®n de Monopolios y el Gobierno expresaran sus dudas sobre la conveniencia de la compra. "La actitud de Rowland supone un serio ataque a la independencia del peri¨®dico, pero tengo la intenci¨®n de seguir adelante", afirm¨® Trelford. El director mantiene que su art¨ªculo fue suficientemente contrastado.