La crisis del comercio interior
Peri¨®dicamente, los diferentes medios de comunicaci¨®n nos ofrecen informaciones sobre la situaci¨®n de crisis que atraviesan distintos sectores productivos de nuestra econom¨ªa, tales como, la industria naval, la siderurgia integral, la agricultura, etc¨¦tera. En cambio, raramente se hace referencia a la situaci¨®n del comercio interior, salvo en ciertas circunstancias, como ha ocurrido recientemente con la manifestaci¨®n de peque?os y medianos comerciantes protestando por la situaci¨®n de inseguridad a que est¨¢n sometidos.No obstante, el comercio interior est¨¢ inmerso en una profunda crisis, incluso mayor que la que existe en otros sectores para los cuales la Administraci¨®n ha puesto en marcha programas de reconversi¨®n. La ra¨ªz hay que buscarla, por una parte, en la propia din¨¢mica del sector, formado por miles de peque?os y medianos comerciantes directamente unidos a la propia actividad, confundiendo a veces el patrimonio familiar con el propio negocio, lo que originar¨ªa, de llevarse a cabo un simple estudio econ¨®mico, el fin de la actividad comercial por falta de rentabilidad. Otro aspecto importante que ha condicionado la evoluci¨®n del sector ha sido la falta de atenci¨®n de la Administraci¨®n hacia la problem¨¢tica del mismo. Es ¨²nicamente a partir de 1973 cuando se presta atenci¨®n institucional a los problemas de la distribuci¨®n comercial en Espa?a.
La importancia dentro de la econom¨ªa en nuestro pa¨ªs de la peque?a y mediana empresa comercial, y de la distribuci¨®n en general, viene reflejada no s¨®lo en el nivel de empleo generado (en 1979 la poblaci¨®n activa empleada en el sector representaba alrededor del 13% de la poblaci¨®n activa total), sino tambi¨¦n por su influencia, tanto cualitativa como cuantitativa, en el funcionamiento del sistema econ¨®mico al actuar como puente entre la producci¨®n, por una parte, y el consumidor, por otra.
Competencia desleal
A pesar de todo ello, la situaci¨®n del sector se agrava d¨ªa a d¨ªa no s¨®lo por mantenerse actualmente la misma problem¨¢tica que anta?o en lo que respecta a las estructuras comerciales existentes, sino tambi¨¦n por una serie de elementos nuevos, tales como la competencia desleal, la existencia de una fiscalidad que no contempla situaciones espec¨ªficas que necesitan un tratamiento impositivo diferente, las nuevas formas de comercio de grandes superficies, etc¨¦tera, que acent¨²an la crisis del sector, cuyas consecuencias a medio y largo plazo son dificiles de prever.
La aparici¨®n de las nuevas formas de comercio de grandes superficies, como hipermercados, supermercados, etc¨¦tera, en nuestro pa¨ªs, aunque con cierto retraso y menor peso en el volumen de ventas en relaci¨®n con otros pa¨ªses de Europa occidental, ha contribuido a acentuar la grave situaci¨®n del sector, aunque ha sido tambi¨¦n, por otra parte, elemento estimulador para lograr la transformaci¨®n del comercio establecido, que, como hemos visto, necesita de grandes cambios estructurales para conseguir un nivel de competencia y eficacia que satisfaga, tanto en precio como en calidad, las exigencias del consumidor actual. De todas formas, el intentar la modernizaci¨®n del sector por esta v¨ªa sin una actuaci¨®n paralela de la Administraci¨®n, mediante est¨ªmulos fiscales y otras ayudas, llevar¨ªa consigo la desaparici¨®n f¨ªsica de muchas peque?as y medianas empresas.
La necesidad de afrontar con realismo y eficacia la situaci¨®n del comercio interior es, por tanto, evidente y perentoria. Para ello, con independencia de la eficacia de la propia econom¨ªa de mercado que motive que una parte del comercio tradicional evolucione hacia formas de comercio intermedias m¨¢s acordes con la sociedad de consumo de masas y rentable econ¨®micamente, es necesario un nuevo marco legal adecuado a las circunstancias actuales de la econom¨ªa que sustituya al actualmente en vigor, que ha quedado obsoleto debido a la evoluci¨®n experimentada en los h¨¢bitos del consumidor moderno y a la aparici¨®n de nuevos usos comerciales no regulados en el mismo, lo que origina graves perjuicios para el sector.
Legislaci¨®n compleja
Hay que a?adir, por otra parte, que la existencia de comunidades aut¨®nomas con competencias exclusivas en la materia, reconocida en los propios estatutos de autonom¨ªa, y que en algunos casos han elaborado su propia normativa al respecto, puede plantear situaciones complejas que retrasen la entrada en vigor de la futura ley de comercio interior. Sin entrar en este aspecto, -que obligar¨¢, en todo caso, a definir con claridad y precisi¨®n las competencias de las distintas administraciones p¨²blicas a fin de evitar situaciones de inseguridad jur¨ªdica para el administrado-, destacamos a continuaci¨®n los pilares b¨¢sicos que la nueva ley de comercio interior deber¨¢ incluir si de verdad se quiere crear un marco legal adecuado que ayude a resolver la problem¨¢tica del sector a medio y largo plazo.
La evoluci¨®n experimentada por. la econom¨ªa de mercado en las ¨²ltimas d¨¦cadas exige un nivel de formaci¨®n para desarrollar cualquier actividad profesional. El comerciante de hoy ya no se limita a despachar como anta?o; tiene que vender, lo que implica un nivel de conocimientos adecuado. Esto nos lleva a plantearnos la regulaci¨®n de la profesi¨®n de comerciante, as¨ª como su acceso ala misma, como primer elemento a considerar dentro del nuevo marco legal, llegando incluso a la creaci¨®n de un estatuto del comerciante.
El bajo nivel de asociacionismo comercial en Espa?a -inferior al 10% en el conjunto del comercio detallista, seg¨²n la ¨²ltima encuesta, realizada en 1980- representa un verdadero obst¨¢culo para la modernizaci¨®n del sector. El fomento del asociacionismo e integraci¨®n comercial en sus diferentes modalidades a trav¨¦s de incentivos fiscales y otros medios, que se reflejar¨¢ en una reducci¨®n de costes para el comerciante, pudiendo a su vez tener un efecto similar en los precios al consumidor, deber¨¢ ser otro objetivo prioritario de la Administraci¨®n.
Como anteriormente se?al¨¢bamos, los cambios experimentados por la sociedad de consumo han originado la aparici¨®n de usos comerciales no regulados jur¨ªdicamente por la normativa vigente, ocasionando la indefensi¨®n de los consumidores, ante determinadas pr¨¢cticas comerciales habituales hoy d¨ªa, que han motivado a su vez situaciones frecuentes de competencia desleal que tanto perjudican al peque?o y mediano comerciante. As¨ª, pues, la regulaci¨®n y ordenaci¨®n jur¨ªdica de las distintas formas de venta mercantil -con preferente atenci¨®n a las ventas especiales, venta no sedentaria y economatos- deber¨ªa ser necesariamente contemplada con la suficiente profundidad y amplitud qu¨¦ permita recoger en la nueva normativa lo que es habitual en la realidad comercial de cada d¨ªa.
Por ¨²ltimo, destacamos la necesidad de estimular, tanto por parte de organizaciones p¨²blicas y privadas como de la Administraci¨®n, con todos los medios a su alcance, estudios sectoriales y globales del sector que ayuden al actual y futuro empresario comercial a disponer de una base de datos que le permita conocer el nivel de dotaci¨®n comercial, la capacidad de compra y nivel de oferta existente para un determinado producto o gama de productos dentro de un ¨¢rea determinada para facilitar la toma de decisiones de instalaci¨®n, transformaci¨®n de negocios comerciales y orientaci¨®n, en definitiva, al inversor. Probablemente es el comercio interior el sector econ¨®mico menos estudiado estad¨ªsticamente. Un an¨¢lisis global del sector -en lo que respecta a los aspectos t¨¦cnicos, econ¨®micos y sociales- ser¨ªa muy conveniente como medida previa al establecimiento de una pol¨ªtica general para la transformaci¨®n de las estructuras comerciales.
Con independencia de estos cuatro puntos se?alados anteriormente, que representan las bases fundamentales que deber¨¢n ser recogidas en la nueva ley de comercio interior, existen otras situaciones y actividades (como, por ejemplo, los horarios comerciales, definici¨®n de cada actividad comercial, etc¨¦tera) que precisan asimismo ser consideradas.
Finalmente, no podemos olvidar que en una econom¨ªa de mercado la producci¨®n de bienes y servicios necesita prioritariamente buscar su comercializaci¨®n, para lo cual es indispensable un eficaz sector de la distribuci¨®n comercial, por lo que cualquier esfuerzo que se realice para mejorar su funcionamiento merece siempre la pena.
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